¿Qué representan y quiénes son los presidentes que AMLO ha mencionado como ejemplo, aliados o amigos? Todos comparten características, como haber sido acusados por corrupción y en su mayoría ser representantes de gobiernos populistas.

El respaldo de AMLO

A finales de agosto la expresidenta y actual vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue llamada ante la justicia cuando dos fiscales pidieron penas de prisión hasta por 12 años e inhabilitación para ocupar cargos públicos al haber incurrido en presuntos actos de corrupción en la obra pública durante su gobierno. El fiscal Diego Luciani aseguró: “se trató de la mayor maniobra de corrupción del país”, con un perjuicio al Estado mayor a US $1.000 millones, por lo que se solicitó que en caso de ser condenados se decomise bienes de los acusados por esa cantidad.

¿No intervención?

AMLO no dudó en traicionar la premisa de no intervención en la política interna de otros países para salir en defensa de la vicepresidenta argentina, le ofreció respaldo y junto con los presidentes de Argentina, Bolivia y Colombia firmó una carta en su apoyo, señalando que las acusaciones obedecen a que la quieren apartar de la actividad “pública, política y electoral” para implementar un “modelo neoliberal”.

Un caso no tan diferente al de Cristina es el del presidente de Perú, Pedro Castillo. A un año de iniciado su mandato, ya enfrenta seis investigaciones por corrupción relacionadas con la obra pública. De acuerdo con la Fiscalía, Castillo es el jefe de una organización criminal que se coludió para entregar obras públicas a empresas de allegados a su familia.

AMLO se volcó a defender a Castillo pasando nuevamente por encima de la máxima fundamental de la política exterior de México de no intervención y, aunque se dijo respetuoso de las decisiones de otros países, aseguró: “pero es evidente que el conservadurismo está haciendo labor en contra del gobierno, legal, legítimamente constituido” de Pedro Castillo.

Evo

Otro caso es el de Evo Morales, quien después de tres reelecciones sumergió a Bolivia en una terrible crisis política y de corrupción. En estos países gobernados por populistas la reelección se somete a una “consulta” y cuando no les favorece violan su Constitución. En la consulta que mandó hacer Evo en 2017 para postularse para un cuarto periodo, un 51.3% de la población dijo que no, sin embargo, Evo se postuló asegurando que su reelección garantizaría una continuidad democrática y la estabilidad y dignidad del pueblo boliviano.

Luego, ante la amenaza del desbordamiento de las protestas sociales y acusaciones de fraudes y corrupción, Evo aceptó renunciar a su cargo y salió exiliado. AMLO le ofreció asilo político, permaneció algunos meses en México y se fue a Argentina en calidad de refugiado.

Su amigo Trump

Otro de los aliados de AMLO que encabezó uno de los peores gobiernos populistas e incluso, se puede decir, puso en jaque al mundo entero, es “su amigo” el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump sobre quien pesan al menos dos graves acusaciones que lo tienen a un paso la cárcel.

La primera, haber incitado a sus seguidores durante la toma violenta del Capitolio en enero de 2020, después de negarse a reconocer su derrota electoral y al tratar de evitar que Joe Biden ocupara la presidencia.

A diferencia de los pronunciamientos que ha sostenido en relación con otros países de Latinoamérica como Argentina, Bolivia y Perú, donde condena acciones judiciales o protestas en contra de sus amigos, AMLO se abstuvo de cuestionar las protestas incitadas por Trump y decidió apoyarlo manifestando su rechazo en contra de las redes sociales que por esas acciones bloquearon las cuentas personales del expresidente.

La segunda acusación en contra de Trump es por corrupción, las autoridades de Nueva York lo investigan por prácticas comerciales fraudulentas que incluyen engaño a prestamistas y autoridades fiscales sobre el valor de propiedades inmobiliarias.

Sarkozy

Otro expresidente que AMLO pone como ejemplo es Nicolás Sarkozy de Francia, quien después de ser encontrado culpable por delitos de corrupción y tráfico de influencia fue condenado a tres años de prisión que lo convirtieron en el primer ex inquilino del Elíseo en ser sentenciado a una pena de cárcel.

Sin embargo, para AMLO el expresidente francés resulta un dechado de pureza. En la mañanera, donde el presidente decide los temas que son del interés de la nación, AMLO reprodujo un fragmento de la miniserie sobre Florence Cassez que Netflix produjo en colaboración con Argos, donde aparecen declaraciones de Sarkozy en contra de Felipe Calderón.

Otros mandatarios con los que mantiene cercanía son los de Venezuela, Nicaragua y Cuba, y calla ante la invasión de Ucrania mientras coquetea comercialmente con China; países donde se habla de corrupción y autoritarismo, pero donde nadie resulta procesado por una simple razón, son países donde la ley y la justicia la aplican ellos mismos bajo sus muy personales criterios.

¿De ahí su interés por mantener la prisión preventiva y por arrebatar al Poder judicial una de sus tareas fundamentales como lo es la aplicación de la ley? Y, por otro lado, mantener el control militar de la seguridad pública para que, aquellos a quienes considere sus oponentes políticos, sean presentados al MP y encarcelados.