Héctor Herrera llegó a Texas desde Madrid, donde en el Atlético de Diego Simeone tenía continuidad pese a sus 32 años de edad. Un contrato por tres años a razón de 6.5 millones de dólares no era para desperdiciarse, y por eso, emigró a Estados Unidos.

Dynamo es un equipo deprimido de la MLS, no ha enganchado en la sociedad houstoniana y por la gran cantidad de mexicanos que ahí viven, que tienen sus casas de verano en Woodlands y que presumen ser más texanos que mexicanos la contratación de HH parecía una buena estrategia para llevar público al estadio PNC, el pequeñito escenario en el downtown. Y ahí acertaron, de los ocho partidos donde ha jugado Herrera, tres han sido en su estadio consiguiendo un 85% de asistencia.

Pero en lo futbolístico no. Nueve partidos desde su llegada y de estos solamente una victoria, de visita contra San José Earthquake, dos empates y 6 derrotas. Una miseria de resultados, incluso en el más reciente partido no jugó debido a una lesión en la pierna derecha y el entrenador Paulo Nagamura no quiso arriesgarlo contra Minnesota.

Houston esta en la parte más baja de la Conferencia del Oeste, hasta ahora, la inversión de Teg Segal, dueño del equipo y un hombre más ligado a las Artes Marciales Mixtas por su empresa Verance Capital y donde apostó por el futbol invirtiendo 400 millones de dólares para “levantar” al equipo. Por cierto en esta sociedad Oscar de la Hoya es accionista minoritario.

Así que non todo es dinero, lo de Héctor Herrera debe ser más preocupante para la selección mexicana que para el propio Dynamo, porque su nivel ha ido a la baja, lesionado y con pocas aspiraciones para pelear para llegar a la postemporada de la MLS.

Hasta ahora, un rotundo fracaso para Houston, para Herrera y hasta para el Tata Martino la llegada a Texas de HH.