El cónclave de la Iglesia Católica que inicia hoy en el que se elegirá al nuevo pontífice influirá de manera decisiva en el proceso de transición que actualmente experimentamos como humanidad.

La Iglesia Católica no se mantiene al margen de los cambios tecnológicos, la transición energética, los conflictos comerciales, el cambio climático o el cambio de regímenes políticos, su influencia es enorme, se estima que congrega entre 1.28 y 1.41 mil millones de creyentes. La ceremonia de los funerales del Papa Francisco reunió a los mandatarios de una buena parte del mundo y a representantes de otras iglesias y credos.

Cambio constante

El mundo se encuentra en un proceso de transición donde está cambiando la economía, los regímenes y bloques geopolíticos, así como el pensamiento de lo legal y lo justo.

En Estados Unidos llegó a la presidencia un radical de pensamiento conservador con rasgos profundamente xenofóbicos y nacionalismos que rayan en el fascismo.

En contra partida, está la corriente de los países denominados BRICS, economías emergentes que disputan la hegemonía que por décadas ha ejercido Estados Unidos, en lo económico y en lo político, conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, junto con Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía, Irán, Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.

Las columnas más leídas de hoy

Son corrientes que convergen en regresar a los proyectos nacionalistas de corte fascista, ambas niegan los temas de globalidad, libre comercio, tratados comerciales e instancias internacionales donde se pudieran dirimir controversias como las que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial, que generaron condiciones de paz durante un largo tiempo como la ONU, la OTAN, la Corte Internacional de Justicia en Ginebra para la protección de las víctimas de la guerra y la Comisión Internacional de los Derechos Humanos en La Haya, encargadas de temas como las restricciones al uso de la fuerza y los métodos de combate, igualdad entre hombres y mujeres, libertad de prensa, comunidades LGTB+, y diversas expresiones sociales que surgieron en un mundo abierto.

Aportes de los pontificados

Las religiones y las iglesias han sido partícipes de los cambios, en el más importante de la historia contemporánea, la caída del Muro de Berlín y la desaparición de la URSS con Mijaíl Serguéyevich Gorbachov, surgió la figura de un Papa reformador como Juan Pablo I, cuyo nombre secular era Albino Luciani, su pontificado duró tan solo 33 días y después de su extraña muerte fue sustituido por otro Papa reformador, Juan Pablo II, ​de nombre secular Karol JózefWojtyła, el primero no italiano que tuvo un pontificado de más de 26 años, el segundo más largo en la historia de la iglesia.

Juan Pablo II alcanzó importantes reformas en favor de la defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa, tuvo un importante papel en el fin de la Guerra Fría y la caída del comunismo en Europa del Este, en la renovación de la Iglesia a través de documentos como el Catecismo de la Iglesia Católica y la reforma del Código de Derecho Canónico. Lo llamaron el Papa viajero porque fue el primero en salir del Vaticano y visitar 129 países y en reconocer los graves problemas que enfrentaba la curia romana, como la pederastia.

Después vino otro Papa reformador, pero menos carismático, Benedicto XVI, que puso mano dura a la pederastia, principalmente a los Legionarios de Cristo, congregación altamente conocida en México por su líder, el padre Maciel. En 2006, como resultado de un proceso canónico, la santa sede retiró a Maciel del ministerio sacerdotal, algo antes impensable.

Luego llegó el Papa Francisco, cuyo nombre secular fue Jorge Mario Bergoglio, que dejó un importante legado reformador y plantó su mensaje por los pobres, los migrantes y el cuidado del medio ambiente. Francisco promovió la misericordia, el diálogo interreligioso y reformas en la estructura del Vaticano, además supo acercarse a los jóvenes y usar los nuevos medios para la evangelización.

Este conclave tiene una relevancia trascendental, porque, aunque la tendencia mundial es altamente regresiva, prevalecen temas -que no se discutirán- como la legalización de los matrimonios igualitarios, permitir el ministerio sacerdotal de mujeres, el matrimonio de curas, además del debate sobre el aborto, temas centrales al interior de la Iglesia, pero con repercusiones frontales en la concepción ideológica de los países.

Por otro lado, el papel de la Iglesia Católica es vital para el proceso de transición actual hacia la definición del nuevo orden internacional, como en su momento fue la participación del Papa Juan Pablo II, que supo contribuir a canalizar las fuerzas políticas y evitar una nueva confrontación mundial.

Veremos qué ofrecerán los cardenales al mundo, esperemos que no se repitan acciones que en varios puntos de la historia derivaron en guerras, muerte y destrucción.

La iglesia bien puede ser un importante mediador que contribuya a la conciliación de los intereses radicales de los lideres políticos que polarizan y promueven la destrucción al interior de sus países y frente a otras naciones.

X: @diaz_manuel