Primero, antes de entrar de lleno a la materia mis estimados lectores, tengo que avisarles que la aerolínea que comenzará operaciones con el nuevo avión de la fabricante francesa Airbus, no fue Aer Lingus, ni tampoco Vueling, la bajocostera española, y mucho menos British Airways, sino Iberia, la aerolínea bandera de España, y de acuerdo con los comunicados respectivos, todavía están analizando si el primer vuelo de Madrid será a Boston o a Washington, en los Estados Unidos.

Sin embargo estos planes podrían retrasarse porque la Agencia Federal de Aviación de los Estados Unidos de Norteamérica (FAA, por sus siglas en inglés) tiene sus “dudas” sobre qué tan seguro es el depósito de combustible central de la aeronave.

En efecto, la misma FAA que le permitió a Boeing auto certificar sus aviones de la familia MAX; ya sabemos que esa historia derivó en dos accidentes fatales, con cientos de pérdidas humanas.

Ahora resulta que la FAA desconfía de Airbus, y es que -por si no lo sabían- el combustible de los aviones se almacena en las alas, y como el nuevo avión A321XLR está diseñado para vuelos de largo alcance, el almacenamiento de combustible en las alas es insuficiente, por lo que han tenido que colocar un depósito más debajo de la cabina de pasajeros, dejando una bodega para la carga de menor capacidad.

Este tanque central trasero (RCT, por sus siglas en inglés), ha generado una “gran preocupación” en caso de que se origine un incendio. La razón de que el combustible va en las alas, es porque está “lejos” de la cabina de pasajeros y en caso de un accidente se tienen 90 segundos para evacuar la aeronave de forma exitosa.

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La FAA, a través de un comunicado, externó: “El RCT integral del modelo A321neo XLR puede o no tener una capacidad equivalente a la de diseños anteriores aprobados con la normativa vigente, debido a que el diseño y la ubicación del RCT son integrales con el fuselaje”

Traduzcamos, esto significa que las paredes del tanque de combustible forman parte del fuselaje del avión, y que además, por su colocación en la parte trasera, impide la utilización de material aislante, y aunque hay otros modelos de aviones que también cuentan con tanques centrales auxiliares de combustible, estos están independientes del fuselaje de la aeronave.

Así que lo que demanda la FAA es que el RCT no tenga fugas de combustible y que además sea resistente a incendios, para que en caso de que se llegase a presentar uno, los pasajeros tengan la posibilidad de evacuar, y este no explote.

Esto ya había sido previamente cuestionado por la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) directamente a Airbus, pues este tercer tanque de combustible además de reducir el espacio en la cabina de carga, va por debajo de la cabina de pasajeros.

Sin embargo ante la EASA todo indica que Airbus logró disipar todas sus dudas, pero a la FAA no le parece suficiente. En caso de hacerse una modificación a este avión, traería como consecuencia -además del retraso en el lanzamiento del nuevo avión A321XLR-, un menor alcance de vuelo, al colocar otro tipo de tanque de combustible, lo que dejaría en franca desventaja a este equipo, cuya promesa es ser una aeronave de pasillo único, con capacidad de cruzar océanos, o sea, realizar vuelos de largo alcance.

Supuestamente las autoridades estadounidenses piden que el riesgo de operar este nuevo equipo sea aceptable, por lo menos que logre impedir que el tanque explote durante cinco minutos, todo en miras de poder evacuar la aeronave en caso de accidente.

Un hecho es que los combustibles que utiliza la aviación son menos flamables, y tardan mucho más en “prender” que la gasolina, pero aún así las soluciones que Airbus mostró a la EASA, para la FAA no son suficientes.

Estos son los hechos; pero ahora recurro a la sabiduría popular del refrán que dicta: “piensa mal y acertarás”. Estamos siendo testigos de cómo la empresa Boeing, insignia de la aviación comercial norteamericana, cada día se hunde más; ya hablaremos de esa historia más adelante en otra columna, pero en mi particular opinión, no me parece nada extraña la postura de la FAA, pero no en aras de la seguridad aérea.

Más bien se trata de una franca defensa de su propia industria, pues como les había comentado, este nuevo equipo promete revolucionar la aviación comercial, y no es precisamente Boeing, sino su acérrimo competidor Airbus, quien lleva la delantera.

Sin generalizar, puedo decir que existe un tópico muy común en la relación entre Estados Unidos y Francia; es ese sentimiento de inferioridad que los gringos sienten ante la nación gala, pues podrán presumir de la gran tecnología que tiene la nación del Tío Sam, pero ante el “je ne sais quoi” que tienen los franceses, simplemente se sienten menos.

Sobre todo porque tienen la falsa idea de que son los dueños del mundo, pero si nos retrotraemos a su propia historia, para su independencia del Imperio Británico, necesitaron de la ayuda e intervención de un francés: Gilbert du Motier, mejor conocido como “El marqués de Lafayette”.

Personaje que no solo es considerado como parte de los héroes de la independencia de los Estados Unidos, sino que también es una figura fundamental en la Revolución francesa.

Así es que, mientras sabemos si son peras o manzanas, todo parece indicar que la puesta en operación del nuevo equipo de la fabricante Airbus, el A321XLR tendrá que esperar, eso sí no sabemos por cuanto tiempo.