Lo que recientemente hizo el equipo de campaña de Marcelo Ebrard —exigir “piso parejo” en la elección interna de Morena— exhibe al canciller como un político obsesionado con la idea de ser presidente de México.

Al mismo tiempo, ese piso parejo que exigió la senadora Malú Mícher —vocera oficial y coordinadora de la campaña de Ebrard— exhibe las debilidades del secretario de Relaciones Exteriores, un político muy experimentado cuyo instinto evidentemente le dice que no cuenta con la fuerza que se necesita para vencer, en las encuestas de Morena, ni a Claudia Sheinbaum ni a Adán Augusto López.

Por lo demás, insulta al presidente López Obrador y a la dirigencia de Morena que el equipo de campaña de Ebrard se llame Progresistas por la Unidad y Piso Parejo. Es decir, ¿el canciller y su vocera dudan de la objetividad con que aplican las encuestas el partido de izquierda?

Ello demuestra que Marcelo Ebrard, al fin un hombre inteligente, sabe que casi seguramente no será el candidato de Morena en 2024.

Por dos razones Ebrard se ve perdido:

(i) Marcelo no es tan cercano a AMLO como Claudia y Adán; esto es importante no porque Andrés Manuel vaya a dar el clásico dedazo, sino porque, muy probablemente, a la hora de contestar la encuesta, la gente preferirá a alguien totalmente identificado con el presidente López Obrador, y en ese terreno el canciller está en desventaja tanto frente al secretario de Gobernación como frente a la jefa de gobierno de la CDMX.

(ii) En las encuestas más serias —El Financiero, Reforma, MetricsMX para SDPNoticiasEbrard no ha logrado superar a Sheinbaum. El empate técnico o estadístico es clarísimo, a pesar de que Marcelo es más conocido que Claudia; además, en todos los estudios no solo la ventaja aritmética, sino también la tendencia favorecen a la jefa de gobierno sobre el canciller, tal como lo dijo en un artículo reciente el encuestador Alejandro Moreno.

Entonces, como se sabe perdido, Ebrard ha diseñado, y lo está ejecutando, un plan de ruptura con el propósito de llegar a la oposición como el único político capaz de verdaderamente retar a AMLO y a la 4T.

El diario El País, de España, ha decidido hacerle el caldo gordo a Marcelo con esta nota: “Ebrard carga contra la campaña interna de Morena: ‘Los obstáculos no pueden estar dentro del partido’…”.

Para demostrar que va en serio la rebeldía de Marcelo Ebrard, El País dice —sintetizo la información—:

Que el canciller “se suma a las críticas de Ricardo Monreal y denuncia un supuesto trato de favor hacia otros candidatos a la carrera por la sucesión presidencial”.

Que “el entorno del canciller Ebrard, en concreto la senadora Malú Mícher, que dirige el reciente equipo de campaña formado por el secretario de Exteriores, cargó este lunes contra el proceso interno que está llevando el partido”.

Que, “sin dar nombres, la portavoz de Ebrard criticó un supuesto sesgo a favor de otros candidatos”.

Que “estas críticas de Ebrard van en la misma línea que los dardos que durante los últimos meses lleva lanzando Monreal”.

Que se trata de “una sintonía en las críticas de ambos (Ebrard y Monreal) que revela los movimientos internos entre distintos bloques y familias de cara la a anticipadísima campaña presidencial”.

Que sobre Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López planea “la sombra del favoritismo del presidente, que en todo caso sigue asegurando que no habrá dedazo y que respetará el resultado del polémico método de votación interna mediante una encuesta a simpatizantes”.

La respuesta de AMLO: Ebrard menosprecia a la gente

En la mañanera de hoy el presidente López Obrador respondió al canciller y a su vocera:

“Cuando se habla de que no hay piso parejo, ese es un menosprecio a la gente porque ya nadie se deja manipular, que no se use eso como excusa”.

“Cómo no va a haber piso parejo si va a ser el pueblo el que va a decidir”.

“Y si la gente ve que el presidente se está inclinando a favor de alguien o los dirigentes del partido, eso lo rechaza la gente, eso tiene un efecto de búmeran, pero eso también conlleva la idea de que no le tienen confianza al pueblo, de que piensan que el pueblo es manipulable, pues no, esto cambió”.

¿Entendió Marcelo el mensaje de Andrés Manuel?

Si el secretario de Relaciones Exteriores estuvo al pendiente de la conferencia de prensa de este martes del presidente de México, habrá empezado a hacer sus maletas. Y es que difícilmente será candidato del partido de izquierda alguien que menosprecie a la gente, tal como —en el diagnóstico de AMLO— hicieron Malú Mícher y Marcelo Ebrard al dudar de que exista piso parejo en Morena.

El problema de Ebrard está ahora en la oposición. Ayer comí con un brillante intelectual que podría ser el caballo negro del PRI y del PAN si estos partidos van en alianza en 2024. No daré su nombre porque la charla fue privada, pero sí repetiré lo fundamental de sus reflexiones:

Se equivoca Dante Delgado al no querer ir en la alianza opositora. Al final, cuando vea la realidad de su partido, Movimiento Ciudadano, entenderá que no tiene a nadie —excepto Colosio, pero este no quiere ser candidato— para obtener más de 10% en las próximas elecciones presidenciales.

Cuando Dante haga encuestas y vea que ni con Ebrard —tampoco con Monreal— podría ir más allá de ese porcentaje, aceptará sumarse a la alianza.

A Dante lo presionarán sus aspirantes a las cámaras legislativas que, en alianza, tendrán segura la victoria en ciertos distritos, y sin el apoyo del PAN y del PRI, podrían perderlo prácticamente todo, ya que en cualquier escenario la elección presidencial se va a polarizar y será entre solo entre dos.

¿Ebrard o Monreal como candidatos presidenciales del PRI y del PAN? Es una fantasía: nadie en los más grandes partidos de oposición los quiere porque no son confiables y porque, la verdad sea dicha, tampoco son más competitivos que quienes suenan para la alianza, como Enrique Alfaro, Santiago Creel, Enrique de la Madrid y hasta Alfredo del Mazo.