La 106ª edición del Giro d’Italia concluyó el pasado domingo con la impresionante victoria del esloveno Primoz Roglic, del Jumbo Visma. Las primeras dos semanas de la carrera se vieron inundadas por lluvias, tormentas y abandonos. Pero la Corsa Rosa concluyó con una tercera semana trepidante que llevó a los ciclistas a un desenlace de ensueño en Roma.

Ahora muchos aficionados se hacen la misma pregunta: ¿debería Primoz Roglic buscar el éxito en este Tour de Francia y aprovechar su racha de buena forma? Sabemos que el equipo Jumbo-Visma ya ha descartado esta opción. Pero ¿qué tan difícil es hacer el doblete Giro-Tour? y ¿es posible ganar las tres grandes el mismo año?

Hacer una carrera de 21 días es bastante difícil, si a eso le sumas que los ciclistas van a velocidades medias por encima de los 40 kilómetros por hora, sorteando toda clase de incidencias de carrera como la lluvia, el frío, el calor, el viento, las innumerables caídas, la alta montaña, las enfermedades que rondan al pelotón y todo el estrés que esto acumula, parece una tarea sobrehumana, y lo es.

Las etapas del Giro, en particular, son verdaderamente largas y los corredores tienen que recorrer otros cientos de kilómetros antes y/o después de las etapas para llegar a sus hoteles. En realidad, sus jornadas comienzan muy temprano, se despiertan directamente a empacar, porque cambian de hotel todos los días, y después de un buen desayuno se suben al autobús para viajar hacia la salida de la etapa, tienen una reunión donde discuten las estrategias del día y se suben a pedalear.

Cuando terminan la etapa deben estar listos para las entrevistas, que cuando vas de líder son muchas. Los ganadores de etapa y líderes de la carrera también tienen que someterse a controles de antidopaje. Después hacen el largo trayecto en autobús hacia el hotel, aprovechando para hablar sobre lo que ha ido bien o mal durante la carrera. En el hotel les espera un masaje, cena y otra reunión con el equipo o, a veces, con patrocinadores.

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Sus días comienzan a las 8-9am y a veces no terminan sus compromisos hasta después de las 10-11pm. Por lo tanto, no solo se someten a una fatiga física sobre los pedales, también tienen una carga extra con todos sus compromisos debajo de la bicicleta.

¿Qué tanto esfuerzo supone una etapa en un Grand Tour?

El ciclista promedio tiene un gasto calórico de 6,000 - 8,000 calorías diarias, dependiendo de su peso y el tipo de etapa que les espere. También hacen un esfuerzo adicional al dormir en una cama diferente cada día. Todo esto acumula el nivel de fatiga de un ciclista, sin mencionar el estrés sobre sus hombros y la fatiga psicológica.

Para recuperarse de este esfuerzo inhumano, los corredores deben comer siempre que puedan. La nutrióloga Karina Salazar, de 3Cientos Sport Care, nos explica cómo debe ser esta ingesta las tres semanas de carreras: “los ciclistas deben aprovechar la hora del desayuno y comer nuevamente a media mañana, ya que estarán sobre la bicicleta la mayor parte del día. Durante la carrera hay que consumir geles isotónicos, barritas energéticas y bebidas con electrolitos para compensar la pérdida de carbohidratos, incluso deben beber una o dos coca colas al final del día”.

“Terminando la etapa deben comenzar inmediatamente el consumo de alimentos con el objetivo de recuperarse lo más pronto posible. Es importante consumir bebidas con carbohidratos y algo de proteínas para recuperar el glucógeno, ya que seguramente las reservas estarán al límite mínimo. A la hora de cenar es aconsejable un buen corte de carne, una buena ensalada, o sopa de verduras. Hay quienes más tarde todavía comen algo de cereales fáciles de digerir y poco de fruta para mantener la energía necesaria para el día siguiente”.

Esta super ingesta de alimentos es difícil de mantener, muchos ciclistas suelen perder el apetito durante carreras por etapas de tres semanas y esto es peligroso porque el cuerpo estaría contando con sus reservas para sobrevivir. Es inhumano someter al cuerpo a semejante martirio, el ciclista necesita una recuperación después de estas carreras de tres semanas, no solamente física sino también emocional y metabólicamente.

El desgaste al que se someten los pedalistas que terminan una competencia de tres semanas con más de 3,400 kilómetros es impresionante. Por eso no es de extrañar que solo siete corredores han completado el doblete Giro-Tour la misma temporada, y solo tres ciclistas en la historia han conseguido ganar el Tour y la Vuelta el mismo año.

Fausto Coppi completó el doblete Giro-Tour en 1949 y 1952. Jacques Anquetil (1964), Stephen Roche (1987) y Pantani lo hicieron todos una vez. Bernard Hinault y Miguel Indurain ganaron dos veces cada uno, en 1982 y 1985, y 1992-93, respectivamente. Eddy Merckx, el abanderado de cualquier estadística ciclista, es el único en completar tres dobletes, en 1970, 1972 y 1974.

El doblete Tour-Vuelta se ha conseguido en menos ocasiones y ningún ciclista ha podido repetir la odisea. Jacques Anquetil fue el primero en lograrlo en 1963, Bernard Hinault en 1978 y Chris Froome en 2017. Hasta la fecha, ningún ciclista masculino ha podido ganar las tres Grandes Vueltas la misma temporada. La neerlandesa logró este hito en 2022, después de ganar el Giro Donne, el Tour de France Femmes y la Vuelta Femenina; sin embargo, las carreras femeninas cuentan con la mitad de las etapas y estas suelen ser más cortas.

Ha habido varios ciclistas a lo largo de la historia que han intentado conseguir la triple corona de los Grand Tours masculinos en la misma temporada. Los mejores ciclistas de la historia reciente, Alberto Contador y Chris Froome, lo han intentado en varias ocasiones, ambos han fallado. Sin duda no es una cuestión imposible, pero sí es muy difícil. ¿Quizás es una tarea para un ciclista como Tadej Pogačar?