El mundial FIFA en Qatar ha logrado reunir una enorme cantidad de aficionados mexicanos que están viajando con la finalidad de apoyar y divertirse, en una justa mundialista donde el tema comercial, deportivo, turístico, social, tecnológico y desde luego la cobertura televisiva y de medios tienen un papel determinante. Este es un mundial FIFA diferente en muchos sentidos, sobre todo en lo cultural, donde los miles de visitantes han encontrado diversos conceptos que quizá no les han acomodado, pero al final es una verdadera fiesta en donde los equipos con identidad son los tradicionalmente importantes y van bien preparados en la búsqueda del campeonato.

Los aficionados mexicanos que asisten a Qatar definitivamente apoyan al Tri y van a divertirse, sin embargo algunos de ellos desafortunadamente no se portan muy bien que digamos, pero van con aspiraciones de que México tenga una buena actuación y pueda llegar a un cuarto partido y quizá un quinto, lo cual no es ninguna hazaña y es verdaderamente pobre de que un país como el nuestro no tenga un equipo con identidad, con un sello propio, con una personalidad que imponga en la cancha y que pese cuando se enfrenten a otros equipos, a otros países. Esa aspiración de llegar a un cuarto o quinto partido es la verdadera traducción de los lastimosos cánticos de “apoyo” al Tri como “Cielito Lindo con canta y no llores” o el “sí se puede”.

No es el momento de cuestionar el contratar técnicos extranjeros que llegan con un resumen espectacular junto con su cuerpo técnico, que en muchas ocasiones no entienden y no saben de la forma de ser de nuestros jugadores, de los medios, de los equipos que prestan a sus jugadores, de las reacciones de los aficionados. Los cuerpos técnicos extranjeros tienen que sujetarse a las exigencias de quienes los contratan y tratar de crearle cierta identidad temporal a la Selección Mexicana. Además de desplazar a los técnicos mexicanos, que dicho sea de paso, han obtenido excelentes resultados en justas internacionales logrando crear nuevas figuras de nuestro futbol.

Es muy difícil para un Director Técnico lograr crearle una identidad al Tri cuando solamente vienen para un ciclo mundialista. Para este Mundial FIFA donde México calificó con ciertos apuros en su zona de CONCACAF solamente esperamos que tengamos una buena actuación y darle satisfacciones a los mexicanos que viajan con alegría y folklore a apoyar al equipo mexicano, así como los que los vemos a través de la televisión.

México tiene excelentes jugadores, tan es así que son producto de exportación. El éxito que han tenido y tienen muchos de ellos en el extranjero es una prueba fidedigna de que material humano existe, pero quizá muchos mexicanos no puedan reconocer el triunfo de los nuestros en el extranjero y entender que son estrellas y como tales le exigen a directivos, patrocinadores, a sus dirigentes y a sus técnicos respeto y reconocimiento, que esto debe de ser de ida y vuelta. Si existen indisciplinas por parte de jugadores se pueden conversar y hablando se entiende la gente. Pero eso de dejar fuera a las promesas del futbol mexicano, colocar veteranos, estar adivinando alineaciones para ver si le atinan y aparte querer operar a un equipo sin identidad no le agrada a nadie. Ahora de que “si se puede”, si se puede y de que seguramente escucharemos “canta y no llores” eso ya es garantía. Desde luego deseamos el triunfo de México pero bajo esas bases se complica nuestra aspiración.

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