Los corifeos de AMLO y de su fallida cuarta transformación podrán deshacerse en halagos hacia lo que ellos llaman un “éxito de la democracia participativa” Sin embargo, a mi juicio, la verdad es incontrovertible: la 4T sufrió un fuerte descalabro el domingo pasado.

Me explico. Si bien es verdad que AMLO logró la organización de una consulta bien planeada en términos generales ( gracias al INE que fue capaz de instalar prácticamente la totalidad de las casillas previstas) el presidente y sus seguidores fueron derrotados por una sociedad mexicana que ha perdido la fe en el autoproclamado mesías.

AMLO, desde sus tiempos como candidato opositor, buscó convertirse en el camino, la verdad y la vida (perdonéseme la referencia evangélica) para el combate contra la corrupción del pasado; basado en un discurso político que poco ha abonado a la solución de las grandes problemáticas que aquejan al pais.

Ha sido un discurso que ha profundizado la polarización social y ha generado encono de muchos hacia los personajes políticos del pasado. Sin duda se cometieron actos de corrupción, y sí que deben ser castigados. Sin embargo, AMLO, en vez de esforzarse para la mejora de la calidad de vida de los mexicanos, centró su mensaje en un revanchismo populista que ha girado en torno al culpabilización del neoliberalismo, y sobre todo, de aquellos mandatarios que le precedieron.

El hecho de que apenas el 7% del patrón electoral haya acudido al llamado del “mesías” es ilustrativo.

Representa una derrota para el lopezobradorismo pues ha sido duramente golpeado en la legitimidad popular de su mensaje mesiánico y revanchista.

Sin duda escucharemos y leeremos, a lo largo de los próximos días, interminables declaraciones sobre cuán democrática ha sida la consulta, y no cesarán las loas a AMLO y su voluntad inalterable de combatir la corrupción. Es normal, pues eso es el régimen de AMLO: discursos, mañaneras, golpeteo mediático, referencias del pasado, la exacerbación del odio hacia la herencia española y la polarización social.

Sin embargo, insisto, AMLO sufrió una lastimosa derrota, pues fue golpeado el centro del lopezobradorismo: su credibilidad. Pareciera que los mexicanos no escuchan más su mensaje, o quizá que éste ha perdido ese misticismo que algún día le fue propio.