Europa no va a pasar un buen invierno y no solo por los pronósticos del clima sino por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Pagar gas en Europa se ha vuelto una locura con los precios al triple del hidrocarburo. ¿Cómo calentar los hogares de los países que tenían como principal proveedor de gas a los rusos? El gas que pueden surtir los países nórdicos, mucho o poco, no servirá para cubrir la demanda de la Eurozona augurando un invierno crudo para sus habitantes.

Dicen que a los que no les alcanza para pagar el gas buscaran combustibles alternativos como el carbón y la leña. Se espera que, con el uso de estas energías sucias, el invierno europeo no sea tan frio, ni tan caro pero al final será sucio y contaminado. Seguramente veremos bosques arrasados pues para tener leña hay que cortar árboles.

La guerra de Ucrania contra Rusia está saliendo bastante cara y saldrá más cara cuando los europeos la empiecen a pagar.

Con esta guerra también sufre la industria en general pues por más que queramos ser “ecológicos” mucha de la energía que se usa en las fábricas todavía tiene que ver con el uso de hidrocarburos. Así como con la pandemia nos dimos cuenta de que las empresas no están preparadas para el trabajo remoto, tener oficinas más pequeñas y bajar la huella de carbono; también con la guerra nos daremos cuenta de que todas estas compañías que dicen ser limpias y ecológicas todavía necesitan quemar un poco de gas o de petróleo.

La gran solución de los autos eléctricos ayuda, pero igualmente cambia la contaminación a un lugar lejano, pero donde también se contamina para producir la energía eléctrica necesaria para cargar las baterías de estos automóviles. Verde, verde pero no tanto.

Los paraísos de esquí Europeos seguirán con sus bellísimos paisajes, pero seguramente tendrán que contaminar mucho más de lo esperado. Desde los Alpes italianos pasando por los Austriacos y los pirineos franceses y españoles tendrán que aventar humo negro y caro para mantener los lugares habitables. Y eso es solo el turismo, la vida normal en Europa tendrá que encontrar una solución factible para conseguir toda esa energía calórica para mantener los hogares calientitos, aunque esto signifique quitarse la etiqueta ecológica.

Es fácil hablar a toro pasado, pero ahora la guerra está teniendo como efecto secundario un invierno sin energía (o energía muy cara y sucia) para los europeos. Si esta guerra se hubiera solucionado hace un par de meses, seguramente no se estaría pensando en el frío que se aproxima y la crisis energética que no tiene una solución a corto plazo.

Si usted busca un culpable de que la guerra no se haya solucionado hace rato, sería bueno explorar a los que se benefician con la venta de energéticos a alto precio a Europa. Ahí puede haber una parte de la respuesta.