No era necesario tener una bola de cristal para prever que la supuesta “candidatura” de Pedro Ferriz Híjar para la presidencia de nuestro país era una vacilada.

Lo que sí me sorprendió fue la rapidez con la que ocurrió el anuncio. Una encuesta en Twitter, en donde el sesgo estaba a favor del lector de noticias fue suficiente para que más de 80 por ciento de los consultados le dijeran que mejor siguiera con su labor de comunicador.

La prudencia de Híjar al abandonar sus aspiraciones presidenciales no es replicada, por supuesto, entre quienes pertenecen al “carrito de payasos” que conforma la baraja de presidenciables de la oposición mexicana.

Entre las peleas entre la inflada Lilly Téllez y Santiago Creel y las presuntas aspiraciones de “Alito” Moreno, la derecha no cuenta ni siquiera con un proyecto de nación, menos con un candidato o candidata sólido que sea capaz al menos de dorar la píldora a los electores mexicanos.

Nunca fue seria la intentona presidencial de Ferriz Híjar, pero al menos duró más que un político apodado “saco de pus” cómo vocero de la Coparmex (menos de medio día) y será más seria que cualquier candidatura que la oposición presente el próximo año.

De eso no me queda duda.