La cancelación de la visa a los gobernadores de Tamaulipas y Baja California, más el hecho sin precedentes de que 17 familiares del Chapo se entregaran a la justicia estadounidense, todo sin que la presidenta tuviera conocimiento a pesar de decir que tiene comunicación permanente con Trump, la hace parecer rebasada o que su posición es defender a un grupo delictivo con el que su antecesor mantuvo un fuerte acercamiento.

Marcadas diferencias

En su primer encuentro en la Oficina Oval, Trump insistió al recién elegido Carney que sería un «matrimonio maravilloso» si Canadá aceptara el llamado para convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos, a lo que, elegantemente, el canadiense contestó al magnate inmobiliario que él sabe muy bien que hay propiedades que no se venden: “No está en venta. Nunca estará en venta”.

En cuanto a los avances de México en materia comercial y aranceles, no han sido producto de una posición del gobierno, sino de los intereses de los capitales estadounidenses que hicieron notar que una política arancelaria restrictiva tenía fuertes afectaciones en su producción y en los principales indicadores económicos como la inflación y el consumo.

Sin embargo, la presión hacia México no cesa y ahora se hace evidente en los temas de seguridad y migración. La primera llamada fue cuando Trump declaró como organizaciones terroristas a los carteles mexicanos de la droga. La segunda, con la cancelación de las visas a dos gobernadores de Morena muy cercanos a AMLO, Américo Villareal de Tamaulipas y María del Pilar de Baja California.

Acuerdos y mucho nerviosismo

Las reacciones en torno a la entrega de los familiares del Chapo indican lo que en el fondo existe, principalmente por parte del oficialismo, cuando a través de La Jornada y de su vocero oficial, Julio Hernández Astillero” fijó la posición del gobierno, nuevamente como víctima, al asegurar que las negociaciones de la familia Chapo con Trump favorecen los ataques, no a México sino contra la 4T: “En el fondo, contra el proceso llamado Cuarta Transformación, el partido en el poder y gobernantes estatales y la presidenta Sheinbaum”.

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La realidad es que los Estados Unidos tal cual su tradición, para sacar raja y elementos probatorios negocian hasta con el diablo y en eso estriba que seguramente llegaron a un acuerdo con Ovidio para que se declarará culpable y muy probablemente entregue información y evidencia de los nexos de una infinidad de integrantes de Morena ligados al crimen organizado, un asunto que no es menor y que debe tener muy nervioso a más de un funcionario y líder partidario.

Lo mismo pasa con el Mayo Zambada que enfrenta una batalla campal con el cartel de los Chapos. Él también tiene una enorme cantidad de información sobre los vínculos y complicidades de Morena con el crimen organizado, un antecedente fueron las declaraciones de su hermano que pesaron en los juicios de García Luna y del Chapo y donde aseguró que financiaron las campañas de AMLO.

Aunque la presidenta Sheinbaum insiste en que no sabe de las acciones que está llevando a cabo Estados Unidos, su secretario de seguridad, Omar García Harfuch, uno de los pocos en su gabinete que sí se dedica a hacer su trabajo, ha sido bastante claro, y pareciera, incluso, contradecir las declaraciones de su jefa.

En entrevista en Radio Formula sobre la salida masiva de la familia del Chapo, el secretario comentó: “Es evidente que al estar su familia yéndose a Estados Unidos es por esta negociación o criterio de oportunidad que el propio Departamento de Justicia le da”, y aclaró que en México la familia del narcotraficante: “No eran objetivos. La familia que se fue no era objetivo ni eran buscados por autoridades mexicanas”.

Pero la presidenta Sheinbaum no se despega del guion y este miércoles solicitó al gobierno de Estados Unidos que dé a conocer la información sobre el presunto acuerdo y cuestionó que ese país negocie con narcotraficantes mexicanos después de que los catalogó como terroristas.

La guerra entre los carteles siempre ha existido y las negociaciones con el crimen organizado también, no es nada nuevo. Lo nuevo es que México hoy tiene un narco Estado y un expresidente que abiertamente se decantó por el Cártel de Sinaloa y que todo en su conjunto nos pone en una crisis de gobernabilidad.

X: @diaz_manuel