- “La prensa funciona como un espejo que refleja los acontecimientos de lo cotidiano”.
- “La misión del periodista es observar la realidad y emitir un informe equilibrado y honesto de sus observaciones”.
Eso ha dicho una mujer llamada Justina Morales Dominguez, y tiene razón: así debieran ser las cosas.
Pero así no son, no en México.
Justina Morales exige al periodista cuidarse de emitir opiniones. Exagera, desde luego.
Porque en el periodismo, como en cualquier actividad de la vida —la ciencia incluida—, se valen las opiniones personales, pero desde luego partiendo de hechos, hasta donde se pueda, difícilmente refutables porque se les descubra después de un trabajo serio de investigación.
En México los columnistas no analizan la realidad; hacen algo muy distinto: inventan la realidad que más conviene a sus propios intereses. Lo peor, eso es algo que la comentocracia mexicana realiza con éxito.
He contado lo que me respondió Luis Donaldo Colosio, en 1992 o 1993, cuando le pregunté en qué momento había decidido el presidente Carlos Salinas que su sucesor en la presidencia —al menos en la candidatura del PRI— saldría de una competencia solo entre él, Donaldo, secretario de Desarrollo Social; Manuel Camacho, regente del Distrito Federal; Pedro Aspe, secretario de Hacienda, y Ernesto Zedillo, secretario de Educación.
Su respuesta fue: “El presidente Salinas no ha dicho nada, no a mí ni a nadie que conozca. Son ustedes los que nos metieron al juego”.
¿Es Claudia?
Leo hoy a Leo Zuckermann en Excélsior: “Extrañamente fue el propio Andrés Manuel López Obrador quien dio el banderazo anticipado para comenzar este proceso después de las elecciones intermedias. Todo para medio destapar a su candidata preferida, Claudia Sheinbaum”.
No son pocos los columnistas que dicen eso: Andrés Manuel está decidido a hacer candidata presidencial a Claudia.
¿Quién les dijo lo anterior a tales comentócratas? No pudo hacerlo personalmente el presidente López Obrador, quien no platica con columnistas: le caen mal y los ignora. ¿Les transmitió la información a través de un mensajero? Por favor.
Si no fue Andrés Manuel quien les aseguró lo de Claudia, entonces no tienen ninguna fuente creíble para afirmar que la jefa de gobierno es la favorita. Y no pueden tenerla porque AMLO no confiesa sus intenciones políticas de largo plazo con nadie. Ni con su familia. ¿Para qué lo haría si podría cambiar de opinión?
Los columnistas, entonces, inventan. Por el tono de sus comentarios, unos cuantos lo hacen para apoyar a Sheinbaum; la mayoría, evidentemente, para dañarla.
¿Monreal y Ebrard a la oposición?
Otra verdad probablemente inventada por los columnistas —pero probablemente no: en este caso sí pueden tener fuentes directas— afirma que Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard, si AMLO favorece a Claudia Sheinbaum, buscarán ser candidatos presidenciales por algún partido de oposición.
Cito lo publicado hoy por Zuckermann, que tantos columnistas repiten: “La jefa de gobierno de la Ciudad de México lleva mano, pero no será fácil que acepten esta decisión otras alternativas como Ebrard o Monreal, quienes ya están en proceso de construcción de sus campañas, dentro o fuera de Morena”.
¿El columnismo mexicano crea realidades políticas?
Ya se verá si se concreta la realidad 2024 inventada por la comentocracia, es decir, que Claudia sea candidata presidencial de Morena y se enfrente a Ebrard, abanderado de la oposición unida, llevando como jefe de campaña a Monreal —o al revés: Monreal retador de la 4T con Ebrard como su estratega; eso sí, con Dante Delgado batallando, pero no mucho, para evitar la rabieta de Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco que, lo que sea de cada quien, es un personaje menor comparado con el dúo dinámico; sí, el que —según los columnistas mexicanos— se prepara para la traición final contra AMLO.