Hace unas horas desde el tribunal internacional más importante del fútbol (TAS) se determinó reponerle al Club Puebla tres puntos que le habían sido retirados en la Liga MX por una supuesta alineación indebida. Con esta decisión se hace justicia deportiva y de paso ha quedado eliminado el equipo de mis amores La Máquina Celeste del Cruz Azul, pues sus 17 puntitos no le alcanzan ni para un kilo de tortillas con su tarjeta Soriana.

¿Qué hacer con la mala suerte del Cruz Azul?, pues de entrada cambiar de aires, salirse del Azteca, por ejemplo. Ya le funcionó una vez cuando emigró del Estadio Azul al salir campeón en el 2021, ¡peeero! parece que la sal de la colonia Nápoles se la llevó un viento hasta Santa Úrsula porque después de ganar su novena liga en el Azteca los cementeros han sumado más derrotas que Xóchitl Gálvez en estos últimos meses. Y hablando de ubicaciones afortunadas, otros y otras que entendieron el arte del equilibrio de la energía o el Feng Shui; son ni más ni menos que los de Morena en la CDMX pues días después del ridículo evento del Estadio Azul en el mes de octubre pasado, en el que no llegó nadie al encuentro con Claudia Sheinbaum, hoy los del partido guinda se lucieron en la Arena Ciudad de México, que se llenó la tarde noche de hoy demostrando ahora sí, que la desgracia del evento anterior bien pudo atribuirse a la sal del Cruz Azul que se especializa en “cruzazulear” hasta lo menos improbable.

Me dicen mis amigos que asistieron al evento guinda, que la Arena se desbordó en una festiva recepción a la Dra. Sheinbaum y solo pusieron el prietito en el arroz algunas huestes del equipo de Clara Brugada (Atlético Iztapalapa) quienes interrumpían a la oradora principal y portadora del bastón de mando, coreando con fuerza un: “¡Clara, Clara!”, causando desagradó en la favorita para ocupar la presidencia en el 2024.

Lo que fue claro eso sí, el “aplausometro” para el “Batman de Tenochtitlán”: Omar García Harfuch quien de plano se llevó la ovación como torero caro de esos que terminaban en hombros al grito de: ¡qué viva!, ¡qué viva! O ya de plano, aunque sean esos gritos de antaño: “¡qué viva cerca porque ya nos cansamos de cargarlo!”; pero de que le echaron porras y chiflidos eso que ni qué...

Veremos si la batiseñal se aparece mañana en todo lo alto de la capital mexicana o habrá “cruzazuleada” sí, con ese azul como el de Los Ángeles Azules curiosamente de Iztapalapa, desde donde se impulsan esos propósitos.