Estira y Afloja

De por sí la imagen de Gerardo Martino no es la de mayor popularidad en el último año y medio tras la pobreza futbolística de la Selección Mexicana, pero lo ocurrido en Torreón, no deja de llamar la atención.

Pocas veces juega la Selección Mexicana en nuestro país en otra sede que no sea el Estadio Azteca y ante eso, los jilgueros pudieran pensar o promover el pensamiento de que tendría una gran respuesta de la afición en cualquiera que sea el lugar donde eligieran llevar al equipo nacional.

Pero más equivocados no podían estar y eso ha quedado de manifiesto en su visita al Estadio TSM para el partido por la Liga de Naciones de Concacaf ante Surinam, en donde el Tata vivió varios episodios de rechazo.

Regularmente cuando un entrenador queda marcado por el descontento de los seguidores del equipo que dirige, tiene que ver con los resultados. En el caso de México, va más allá de eso, a cinco meses de que inicie la Copa Mundial de Qatar 2022.

La noche del sábado todavía no comenzaba el partido ante Surinam y el Tata Martino ya estaba en desventaja al ser abucheado por un sector de los aficionados. Claro que hay quien minimizará el asunto o que volteará hacia otro lado para no ver que elementos de seguridad arrebataron pancartas de “Fuera Tata” a algunos asistentes.

Lo único que es evidente es que el divorcio de Martino con un importante sector de los mexicanos que siguen a la Selección será difícil de sanar de aquí a que México juegue contra Polonia, el 22 de noviembre en el estadio 974.

Mientras eso sucede, le seguirán cuestionando por el funcionamiento, por los resultados (incluso en la victoria), por la convocatoria de jugadores que no están para ser seleccionados, por lo de Javier Hernández, y por muchas otras cosas que se le han acumulado al entrenador nacional.

La imagen de Gerardo Martino fue realmente sacudida en la visita a Torreón, en donde sin empezar el partido le abuchearon, para recordarle que no les gusta lo que ven de la Selección Mexicana, y que no necesitan ser expertos en táctica para entender que algo no está bien con su equipo, que el trabajo que hace junto a su cuerpo técnico no está sirviendo para maldita la cosa.

Gerardo Velázquez de León en Twitter: @gvlo2008