El pasado martes la mesa editorial del diario estadounidense The Washington Post publicó un artículo intitulado “Mexico should stop its president latest antidemocratic maneuver”. En él, el periódico critica severamente las acciones recientes del presidente AMLO dirigidas al posible desmantelamiento del INE como lo conocemos con el propósito de perpetuar la permanencia de Morena en el poder.

Hacia el final del texto, el autor (o autores) del artículo exhorta al presidente Joe Biden a intervenir, en el marco de la próxima reunión de líderes de América del Norte, para que AMLO detenga sus acciones antidemocráticas.

El artículo ha suscitado, como podía anticiparse, fuertes reacciones por parte de los medios de comunicación, positivas o negativas, tanto de simpatizantes de AMLO como de sus opositores.

Vamos a ver. Por un lado, recordemos que el Washington Post no es un diario conservador ni reaccionario ni simpatizante de las derechas, ni estadounidenses ni extranjeras. Por el contrario, desde su fundación, el diario estadounidense se ha caracterizado por sus posturas claras de centro-izquierda. Ha apoyado históricamente al Partido Demócrata y a sus candidatos, y ha rechazado la ideología extremista.

En este contexto, si bien es verdad que ningún gobierno o diario extranjero debe intervenir en lo asuntos internos de México (lo que legitima reprobar el exhorto del Washington Post al presidente Biden) los argumentos esgrimidos por la mesa editorial del periódico sí que encajan en la realidad política binacional.

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Pone de manifiesto la importancia de la relación comercial entre México y Estados Unidos, y cómo los intereses del vecino del norte podrían verse afectados ante un eventual retroceso democrático en nuestro país. No resulta sorprendente pues, que Washington busque que uno de sus principales socios comerciales goce de una salud democrática que incentive el crecimiento económico, que atraiga la inversión extranjera, y que en suma, ofrezca las condiciones para el enriquecimiento del comercio bilateral.

Ha quedado claro, pues, que Washington no desea ver a México convertirse en un régimen autocrático con elecciones amañadas, con instituciones electorales capturadas, con unas Fuerzas Armadas involucradas en la organización de los comicios, y mucho menos, con un partido hegemómico de corte populista que parezca hacer renacer los temores de una Venezuela en América del Norte.

En suma, desconcemos aún la agenda de Joe Biden rumbo a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de los países de América del Norte, misma que tendrá lugar en la Ciudad de México en enero de 2023. Lo que sí que es una realidad es que ni Washington ni Ottawa ven, dentro de sus intereses regionales, a un México retrocediendo en términos democráticos.