Carta a Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur:

He leído que es usted un hombre culto, senador Graham. Entonces, conocerá la respuesta a la inquietante pregunta de qué fue primero, el huevo o la gallina. Por ahí me dijeron que el famoso dilema lo planteó Aristóteles. No lo sé, querido senador: supongo que usted sí sabe porque ustedes, los senadores de Estados Unidos, suelen estar muy bien informados.

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? He leído toda clase de respuestas a esa pregunta. Personalmente, don Lindsey Graham, me quedo con una atribuida a la física cuántica: que el huevo fue primero, pero también que la gallina fue primero. Ya ve cómo son los científicos.

Vayamos a las mafias, un tema del que usted sabe muchísimo, aunque solo diga la mitad de lo que conoce.

¿Cuál dio origen a la otra, señor senador, la mafia de las drogas mexicana o la mafia de las drogas de Estados Unidos?

Estará usted de acuerdo conmigo en el siguiente diagnóstico, senador Graham: Los cárteles de nuestro país son muy poderosos. Se trata probablemente de los grupos criminales más peligrosos del mundo.

Ahora, estimado Lindsey, haré algunas preguntas y daré mis respuestas; usted tendrá las suyas, y espero que algún día las publique:

  • ¿Por qué tienen tanta fuerza los narcos mexicanos? Respuesta: porque poseen muchísimo dinero y el armamento más sofisticado.
  • ¿De dónde sacan su dinero y su arsenal? Respuesta: de Estados Unidos.
  • ¿Por qué Estados Unidos es tan generoso con los narcos de México? Respuesta: no es generosidad, sino comercio, simple y sencillamente grupos criminales estadounidenses pagan la droga que les venden grupos criminales mexicanos.
  • ¿Quién tiene la culpa del narcoterrotismo? Respuesta: Las mafias mexicanas que hacen el trabajo, pero también las mafias estadounidenses que ponen el dinero.

Los misiles

Lindsey, seguramente usted es amigo de Donald Trump y de quien fue su secretario de Defensa, Mark Esper. Habrá leído el libro de memorias de este último, A Sacred Oath Un juramento sagrado—.

Esper dijo en esa obra que Trump propuso lanzar misiles a México para “destruir los laboratorios de drogas”. ¿Le parece eso una buena idea, senador Graham?

En estos días, James Comer, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que fue un error de Trump no haber bombardeado México. Seguramente Comer es amigo suyo, Lindsey; al menos coinciden en la estrategia que debe seguirse para combatir al narco.

Usted, senador Lindsey Graham, recientemente presentó una iniciativa para que se incluya a los cárteles mexicanos entre las organizaciones terroristas que el gobierno de Estados Unidos debe combatir utilizando su fuerza militar. Tuvo usted la idea, que me pareció adecuada, de dar a conocer su proyecto acompañado de un gran letrero en el que hizo la lista de las mafias de México:

  • Sinaloa Cartel.
  • Jalisco New Generation Cartel.
  • Gulf Cartel.
  • Los Zetas.
  • Northeast Cartel.
  • Juarez Cartel.
  • Tijuana Cartel.
  • Beltran-Leyva Cartel.
  • La Familia Michoacana.

Ojalá, querido Lindsey, vaya usted más allá en su valiente denuncia e informe a sus electores quiénes en Estados Unidos pagan y arman a los cárteles mexicanos. Porque sin huevo no hay gallina, y sin gallina no hay nuevo.

Estimado senador Graham, le hago nueve preguntas, que usted, tan informado, podrá responder si se decide a hacerlo:

  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Sinaloa Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Jalisco New Generation Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Gulf Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia a Los Zetas?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Northeast Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Juarez Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Tijuana Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia al Beltran-Leyva Cartel?
  • ¿Me puede decir el nombre del banquero, empresario, político, mafioso, militar de alto nivel o jefe de policía de Estados Unidos que financia a La Familia Michoacana?

Usted sabe todo, senador, no se haga, no se haga.

Le cuento: si se resuelve el problema, apoyo la idea de lanzar misiles contra los narcos mexicanos que tienen sus headquarters en las sierras de Sinaloa, Durango y Chihuahua o en esa linda región de las orillas del Río Bravo llamada Matamoros.

Pero, querido Lindsey, para completar el operativo y solucionar en definitiva el problema, también hay que bombardear las oficinas centrales de las que sale el dinero para el narco, sí, las muy bellas de los maravillosos rascacielos de Nueva York y también una que otra del histórico Capitol Hill, porque ni modo de caer en la ingenuidad de pensar que no hay políticos estadounidenses metidos en el negocio.

¿Que no mencioné entre los objetivos a destruir con misiles algunas oficinas públicas mexicanas? Lo estaba imitando a usted, Lindsey, es decir, jugaba al Tío Lolo: me hacía pendejo solo porque me desagrada la idea de pensar que hay políticos mexicanos que sirven a las mafias de las drogas. Pero los hay, sin duda los hay.

Debo aclararle algo, senador: sí hay un cambio para bien en México. Entonces, confío en que nadie de primer nivel en la 4T hará lo que hicieron Felipe Calderón y Genaro García Luna: entregarse al narco. Creo que ahora no hay criminales de esa relevancia en el gobierno, pero desde luego no me atrevo a meter las manos al fuego por la totalidad de quienes participan actualmente en el sector público; pero sí estoy convencido de la integridad de bastantes personas dedicadas a la política en mi país:

  • Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
  • Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad.
  • Los secretarios de Defensa y Marina, Crescencio Sandoval y Rafael Ojeda.
  • Norma Piña, presidenta de la corte suprema, y el resto de ministros y ministras (Ríos Farjat, Pérez Dayán, Zaldívar, Pardo Rebolledo, Aguilar Morales, Loretta, Laynez, Alcántara y Ortiz Mena, quien podrá ser el ministro más rico, pero sin duda el suyo es un patrimonio, cualquiera que sea su magnitud, honestamente generado por él y su familia… inclusive confío en la integridad de Yasmín Esquivel en estos temas tan complejos relacionados con el narco, aunque ya no en su rectitud académica: al inicio del escándalo creí que ella no había plagiado nada, pero fui ingenuo).
  • Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México.
  • Alfonso Durazo, gobernador de Sonora.
  • Víctor El Profe Castro, gobernador de Baja California Sur.
  • Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa.
  • Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro.
  • Dante Delgado, dirigente de Movimiento Ciudadano.
  • Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey.
  • Lilly Téllez, senadora.
  • Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
  • Santiago Creel, diputado.
  • Xóchitl Gálvez, senadora.

Hice la lista lo más extensa que pude para que no quede duda de que es mi convicción que muchas cosas están cambiando para bien en México —y, la verdad sea dicha, para meter las manos al fuego por personas del sector público no puedo alargar mucho más esa lista—.

El dinero y las armas

Tengo otra convicción: el narco mexicano para operar ya no necesita lo que le dio Calderón: protección desde el gobierno. Las mafias han acumulado tanto poder desde el sexenio calderonista que cuentan ahora con recursos de sobra para realizar sus actividades criminales contra el Estado.

Lo que siguen necesitando las mafias mexicanas es el dinero —y las armas— que les entregan en Estados Unidos a cambio de la droga que distribuyen en el vecino país. ¿Quién les compra tanta droga y les paga tanto dinero, estimado senador Graham? Usted sabe, no se haga. Suelte unos cuantos nombres y convenza a su gobierno de proceder al lanzamiento de misiles, contra los narcos de México, sí, pero también contra sus socios estadounidenses.

¿Que eso no resolvería el problema? Entonces, dejémonos de cuentos y busquemos otras salidas. Por su atención, gracias, estimado Lindsey.

El dinero de Dante

Pocas veces estoy de acuerdo con Mario Di Costanzo, pero lo que dice en este tuit es verdad:

Si un partido político no participa en los procesos electorales, debe renunciar al dinero público.

Dante Delgado es un hombre honesto. Estoy absolutamente convencido de ello, por eso lo incluí en la lista de gente de la política en cuya honestidad se puede confiar. Desconozco sus razones para haber renunciado a la principal de sus obligaciones en 2023: competir en las elecciones de Coahuila y Estado de México.

Lo mismo da si se trata de una estrategia correcta o fallida, si beneficia a Morena o a la oposición. Ese no es el problema, sino traicionar la misión de un partido político. Entonces, Dante Delgado debe renunciar a todo el financiamiento público de 2023.

Es lo menos que puede hacer un hombre decente como él. ¿De qué viviría Movimiento Ciudadano si eso ocurriera? De las aportaciones de sus militantes, rifas, donativos, etcétera, siempre y cuando se trate de financiamiento legal.

Si Dante no renuncia a los recursos públicos estará en falta: le habrá fallado a México y, sobre todo, se habrá fallado a sí mismo.