Uno de los grandes pilares o mejor dicho parte del sostén del desarrollo económico y productivo es el campo en México. Por tal motivo, aplaudo y reconozco a quienes buscan mecanismos de atención y fortalecimiento para ese rubro; gracias a esa responsabilidad social, se abre la puerta de ingreso para que campesinos y agricultores tengan acceso a las oportunidades no sólo para poner a la vanguardia los ambientes donde se desempeñan, sino también para garantizar una certeza laboral y mejor calidad de vida.

Recordemos que fueron ellos quienes, en pleno auge de la pandemia del Covid-19, no frenaron sus actividades para llevar hasta nuestra casas los alimentos que consumimos, sin importar el riesgo latente que enfrentaban al estar a merced del contagio. A raíz de ello, hay una deuda que, durante décadas, han necesitado la atención, pero sobre todo las acciones para revitalizar todos los elementos que están ligados al trabajo del campo, máxime porque representa una fuente de empleo para millones de mexicanos.

Siendo un elemento indispensable para el país y sobre todo para que el territorio salga adelante en rubros de desarrollo y equilibrio económico, hay que otorgar los mecanismos legislativos y jurídicos que sean una verdadera solución dada la importancia y el papel preponderante que juega el campo.

A fin de resarcir esa vulnerabilidad, liderazgos de la Cámara Alta han propuesto una iniciativa de nueva Ley Agraria que va enfocada a impulsar y garantizar la seguridad jurídica, social y pública del campo y de los campesinos.

Esto, por supuesto, llega en un buen momento porque vale la pena poner atención en esa materia. Hay que recordar que, detrás de está labor fundamental, vienen hombres y mujeres que han insistido por años en un proyecto u alternativa que atienda las necesidades, sobre todo aquellas que den certidumbre para regularizar la posición de la tierra y, por consiguiente, que exista un reparto equitativo.

Asimismo, es fundamental una política integral en cuanto a la seguridad social, que alcancen servicios de salud y pensiones dignas para su retiro. Por justicia, deben incluirse en este sistema lo antes posible, aunque también, por una deuda para proveer de instrumentos que estén a la vanguardia como la tecnificación.

Y algo que no podemos soslayar es, hoy en día, un esquema de recurso destinados a infraestructura para construcción de presas con condiciones óptimas para facilitar, pero sobre todo contribuir a fortalecer las áreas de oportunidad inherentes al campo, con el afán de encontrar rutas idóneas y tener, en un periodo corto, la autosuficiencia como palanca de producción en alimentos a fin de alcanzar la soberanía alimentaria.

México necesita, ya, caminar hacia la transformación del campo con miras a la modernización. Por ello, hay que buscar las herramientas indispensables de mejora en la calidad del servicio. Así pues, la iniciativa de nueva Ley Agraria sería la panacea al esquema de carencias y necesidades que enfrenta en la actualidad el campo. Con esa promesa y voluntad, pero sobre todo la influencia que tienen los líderes del legislativo en la Cámara Alta, muy probablemente sea una realidad los nuevos instrumentos que hagan justicia social al plantearse una propuesta de esa naturaleza.

Tratándose de una iniciativa planteada en el Senado de la República por liderazgos de Morena no hay duda de que, esa propuesta, alcanzará un consenso no sólo porque se trata de un tema de interés público inminente, sino ya que la buena racha y los buenos oficios que han predominado en la Cámara alta dan la pauta para ir anticipando un éxito.

Notas finales

Mara Lezama será la próxima gobernadora de Quintana Roo. Así lo aseguran las encuestas que han medido el pulso de la población a semanas de que se realice el ejercicio democrático electoral. A pesar de que la determinación estará en manos de la sociedad civil, la lógica muestra señales claras e irreversibles que han mantenido en la cima a la abanderada de Morena en aquella entidad.

De hecho, ayer recibió el espaldarazo de varios legisladores de la Cámara alta; un buen gesto y un acto de respaldo que tiene una lectura fundamental: hay unidad en la expresión lopezobradorista que, por cierto, convocó a miles de simpatizantes y militantes del partido guinda que, a propósito de que fueron a arropar a la representante de Morena, manifestaron en una ovación al grito de “¡presidente, presidente, presidente!” al perfil que se ha negado a nombrar López Obrador en la tribuna de la mañanera.

¡El pueblo pone y el pueblo quita! Una frase acuñada por el mandatario López Obrador. Y, por cierto, esa misma población quiere en la lista de presidenciables al perfil que falta se le reconozca su aspiración legítima. Es momento.