La destitución de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros como titular de la Secretaría de la Función Pública no solamente simboliza la falta de resultados en materia de combate a la corrupción, sino que también le confirma a la gente que para este gobierno las cuestiones político-electorales son prioritarias ante cualquier otro aspecto de la vida pública nacional.

La gestión de Sandoval Ballesteros se vio condenada desde que exoneró a Manuel Bartlett esgrimiendo los argumentos más falaces, contenidos en un paupérrimo escrito de insulsas veintitantas fojas. Las propiedades ahí estaban. La información se encontraba al alcance de la mano. Sin embargo, en el informe técnico se determinó que el actual director de la Comisión Federal de Electricidad no estaba obligado a declarar los bienes inmuebles objeto de las múltiples investigaciones en su contra.

Posteriormente, la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades por miles de millones de pesos dentro del ejercicio de la Secretaría de la Función Pública. Ante la iniciativa de la ASF para realizar la revisión correspondiente, Irma Eréndira impidió el acceso al archivo e instalaciones de la SFP.

Por otro lado, la otrora titular de la Secretaría de la Función Publica hizo caso omiso a las múltiples acusaciones por actos de corrupción presuntamente cometidos por miembros o simpatizantes al oficialismo; entre ellos Jesús Seade, Felipa Obrador, Pío López Obrador, Ramiro López, León Romero, Carlos Lomelí.

Además, Eréndira omitió investigarse a sí misma: pues también hay información acerca de múltiples inmuebles y terrenos que le son imposible comprobar sus adquisiciones con los ingresos que percibe como funcionaria pública o académica.

A quienes sí se les persiguió e investigó durante el paso de Irma Sandoval por la SFP fue—para variar— a los adversarios del gobierno federal y del movimiento lopezobradorista

Se logró que inhabilitaran para ejercer por diez años cargos públicos al ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray. Gran logro y castigo, tomando en consideración que a Videgaray Caso le urgía volverse a desempeñar como funcionario público durante los años que le quedan a esta presidencia y los que le siguen a la que suceda al actual presidente.

La realidad es que Sandoval Ballesteros brilló por su ausencia.

Pero a pesar de tanta incompetencia, lo que le ganó que la despidieran en público fue su injerencia en cuestiones políticas al interior del partido en el poder.

El primer error cometido por Irma Eréndira fue enfrentarse con la dirigencia nacional de MORENA. Lo hizo en defensa de su hermano, Pablo Amílcar Sandoval, quien como súper delegado en Guerrero aspiraba a ser el candidato a dicha gubernatura por el partido oficialista. Sin embargo, el presidente del partido tenía otros planes: Félix Salgado Macedonio.

Cuando el cuñado de John Ackerman—pareja de Irma Sandoval—vio diluirse su esperanza en ser gobernador, la familia Sandoval se propuso dinamitar la candidatura de Félix Salgado Macedonio. Y lo lograron.

Tronar al candidato de MORENA a Guerrero tendría consecuencias graves:

√ La primera, que ni así hicieron candidato a Pablo Amílcar.

√ La segunda, que la remoción de Irma Eréndira del cargo se había tornado inminente.

√ La tercera, es que con quien terminaron sustituyendo a Sandoval Ballesteros en la titularidad de la Secretaría de la Función Pública es gente cercana a Marcelo Ebrard.

Es decir, los desmanes de los Ackerman y los Sandoval al interior de MORENA, su estridencia y embates fratricidas, acabarían por afectar a todo el sector más radical del partido y beneficiando al ebrardismo. A futuro esto último sería lo que más le dolería a quien se le llegó a llamar la ‘zarina anti corrupción’.