Para todo fin práctico, el INE y el IFE son la misma cosa con distinto nombre. Ese instituto a veces ha actuado correctamente, pero a veces no. Veamos.

√ Es verdad, en 2018 las elecciones presidenciales fueron limpias. Pero no fue mérito del INE dirigido por Lorenzo Córdova, sino de la falta de incentivos para el fraude electoral. Era tan grande la ventaja de AMLO como candidato, que nadie intentó hacerle trampa. La imposibilidad de robarse las elecciones obligó a portarse bien al PRI, al PAN, al INE y al gobierno federal.

√ Es verdad, en el año 2000 las elecciones presidenciales fueron limpias. Tampoco fue mérito del IFE encabezado por José Woldenberg. El PRI no recurrió al fraude porque se lo impidió la decisión del entonces presidente de México, Ernesto Zedillo, quien apostó a la democracia para mejorar su prestigio muy golpeado por el desastre económico causado por su lamentable inicio de sexenio. El poder presidencial obligó al resto de los actores políticos a actuar con decencia.

√ Pero, esto también es verdad, en 2006 había todos los incentivos para el fraude electoral. Los enlisto:

  • La popularidad del candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador había sido atacada desde años antes de las elecciones con el desafuero y los videoescándalos diseñados y ejecutados por el expresidente Carlos Salinas, la secretaría de Gobernación y la propia oficina del presidente Vicente Fox.
  • En la campaña de 2006 los ataques contra AMLO se incrementaron financiados por los grandes empresarios de México y por la presidencia foxista.
  • La clase empresarial y el gobierno foxista coptaron a grandes medios, casas encuestadores, gobernadores priistas y liderazgos sindicales y los alinearon contra el izquierdista Andrés Manuel.
  • El día de las votaciones de 2006 el candidato López Obrador llegó con ventaja significativa, pero no con la enorme ventaja que hubiera tenido sin tanta guerra sucia, así que todos los grupos anteriores se lanzaron al fraude en las casillas y en los cómputos de los sufragios, lo que solo era posible con la decidida ayuda del IFE presidido por Luis Carlos Ugalde.

Ahora, el INE (IFE) contra la reforma de AMLO

Lorenzo Córdova, del INE, en este momento coordina un movimiento contra la propuesta de reforma del presidente López Obrador en el que participan sobre todo grupos políticos de derecha. Para apoyar manifestaciones callejeras ya anunciadas, Luis Carlos Ugalde (IFE), en estos días ha coordinado para su empresa consultora, Integralia, un supuesto análisis que tiene la única intención de golpear a la reforma electoral propuesta por el presidente López Obrador.

Bastante cínico, el exjefe del IFE parte de una descripción de la reforma. La reproduzco:

  • 1. Sustituir al Instituto Nacional Electoral (INE) por el nuevo Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC). Este perdería la atribución de conformar el padrón electoral (solo tendría la integración de la lista nominal de electores) y, en consecuencia, es probable que tampoco expediría la credencial para votar con fotografía.
  • 2. Elegir a consejeros y magistrados electorales por la vía del voto popular.
  • 3. Centralizar la organización de todas las elecciones en el INE: desaparición de los organismos electorales locales (los OPLEs), así como los tribunales electorales locales.
  • 4. Reducir el tamaño del Senado de 128 a 96 integrantes y que todos ellos sean electos mediante representación proporcional con base en listas estatales.
  • 5. Reducir el tamaño de la Cámara de Diputados de 500 a 300 integrantes y elegir a todos mediante un sistema puro de representación proporcional con base en listas estatales.
  • 6. Reducir el tamaño de los congresos locales con base en criterio poblacional.
  • 7. Reducir el número de regidores municipales y concejales de alcaldías por criterio poblacional.
  • 8. Reducir el financiamiento ordinario a partidos y mantener el financiamiento público para campañas electorales.
  • 9. Implementar el voto electrónico.
  • 10. Ampliar la propaganda electoral gubernamental permitida durante procesos electorales.
  • 11. Reducir 18 minutos diarios para promocionales de los partidos y de las autoridades electorales por cada estación de radio y TV durante procesos electorales.
  • 12. Disminuir el umbral de participación ciudadana para que la revocación de mandato sea vinculante (33%).

El cinismo del IFE (INE)

El exconsejero presidente del IFE plantea varios problemas de la reforma de AMLO. Destaco dos:

√ “La conformación del padrón electoral ya no es atribución del INE: la eliminación de dicha atribución constitucional genera incertidumbre respecto a quién sería el responsable de conformarlo y el posible uso clientelar o político de la lista de electores”. Vaya desvergüenza que eso lo diga alguien que en 2006 puso el padrón electoral en manos de Hildebrando Zavala, un cuñado de Felipe Calderón que hizo lo que se le pegó la gana con los datos de todos los electores.

√ “Se socava la autonomía y profesionalismo de las autoridades electorales: elegir a los consejeros y magistrados electorales por voto popular politizaría su perfil”. Qué descaro el de Ugalde, quien llegó al IFE impulsado por su jefa política Elba Esther Gordillo. Y bueno, Ugalde entregó a Alejandro Poiré, un aliado de Felipe Calderón —fue su secretario de Gobernación— una de las direcciones fundamentales del IFE, la de Prerrogativas, desde donde entorpeció todos los preparativos del equipo de AMLO previos al arranque de la campaña, mientras que se abstuvo de controlar el irregular financiamiento del PAN.

No es ético que gente como Luis Carlos Ugalde que ya participó en fraudes electorales cuestione la propuesta de reforma de AMLO. Menos aún si, como queda claro en la foto que ilustra esta columna, Ugalde es ahora un alfil de Claudio X. González, líder real de Va por México o como se llama en la actualidad la alianza de partidos opositores orquestada por la derecha empresarial.