La gente del equipo de campaña de Marcelo Ebrard armó un gran mitote por los espectaculares de la cola de caballo de Claudia Sheinbaum.

Mitote, sí. Definamos antes de continuar. Cito a Wikipedia: “La palabra mitote (del náhuatl mitotiqui ‘danzante’, de itotia ‘bailar’) es un término de la cultura popular mexicana utilizado para designar un problema, tumulto o vocerío. También se usa para hacer referencia a una fiesta. Originalmente se refería a una reunión de brujos, una danza de guerra, o un baile ritual de los nativos aztecas”.

Los brujos de Ebrard, mareados por la danza de guerra a la que Marcelo los convocó, se lanzaron con enorme perversidad a linchar a la jefa de gobierno porque algunos diputados y algunas diputadas financiaron una campaña de anuncios espectaculares con la silueta de ella, sobre todo de su cola de caballo, esta última ya muy famosa.

(Paréntesis. Si Claudia quiere, cuando termine todo este bochinche podrá hacer lo que hizo Madonna con su cola de caballo, que creo era artificial: cortársela y subastarla. La interprete de Like a Virgin’ obtuvo 20 mil dólares, o eso leí. No tengo idea acerca de cuánto sacaría la jefa de gobierno, pero cualquier cantidad es buena. En una de esas, por qué no, podría hacerlo hasta como acto de campaña cuando empiece el proceso electoral. Digo, si no lo prohibe la Constitución, todo se vale).

El hecho es que he recibido nueva información de fuentes confiables. Todo el griterío de los y las ebrardistas por los anuncios de la cola de caballo no buscaba bajarle puntos en las encuestas a Claudia Sheinbaum, ¡¡¡sino a Adán Augusto López!!!

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Marcelo sabe que nada efectivo puede hacer para impedir que siga aumentando el conocimiento de ella —la jefatura de gobierno da para eso y mucho más—. Y es que, la verdad de las cosas, Claudia no necesita de anuncios espectaculares. No le hace falta la publicidad exterior a quien ocupa una posición tan mediática como la de cabeza de la administración pública capitalina. Lo sabe Ebrard porque ya estuvo ahí.

Así que, con o sin anuncios espectaculares, la gente de todo México seguirá enterándose de que Claudia es jefa de gobierno y, también, que ella es una de las corcholatas de AMLO, la principal, la que Andrés Manuel prefiere, no porque necesariamente así sea —solo lo sabe el propio presidente—, sino porque lo dice toda la comentocracia normalmente con ganas de lastimarla.

Quien sí necesita promoción es Adán Augusto López. Este no ha tenido cargos verdaderamente mediáticos. Su actual puesto, secretario de Gobernación, no da para demasiado lucimiento, ya que se dedica a los problemas de gran importancia para el Estado —como negociar con los poderes legislativo y judicial—, pero no hace nada que verdaderamente lo acerque a la gente.

A pesar de ello, Adán ha hecho campaña. Todos lo sabemos. Visita gobernadores y estos lo aplauden y le dicen que tiene perfil para llegar a la presidencia. Pero no ha ido ni irá más allá sin ayudas publicitarias fuertes.

Las bardas que tiene Adán Augusto en algunas ciudades no impresionan a nadie. Entonces, ha decidido ser más agresivo. Ebrard se enteró y se preocupó. Supo el canciller que el secretario de Gobernación planea una campaña de espectaculares para realizarla ya, a partir de enero próximo, y entró en pánico.

Y es que Marcelo Ebrard se ha rezagado tanto en las encuestas que ha dejado de pelear el primer lugar con Claudia Sheinbaum, y empieza a ser presionado por quien ocupa la tercera oposición, Adán Augusto López.

Marcelo sabe que si se deja alcanzar por Adán Augusto, tendrá que olvidarse en definitiva de la candidatura presidencial. Mientras se mantenga en segundo lugar, por más grande que sea la ventaja de Claudia, el canciller Ebrard tiene la esperanza de que con un buen arreglo que pueda hacer con los encuestadores de Morena, en una de esas algo manipula y se le hace. Pero si Adán lo empata, se acabó la ilusión porque ni con cuchareo estadístico podría.

Entonces, la tirada no era la de impedir la promoción de Claudia Sheinbaum, quien por su cargo la verdad de las cosas tiene promoción de sobra de manera natural, sino impedir que Adán tapizara las ciudades con espectaculares con el rollo, bastante cursi, de “Que siga López, estamos Agusto”. Vaya eslogan. Su publicista se exprimió el cerebro de más, debe estar ahora con el neurólogo para rehabilitación…

¿Qué va a pasar si, como quiera que sea, a Adán le vale gorro y pone espectaculares? Pues que los diputados y diputadas que apoyan a Claudia sacarán de las bodegas de las lonas de #EsClaudia con cola de caballo y las volverán a poner. Porque se supone que las van a embodegar, ¿no? Es decir, se comprometieron a quitarlas, aunque pues esto quién sabe cuándo ocurra: ninguna empresa se va a acelerar para hacerlo en año nuevo y, por razones de costo, ninguna realizará pronto tal trabajo si tiene a su personal ocupado en otras cosas.