Ricardo Monreal, el todavía coordinador de la bancada de Morena en el Senado, es ese personaje que en su momento le funcionaba gritar a los cuatro vientos que ha acompañado al presidente López Obrador más de veinte años para legitimar su actuar en los últimos meses. Con una narrativa desgastada, una anticipadísima campaña presidencial llena de victimizaciones, intercambios de estampitas del mundial, rap chafa, golpeteos políticos y persecuciones ideadas en su cabeza, Monreal se ha alejado por completo del presidente y le ha dado la espalda a ese mismo movimiento que lo colocó en donde está ahora.
Mas de miles de personas han denunciado su actuar y el casi opositor, no ha dejado de señalar a la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum de estar detrás de esas denuncias, pues ella encabeza casi –sino es que todas– las encuestas presidenciales hacia el 2024, sería lógica su conjetura de quien lo ataca si estuviera en segundo lugar, pero también en esas encuestas él se encuentra en algunas ocasiones en tercero y en la mayoría en cuarto lugar, con el secretario de gobernación Adán Augusto, pisándole los talones.
Ahora, hablemos de esas denuncias, que a mi parecer son totalmente legítimas, pues como dije en un inicio, el senador no ha hecho más que estar en contra tanto en discurso como en decisiones políticas de la Cuarta Transformación. Aunque la gobernadora de Campeche haya expuesto en el “Martes del Jaguar” las negociaciones entre Alito Moreno dirigente del PRI con el senador, era bien sabido entre muchas y muchos militantes que Monreal ha operado abiertamente en contra del partido para beneficiar a sus cercanos y cercanas, tal es el caso de Sandra Cuevas, alcaldesa de la Cuauhtémoc, quien después de las conversaciones filtradas por Layda Sansores, no dudó un segundo en demostrar su solidaridad, es más, abiertamente dijo que él será el próximo presidente de este país, tampoco otros personajes de la oposición hicieron esperar su mensaje de apoyo y respaldo hacia el senador, así bien raro y bueno, es entendible cuando está tan alejado de lo que representa la 4T que la misma oposición lo acobija en cada decisión que toma.
Ante todo esto, comparto la misma opinión que el presidente, hay que dejar la politiquería a un lado y esperar a que el senador, por fin, decida irse de Morena o quedarse, pero eso sí, sin respaldo y sin ninguna relevancia política, esto no sería extraño, ya que él mismo ha dicho que la única razón por la cual continua es por su respeto a Andrés Manuel. Mientras tanto, yo le diría al senador que él no le debe nada al movimiento ni el movimiento a él, que así como cada quien es libre de entrar, es libre de salirse, sobre todo si ya no se encuentran valores en común para impulsar y continuar la transformación. Layda tiene razón en algo, esa persona que era Monreal ya no se encuentra con nosotros, si es que alguna vez lo estuvo.