No voy a especular; simplemente voy a analizar 14 misteriosas palabras de López-Gatell al final de una entrevista con la reportera Ángeles Cruz Martínez, de La Jornada: “Sigo funcionando y si no, con gusto, el que no ayude que no estorbe”.

Antes, para explicar su siempre curioso comportamiento —que a muchos les parece cinismo de la peor clase—, presentaré unos datos de la historia de la familia Gatell.

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El abuelo héroe antifascista y antinazi

En su biografía de Wikipedia, seguramente editada por el propio Hugo López-Gatell o por sus publicistas, presume que es nieto de un republicano español.

Tal presunción habla de cierta inestabilidad emocional, digo… porque ¿como para qué jactarse de lo que ha hecho el abuelo?

El caso es que el rockstar de la epidemiología nos informa en Wikipedia que su abuelito, Francisco López-Gatell Comas, “ingeniero y militar español de ascendencia judía y nacido en Cataluña en 1897”, participó activamente en “la oposición al franquismo”.

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Después de la derrota republicana española, el abuelo de Gatell “se refugió en Francia, donde luchó contra los nazis y terminó en un campo de concentración del que eventualmente logró huir”.

En cuanto escapó de los nazis, Francisco López-Gatell Comas viajó a México para unirse con su esposa, Mercedes Trujillo Luis, y sus 3 hijos, Francisco, Alfonso y José María; que previamente habían escapado y llegado a México como exiliados republicanos”.

La doble de Gatell, genéticamente hablando

La genética avanzada, que estudia la herencia biológica de generación en generación, ya nos explicará un hecho verdaderamente asombroso: ¿cómo es que el nieto de un republicano español que peleó contra los nazis tiene exactamente los mismos genes que una mujer ciento por ciento mexicana nacida —desde luego en fecha patria, el 18 de marzo— en Juchipila, Zacatecas?

Porque Gatell, sorprendentemente para la ciencia, es idéntico a la célebre doña María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija, alias la Chimoltrufia.

El parecido a veces no se distingue a simple vista porque ella está chimuela — tuvo una infancia más difícil que su doble, especializado en epidemiología—, pero en lo que sí son iguales es en lo atrofiado.

Recordemos que a doña María Expropiación Petronila la historia terminó distinguiéndola con el sobrenombre de Chimoltrufia por chimuela y atrofiada.

Gatell no es chimuelo —ha tenido una vida de privilegio, lo que sea de cada quien; hasta pudo, becado por el neoliberalismo, estudiar en una universidad del imperio estadounidense—, pero de que nuestro epidemiólogo nació atrofiado, no hay la menor duda.

Por eso López-Gatell responde, en cada entrevista periodística, con las mismas palabras que usa su doble femenina siempre que se mete en enredos: “Pos ya sabes que yo como digo una cosa digo otra, pues si es que es como todo, hay cosas que ni qué, ¿tengo o no tengo razón?”.

Vacunas para niños, que no, pero que mejor sí

Más o menos eso —”como digo una cosa digo otra”— respondió Gatell a La Jornada cuando le preguntaron si se va a vacunar a los niños.

En esta ocasión dijo que sí, que habrá vacunas para los menores, ¡¡¡pero antes, no pocas veces, había dicho que no!!! Inclusive se había burlado, en las conferencias de prensa del presidente López Obrador, de la posibilidad de inmunizar a los pequeños.

Lo bueno es que así como dice una cosa, el rockstar de la epidemiología dice otra; entonces, en La Jornada se ha desmentido a sí mismo y ha asegurado que:

“Un millón de niños y adolescentes de 12 a 17 años en México tienen factores de riesgo para presentar cuadros graves y/o morir por covid-19, por lo que recibirán la vacuna contra el coronavirus. Es indudable el beneficio que tendrá este sector y es posible hacerlo, porque una de las marcas comerciales ya tiene la autorización para su uso de emergencia en este grupo de edad, afirmó Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud”.

La Jornada, 13 de septiembre de 2021

Qué bueno que Gatell haya entrado en razón. Celebremos esta cambio de opinión del rockstar de la epidemiología.

¿Ya se ve fuera del gobierno el doctor Gatell?

El resto de la entrevista, ni hablar, son puras chimoltrufiadas de Gatell, sobre todo cuando la reportera le recuerda sus tonterías. Cito a la periodista:

  • “Fue desafortunada la declaración sobre que las vacunas en personas menores de 18 años ‘quitan la oportunidad’ a otras con mayor riesgo…”
  • “No estuvo bien decir que vacunar a los niños quita la oportunidad a otros…”
  • “¿Los retrasos en la entrega de vacunas afectan el plan nacional?”.

A todo eso Gatell respondió con palabras que recuerdan a las de su doble, la Chimoltrufia

  • ¿Cómo dice que dice que dijo?
  • Supongamos la suposición.
  • Jamás de los jamases…
  • Es que tú careces de mucha falta de inexperiencia.
  • ¿Puedo saber qué es lo que estás pretendiendo tratar de querer insinuar?
  • Yo ya te he repetido repetidas veces que…

Al final de la entrevista, el médico Gatell decidió curarse a sí mismo en salud. Lo hizo al agradecer al presidente Andrés Manuel López Obrador haberlo mantenido en el gobierno: “Sigo funcionando y si no, con gusto, el que no ayude que no estorbe”.

En Milenio fue más burdo: simplemente López-Gatell aclaró que no va a renunciar...

Es decir, trata con eso de que no lo corran. Seguramente ya no le funciona, cada vez que el presidente lo regaña, recurrir a otra gran frase metafísica de doña María Expropiación Petronila Lascuráin y Torquemada de Botija: “Bueno pero no se enoje…”.