Lo he venido diciendo, conforme se acerca la inauguración de la terminal aérea en Santa Lucía, todos los días salen columnas, notas, reportajes y opiniones sobre el particular; la gran mayoría asegurando a priori que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no va a funcionar.

Las quejas sobre el complejo aeroportuario no se acaban, al contrario, cada vez se hacen más álgidas. Pero la gran mayoría tienen la clara y única intención de hacer ruido; sí, ruido mediático.

Me parece importante explicarles un punto nodal, ahora que la preocupación en turno y de moda es ¿cómo se va a llegar a la terminal aérea?; que si serán tres horas del sur hasta allá… que si el cuello de botella en Indios Verdes… que si tendrás que pagar dos casetas… y así me podría seguir un buen rato.

Me interesó mucho, entre los comentarios quejosos, la mención de los tripulantes, y la pregunta que hicieron fue ¿cómo van a llegar? A ver, primero diremos las dos aerolíneas que comenzarán las operaciones el 21 de marzo son VivaAerobus y Volaris, y las rutas ya las anunciaron.

Pero… ¿dónde viven los tripulantes? Hace muchos, pero muchos años, sólo existía la Base México. Con excepción de AeroCalifornia, cuya base era la ciudad de La Paz, en Baja California Sur, todas las líneas tenían su base en la Capital de la República, incluso aquellos tripulantes no vivían en el entonces Distrito Federal. Antes de que las aerolíneas abrieran “bases” en lugares como Tijuana, Monterrey, Guadalajara o Cancún, muchos de mis compañeros vivían en esas ciudades. Era común verlos muy temprano pidiendo “ride” a algún capitán para llegar a la Ciudad de México a firmar su vuelo.

Tuve compañeros que vivían -o viven- en Acapulco, Querétaro, Pachuca, Puebla, Cuernavaca, Toluca, Morelia, Zacatecas, Mérida, Veracruz. Y no solo sólo en el interior del país; conozco sobrecargos y pilotos viviendo en San Antonio, Houston, Dallas…hasta uno que vivía en España, y cada quince días se iba a ver a su familia allá.

Algunos llegaban por avión a México para presentarse a firmar su vuelo, pero también muchos de mis compañeros viajan -así, en tiempo presente- en camión. Sí, en las terminales aéreas existe el servicio de transporte terrestre de pasajeros que te lleva del aeropuerto a Cuernavaca, Querétaro, Puebla y otros destinos.

Los acérrimos críticos del AIFA, que día con día escriben largas columnas cuestionando cómo se va a llegar al aeropuerto, no están tomando en cuenta que los tripulantes, llevan años moviéndose en transporte terrestre, esto es en camión. A diferencia de lo que pasaba hace algunos años, ahora con las bases en diferentes ciudades de la República no es necesario tener una base en el AIFA. Saliendo de Tijuana, Guadalajara o Monterrey, es más que suficiente para poder volar hacía el AIFA, y de ahí trasladarse a Cancún, por ejemplo.

Se llama “Planeación aeronáutica” y cada empresa verá la mejor manera de utilizar a su personal. Justo esto me sirve para aclarar varios mitos. Los tripulantes, sean pilotos o sobrecargos, hacen en promedio de cinco a seis aterrizajes por día, dependiendo de tiempo de cada tramo, es decir de cada vuelo. Si el vuelo no pasa de los 60 o 90 minutos de duración, es probable que la empresa le asigne al trabajador entre cinco a seis aterrizajes; pero si el vuelo excede de las tres horas y media, tal vez solo sean de dos a cuatro aterrizajes.

No vuelan siempre al mismo lugar, tampoco vuelan con la misma gente y aunque usted como pasajero crea que “es la misma señorita que lo llevó la vez anterior en su viaje”, las probabilidades de que así sea son ínfimas, porque los sobrecargos no hacemos solamente una ruta, por ejemplo México-Monterrey.

Utilizar dentro de la narrativa golpista a los tripulantes, haciendo afirmaciones sin conocer la operación a fondo, haciendo suposiciones, e imaginando escenarios que todavía no se dan, es como criticar una comida sin haberla probado.

¿Cuándo podremos ver si funciona o no el AIFA? Hasta que comience operaciones de manera oficial y las aerolíneas vean el interés que hay por parte de los usuarios. Eso me recuerda mucho cuando se criticó, porque nadie lo iba a usar, el segundo piso de Avenida Periférico, también “de López Obrador”, (que afán de darle paternidad a las obras públicas que nos pertenecen a todos).

Ahora, cuando llego a usarlo (en su parte gratuita) siempre está lleno y vaya que funciona, es una maravilla que nos permite acortar tiempos de traslado en esta ciudad sobrepoblada.

Ahora ya lo sabe, los tripulantes viven en todas partes, no sólo en esta ciudad y acostumbrados están a trasladarse por avión, camión, coche y sí, también Metro y Metrobús, para llegar a firmar su servicio.

De verdad, detractores, no se preocupen por ellos, o por los pasajeros; lo vuelvo a decir: las líneas aéreas están viendo la modalidad del shuttle para su traslado desde distintos puntos de la ciudad. Si usted no hará uso de las instalaciones del AIFA, porque no va a tomar un vuelo desde esa “Central Avionera”, ¿entonces qué le preocupa?, ¿para qué desgasta su hígado?, guárdelo para sus hijos.