Pregunta: ¿Por qué el INE ataca a Claudia Sheinbaum quien no ha realizado actos anticipados de campaña y permite los numerosos actos de abierta campaña electoral de Marcelo Ebrard?

Primera respuesta: Por las encuestas, en las que ella aventaja con facilidad a Marcelo —en el promedio de las publicadas la jefa de gobierno de la CDMX supera por 10 puntos al secretario de Relaciones Exteriores. Es decir, el Instituto Nacional Electoral golpea a la aspirante presidencial más fuerte de Morena y se olvida del rezagado segundo lugar. Consejeros y consejeras del instituto, con sentido práctico y de plano entregados a la politiquería, solo encuentran útil castigar a la líder, y por esa razón se olvidan de quien va en un lejano segundo lugar.

Segunda respuesta: En el INE, como en otros grupos dominados por figuras de la política que combaten al presidente AMLO y a la 4T, ante la imposibilidad de que la oposición derrote a Morena en las elecciones presidenciales de 2024, han decidido apoyar al corcholato morenista menos izquierdista o más cercano a las posiciones neoliberales de los gobiernos anteriores. Ese corcholato aceptable para los y las rivales de la 4T se apellida Ebrard. En la misma lógica, la aspirante que menos agrada a quienes se oponen a AMLO es, precisamente, la que más se identifica con el proyecto de transformación del actual presidente: en efecto, Sheinbaum.

El INE, entonces, ha obligado a Claudia Sheinbaum a publicar un texto —redactado por consejeros y consejeras del instituto, no por la jefa de gobierno—, en el que ella se deslinda de ciudadanos y ciudadanas que en el ejercicio de sus libertades han pintado bardas en distintos lugares de México.

¿Tiene derecho el INE a censurar a la gente? Desde luego que no, pero el instituto presidido por Lorenzo Córdova se ha convertido en enemigo de las libertades personales. De ahí que, tal como lo dice el diario conservador Reforma, Claudia haya acatado “a regañadientes” lo que le ordenó el Instituto Nacional Electoral.

A los editores del periódico propiedad de la familia Junco les molesta que Sheinbaum no haya aceptado feliz y contenta hacer la tontería que el INE le ordenó. Pero nadie que defienda principios podría estar de acuerdo en pedir a la ciudadanía “que no ejerza sus libertades”, que es exactamente lo que la autoridad electoral exigió a Claudia hacer.

Como Galileo, Claudia hizo su propio Eppur si muove. No gustó a los editores de Reforma, lo que significa que estuvo bien hecho.

Y mientras, Ebrard sigue encabezando abiertos actos de campaña

Ayer Marcelo Ebrard se reunió —una vez más— con simpatizantes para organizar grupos en todo el país que le ayuden a ganar la contienda interna de Morena.

Hasta Reforma, diario tan partidario del canciller, calificó lo que el sábado hizo Marcelo como “un abierto acto de campaña”. Y no es el primero.

Por cierto, Claudia Sheinbaum no ha estado en ningún “abierto acto de campaña”. Ha participado, sí, en conferencias universitarias y en reuniones con gobernadores y gobernadoras, pero en ningún momento ha pedido que se organicen comités de apoyo a su candidatura presidencial. Marcelo Ebrard sí lo ha hecho, varias veces.

Ayer, como sabemos, pidió el canciller la creación de grupos en todo el país con el propósito de ganar la encuesta de Morena. Más allá de que eso es ingenuo —la tendencia en las encuestas publicadas muestra una caída de Ebrard en la medición de preferencias electorales—, llama la atención que Ebrard lo haya hecho varias veces sin que el INE le diga nada. Menciono algunos ejemplos:

√ Nota de El País del 19 de junio de 2022: “Ebrard se lanza de lleno a la campaña de Morena y conforma un equipo para ganar la encuesta”… “El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, ha decidido lanzarse de lleno a la campaña de Morena para suceder a Andrés Manuel López Obrador en 2024. El canciller ha anunciado este domingo durante un acto en Guadalajara que conformará un equipo para ‘ganar la encuesta’ interna. Lo presidirá la senadora por Guanajuato Malú Micher, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, y lo integrarán más de 300 cargos del movimiento”.

√ Nota de Claudia Salazar, reportera de Reforma, del 23 de julio de 2022: “Hace Ebrard pasarela en Ecatepec”…

√ Columna del 15 de julio de 2021 de Raúl Rodríguez Cortés en El Universal: “Ebrard, su autodestape y la coperacha de a mil pesos”. El columnista habló de una reunión encabezada por el canciller en el fraccionamiento Hacienda de San Martín, en Ocoyoacac, Estado de México. “En el jardín de una de sus residencias estaban dispuestas bajo una carpa catorce mesas para diez comensales cada uno. Los anfitriones, por lo que se pudo indagar y suponer, son parte de la familia Moreno Toscano, cuya hermana mayor es la embajadora Carmen, subsecretaria de Relaciones Exteriores”.

Marcelo Ebrard cada que se le pega la gana organiza reuniones masivas para “ganar la encuesta”, ya tiene coordinadora de campaña —Malú Mícher, nombrada por el propio canciller— y se reúne con simpatizantes para pedir coperachas. ¿Y el INE? Lo deja hacer. Y es que al Instituto Nacional Electoral no le interesa la aplicación rigurosa de la normatividad, sino simple y sencillamente golpear a quien encabeza las encuestas en Morena, y esta persona no es Ebrard, sino Sheinbaum

AMLO en la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Habrá el próximo 2 de enero de 2023 elección interna en la SCJN. Ese día la corte suprema tendrá nuevo presidente o, por primera vez en su historia, ministra presidenta.

Votan solo 11 ministros y ministras. Se trata de una elección complicada porque hay demasiados candidatos y candidatas.

Esta es la lista de ministros y ministras con derecho a voto:

  • Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente saliente.
  • Ana Margarita Ríos Farjat.
  • Yasmín Esquivel Mossa.
  • Javier Laynez Potisek.
  • Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
  • Loretta Ortiz Ahlf.
  • Juan Luis González Alcántara Carrancá.
  • Alberto Pérez Dayán.
  • José Mario Pardo Rebolledo.
  • Norma Lucía Piña Hernández.
  • Luis María Aguilar Morales.

Esta es la lista de quienes aspiran a presidir la SCJN:

  • Juan Luis González Alcántara Carrancá.
  • Yasmín Esquivel Mossa.
  • Margarita Ríos Farjat.
  • Javier Laynez Potisek.
  • Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
  • Alberto Pérez Dayán.
  • Norma Lucía Piña Hernández.

Se trata de una elección muy compleja ya que 11 personas tendrán que elegir a una solo entre un grupo de 7 aspirantes.

Lo que habrá en la corte el próximo 2 de enero no será un debate jurídico de alto nivel, sino simple y sencillamente un proceso electoral que, si hay racionalidad, se decidirá con lógica política.

Un elemento fundamental en la elección en la SCJN es el presidente AMLO, quien no vota, pero influye.

Hoy el diario Reforma hace una interesante reflexión sobre el peso del presidente Andrés Manuel López Obrador en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Cito la columna Templo Mayor de ese periódico:

√ “Arranca la contienda por la presidencia de la Suprema Corte de Justicia que deberá quedar decidida antes de fin de año y mucho se especula sobre la participación en el proceso de la ministra Margarita Ríos Farjat”.

“Aunque no ha dicho si aspira o no a suceder a Arturo Zaldívar, hay quienes la ven como una de las mejores opciones para conciliar a las dos facciones en las que está dividido el pleno”.

“Si recibiera el apoyo de Palacio Nacional, los ministros alineados con la 4T, como Yazmín Esquivel Mossa, votarían por ella, aunque significara renunciar a sus propias aspiraciones”.

“Y del lado de quienes no comulgan con el actual gobierno federal consideran que Ríos Farjat es la más moderada e independiente entre los ministros que han sido nominados por Andrés Manuel López Obrador”.

“Ahora sí es cuestión de que la ministra se decida a dejar de deshojar la margarita”.

¿A quién prefiere el presidente López Obrador?

Sería una extraordinaria ministra presidenta de la SCJN la jurista Ríos Farjat, una mujer de principios que acompañó a AMLO en su campaña electoral presidencial y trabajó para el presidente como jefa del SAT. Sin duda estaría a la altura de lo logrado por Zaldívar, quien en mi opinión realizó un papel bastante digno sobre todo en temas de derechos humanos.

¿La apoyará Andrés Manuel? El presidente de México podría sin duda influir para que su talentosa excolaboradora encabezara la corte suprema. ¿Lo hará? Eso solo lo sabe el propio AMLO.

Desde luego, si AMLO pidiera a los ministros y ministras que él propuso votar por Margarita, sin duda así lo harían por un mínimo compromiso de lealtad y gratitud. Hablo del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá y de las ministras Loretta Ortiz Ahlf y Yazmín Esquivel Mossa. El voto de estas personas a su favor no le garantizaría el triunfo a Ríos Farjat, pero la acercaría a la victoria. Es un escenario probable que ojalá se dé.

Pero no es el único escenario probable. Se ha comentado entre personas que conocen a la 4T que López Obrador prefiere para el cargo de ministra presidenta de la corte a la también prestigiada Yazmín Esquivel. Si esto fuera verdad, votarían por Esquivel —por una elemental deuda de lealtad y gratitud— las ministras Ríos Farjat y Ortiz Ahlf y el ministro González Alcántara Carrancá. Tampoco le resultaría suficiente a Esquivel Mossa para ganar la elección en la corte, pero sería un gran avance en esa dirección.

La verdad de las cosas es que, si quieren ganar la elección en la SCJN, el ministro y las ministras que llegaron a la corte suprema gracias a AMLO deben ponerse de acuerdo en algo muy simple pero al mismo tiempo muy complejo: votar por quien piensen —no será difícil que lo averigüen— es la persona que Andrés Manuel cree haría mejor papel en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Del grupo de cuatro juristas que están en la corte gracias a AMLO, tres aspiran a presidir la SCJN: González Alcántara Carrancá, Ríos Farjat y Esquivel Mossa. Lo que deben hacer es muy sencillo, comprometerse a lo siguiente como personas de palabra que son:

Si AMLO quiere a González Alcántara Carrancá, prometer votar por él Ríos Farjat y Esquivel Mossa.

Si AMLO quiere a Ríos Farjat, prometer votar por ella González Alcántara Carrancá y Esquivel Mossa.

Si AMLO quiere a Esquivel Mossa, prometer votar por ella González Alcántara Carrancá y Ríos Farjat.

La ministra Ortiz Ahlf, tan leal al presidente López Obrador, hará a un lado sus preferencias personales y apoyará a quien AMLO diga.

Conste, estamos hablando de una elección, es decir, de política o grilla, no de un debate jurídico. Y en este proceso, como ha apuntado el diario Reforma, el presidente López Obrador juega y tiene un enorme peso.

¿Podría el presidente AMLO dar su apoyo a alguien del grupo no 4T de la corte suprema?

√ Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Este ministro, en el debate sobre la ley eléctrica, hizo algunos méritos para ganar el aprecio del presidente López Obrador. Podría AMLO apoyarlo, sin duda, pero no son muy altas las probabilidades de que lo haga. Creo que Andrés Manuel puede considerar a Gutiérrez Ortiz Mena, por su biografía, un jurista excesivamente neoliberal. No es una percepción necesariamente correcta, pero...

√ Alberto Pérez Dayán. Este ministro dijo no hace mucho tiempo la mejor frase que se ha escuchado en la SCJN y que a AMLO gustó muchísimo: “No soy quién para desprender hojas de la Constitución”. Nueve palabras que tuvieron más fuerza que todos los argumentos jurídicos en el debate de la prisión preventiva oficiosa. No sé si Andrés Manuel considera a Pérez Dayán neoliberal, probablemente sí, pero el presidente de México tiene una enorme deuda moral con este abogado. Cuando Pérez Dayán era magistrado perdió una votación que cambió el futuro de México, relacionada con el desafuero de López Obrador. En ese tiempo Pérez Dayán consideró que Andrés no había violado una suspensión definitiva en el caso El Encino; otros dos magistrados pensaron de manera distinta, y el desafuero procedió. No es poca cosa que aquel magistrado hubiese votado a favor de López Obrador en la etapa más difícil de la carrera política del hoy presidente de México. Por lo tanto, no es descartable que AMLO pida a las ministras y ministro que llevó a la corte —si estas personas no se ponen de acuerdo entre ellas— apoyar a alguien quizá neoliberal, pero capaz de frases sencillas para sintetizar engorrosas metafísicas jurídicas y, sobre todo, que en un momento muy duro de la biografía del tabasqueño no se sumó al linchamiento en su contra, sino que simple y sencillamente aplicó un criterio no político en un asunto absolutamente perverso.