El domingo pasado fui al cine a ver la película mexicana “Heroico”. La trama del filme aborda la historia de un joven mexicano de origen indígena que, en busca de un mejor futuro, se enlista en el Colegio Militar con el propósito de formarse como un oficial del Ejército mexicano. Las vicisitudes de su vida en el Colegio le conducen a sufrir los abusos cometidos por parte de sargentos del ejército y a participar en una serie de actos delictivos.

Se inserta, huelga subrayar, en el debate público en torno a la creciente participación de las Fuerzas Armadas en la vida pública promovida por AMLO, así como con los escándalos de corrupción y violaciones de derechos humanos cometidos por algunos soldados. No es noticia para nadie que la Sedena es hoy responsable de los proyectos de infraestructura más importantes de la 4T, y que será la tercer secretaría de Estado más beneficiada en términos de asignación presupuestaria en 2024.

La película, dirigida por David Zonana, es bastante mala y sobreactuada. Si bien busca pintar una supuesta realidad que tiene lugar todos los días en la escuela militar, dista, desde el punto de vista de los estándares comúnmente aceptados en la cinematografía, de ser un filme de calidad.

Sin embargo, lo que sí que hace – y seguramente fue la intención de su director- es mostrar una imagen denigrante del Ejército mexicano y de lo que conlleva pertenecer a las Fuerzas Armadas. En este contexto, a pesar de la narrativa de amor por la patria y del sentido del honor cantadas por los soldados, en realidad la profesión no es más que una salida a la situación de precariedad de una buena parte de la población mexicana, a la vez que expone la corrupción que pudre a los cadetes desde su decisión de ingresar en el ejército.

El filme servirá también para que los intelectuales liberales mexicanos, con o sin razón, y adictos al denuesto contra cualquier elemento narrativo que golpee al ejército, alimenten el discurso que tiende a restar prestigio a unas Fuerzas Armadas asaz vilipendiadas hoy por la opinión pública.

En suma, Heroico es, a mi juicio, una película de bajísimo presupuesto que no le llena el ojo a cualquier crítico de cine. No obstante, sí que muestra el rostro más triste y alarmante de la formación militar. Si el filme refleja o no legítimamente la realidad de las Fuerzas Armadas queda abierto a la especulación y al criterio del espectador.