De acuerdo con la encuesta realizada por MetricsMx, publicada en SDPnoticias, Delfina Gómez lleva una cómoda delantera frente a sus principales opositores rumbo a las elecciones en el Estado de México el próximo año. Ganaría con el 53.4 por ciento, es decir, con la mayoría absoluta, superando ampliamente a cualquiera de sus rivales, trátese de Alejandra del Moral, Enrique Vargas, Juan Zepeda o todos unidos en coalición.

El eventual triunfo de Delfina no estará exento de ilegalidades. Fiel a la tradición morenista, la candidata del partido en el gobierno federal violará la ley, realizará actos anticipados de campaña y contravendrá cualquier sanción surgida del INE o del Tribunal Electoral, y recibirá, huelga decir, el espaldarazo mediático de AMLO en alguna mañanera, quien se lanzará contra las autoridades electorales acusándolas de traición a la patria, de pertenecer a la derecha reaccionaria o cualquier otro apelativo que aquel día venga a la mente del jefe del Estado.

Ante un probable triunfo de Delfina en el Estado de México, bien merece la pena realizar un ejercicio especulativo ¿cómo sería esta entidad gobernada por Morena, y muy en particular, por la ex secretaria de Educación Pública?

  • Se convertiría en una entidad enteramente plegada a los intereses de Palacio Nacional. Al igual que lo que ocurre con el resto de las entidades federativas gobernadas por Morena, la gobernadora Delfina sería un alfil más de AMLO hacia la consecución de su autoproclamada 4T. Esto se traduciría en un apoyo mediático y en la firma de documentos donde cada gobernador perteneciente a esas siglas reafirma su amor incondicional a cualquier iniciativa -y pifia- emanada del presidente. En otras palabras, AMLO confirmaría la destrucción del orden federal.
  • El Estado de México sería un bastión mas del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación. Con una gobernadora manejada por Palacio Nacional y plegada a los intereses gremiales del sindicato, la educación en las escuelas públicas mexiquenses estaría sometida nuevamente a los intereses de un puñado de líderes sindicales. Ello, sumado a la fortísima influencia llegada desde la Ciudad de México, lastimaría penosamente al interés general de los niños y jóvenes del estado.
  • La nueva gobernadora haría todo en su poder para controlar, mediante el ejercicio del presupuesto, a los alcaldes mexiquenses de la oposición, violando así la independencia y autonomía de los municipios.
  • Si Delfina Gómez repitiese lo que vergonzosamente hizo durante su paso por Texcoco, los funcionarios del gobierno estatal se verían obligados a ceder el 10 por ciento de sus salarios a la causa morenista ¡y aun más si estamos en la antesala de las elecciones de 2024! En otras palabras, ante la inacción de las autoridades sancionadoras, la gobernadora Delfina utilizaría facciosamente su poder como gobernadora para avanzar la causa de Morena el próximo año, en detrimento de los intereses de los funcionarios de su gobierno.
  • La entidad se convertiría en una importante fuente de financiamiento para 2024. Más allá de los diezmos, Delfina, desde Toluca, destinaría los recursos del Estado para el financiamiento de la campaña del partido oficial. En adición, pondría en movimiento a todo el aparato estatal para favorecer al abanderado de Morena.

Ante la llegada de Delfina al gobierno del Estado de México ¿Vaticinamos algún beneficio ostensible para los mexiquenses? No se ve alguno.