El Mossad es el Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales encargado de la recopilación de inteligencia, espionaje y acciones encubiertas para defender al Estado de Israel. Tiene varias acciones históricas de las que se han hecho hasta películas y es reconocido como una de las agencias de espionaje y operaciones más eficaces del mundo. También, de las más discretas.

Y esto viene a colación porque el New York Times (NYT) ha escrito un par de artículos, extremadamente bien informados, sobre cómo opera la 4T, cuya información parece que habría venido del Estado de Israel.

Primero, las razones: la relación entre la 4T y el Estado israelí se ha deteriorado severamente. Se han negado a extraditar a México al exjefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón, a quien se busca enjuiciar por el caso de Ayotzinapa. Eso ha llevado al presidente Andrés Manuel López Obrador a criticar duramente a los israelíes y a darles varios calificativos poco diplomáticos, cuando allá perciben que no hay condiciones de justicia mínima para enjuiciar al exfuncionario. Por cierto, Zerón siempre tuvo un trato de estrecha cooperación en temas de seguridad con la comunidad judía en México y también avanzó compras públicas con empresas israelíes.

El enojo de esta administración con la 4T ha ocasionado el envío de cartas de protesta a nuestro presidente para pedir que los israelíes presionen a su propio gobierno e incluso el discurso oficial enardeció y/o alebrestó a una manifestación de un centenar de encapuchados a vandalizar la sede de la embajada de Israel en México, localizada en las Lomas de Chapultepec, a la cual se dejó sin protección policial mexicana.

Para acabar, desde la mañanera se ha criticado virulenta y hasta injustamente a varios periodistas de religión judía -Zuckerman, Alazraki, Micha y a los Krauze– y, luego, desde las redes sociales oficialistas se desatan fuertes campañas antisemitas en apoyo a los dichos presidenciales, incluso descalificando como “hitlerianos” a periodistas incómodos, lo que la comunidad judía cuestionó tajantemente. Así es que no son menores los agravios que deben tener en Israel.

Segundo, las pistas: i) el año pasado, el 26 de octubre, el NYT publicó una nota periodística en la que dio cuenta de los ofrecimientos del subsecretario de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, a Tomas Zerón para regresar a México. Muchos de esos ofrecimientos fueron indebidos y hasta cuestionó las propias investigaciones del gobierno que representa. Pero el NYT señaló que había revisado “las grabaciones de las conversaciones entre Encinas y Zerón”. ¿Quién pudo haber grabado una reunión privada entre dos personas?

Luego, ii) esta semana, el 18 de abril, el NYT publicó una nota titulada “Cómo México se convirtió en el mayor usuario del programa de espionaje más conocido del mundo”. En dicha nota se da cuenta, con lujo de detalle, de cómo fue la relación, durante tres sexenios, entre la empresa israelí NSO –la que vende e instala el equipo de espionaje Pegasus- y el Ejército Mexicano, pero también traen la información y el detalle de cuántos equipos celulares están siendo espiados en México y en otros países. Los detalles de las juntas con militares, a lo largo de 12 años, es algo que de igual forma sólo podría tener el estado israelí pues este tiene que autorizar las ventas de los equipos de inteligencia a otros países. Así que, ¿quién pudo haber juntado testigos que contaron al NYT lo sucedido desde el 2011, incluidas reuniones con el entonces presidente de México, Felipe Calderón? Y, ¿quién pudo dar al Times documentos y los “intercambios secretos que hicieron que México fuese el primer cliente de Pegasus, y también revela(r) que el país se convirtió (hoy en día) en el usuario más prolífico del programa espía más conocido del mundo”?

Y, iii) los periodistas que hicieron ambas notas son: Natalie Kitroeff, la Bureau Chief en México, quien es una excelente periodista y fue la primera en dar con las causas de la caída de la Línea 12 del Metro en la CDMX. Hace todo el sentido que ella publique cosas sobre México, Pero es relevante que el coautor de ambas notas sea Ronen Bergman, el corresponsal del NYT en Israel y quien ha escrito varias notas sobre el Mossad. ¿Por qué el corresponsal del Times en Israel estaría escribiendo columnas sobre México?

Así que “si camina como pato, hace como pato y vuela como pato, es un pato”. Y me parece que la información arriba señalada sólo lleva a que lo publicado respecto de dos temas completamente distintos a lo largo de más de 11 años y con acceso a documentos de inteligencia, testigos y a grabaciones furtivas apunta a que una de las principales fuentes del Times es la agencia de inteligencia israelí, el Mossad.

Estos tienen, me parece, motivos suficientes para avergonzar y hacer pasar un mal rato a la 4T, al dejarlos en evidencia como mentirosos y tramposos. Y el Times tuvo la oportunidad de publicar, en ambos casos, primicias informativas bien documentadas.

Para la 4T deben ser evidentes dos cosas: que la información viene de el Mossad y que nuestra contrainteligencia es inservible. Así que probablemente la 4T sea ya más cuidadosa con el Estado israelí y con los periodistas de religión judía. Digamos, pues, que la 4T recibió un “¿Quién es quién en las mentiras?” versión hebrea.

La 4T ha criticado a la DEA que infiltra a los cárteles en México sin informar a las autoridades mexicanas; ha expresado críticas de que el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de los EU (el Pentágono) espiase a los secretarios de Defensa y Marina, de lo que nos enteramos por el Washington Post-; también el presidente ha señalado que el espionaje de Guacamaya leaks fue hecho, en realidad, por agencias de inteligencia de EU; y, finalmente, ahora sabemos que otra agencia de inteligencia, de otro país, el Mossad les filtró información sensible.

En qué va a acabar esto es la interrogante. ¿Qué más información tienen las agencias de inteligencia del gobierno actual y sus funcionarios? Todas las filtraciones han dañado a la 4T y le han generado cientos de notas negativas en la prensa nacional y extranjera. Valdría la pena que el gobierno mejorara sus mecanismos de contrainteligencia o que, de lo contrario, busquen tener mejores relaciones con otros países, pues de varios lados les andan espiando y no están saliendo bien librados.

¡Shalom!