La realidad es que pareciera que no. Lo dicen las estadísticas, pero también lo dice mi intuición. Desde antes de que llegara la pandemia este presidente se ha venido esforzando por convencernos de que hay un ambiente de felicidad en la gente.

La verdad es que, antes de la pandemia, no sentí que hubiera tal. Pero tal vez es mi propia proyección. O quizá que, por aquí y por allá, me enteraba que no había medicamentos oncológicos: sí, para niños con cáncer; que tampoco había recursos para mujeres con cáncer de mama; que la violencia se había incrementado como nunca y que, simplemente, estaba al menos yo lejos de sentir esa felicidad .

Creo más bien el que sí se se sentía y se siente feliz es el presidente López Obrador, que en su totalidad siempre está ausente de las emociones de los otros; simplemente no conecta y sigue sin poder conectar .

Lee esto: SCJN discute la objeción de conciencia; síguelo minuto a minuto

Hoy con la pandemia, estamos muy lejos de sentirnos felices.

El monitoreo mensual de la depresión indica que en abril de 2020 —el primer mes del confinamiento por la pandemia de covid— la prevalencia de depresión —de 27.3% (IC:24.1, 30.4)– se incrementó de manera muy importante con respecto al 2018 que midió la Ensanut, y, resultó la más alta en los meses en que se midió con la covid-19.

La estimación puntual disminuyó entre abril y junio de ese mismo año hasta 22.8% (IC: 20.7, 24.8); el descenso continuó hasta octubre, con una prevalencia de 19.7% (IC: 17.7, 21.8). Si bien la reducción en la depresión entre abril y octubre ha sido significativa, aún continúa seis puntos por arriba de la medición de 2018-2019 con la Ensanut, en 13.6% (IC: 13.1, 14.1).

Pero este presidente sigue en su dicho: estamos felices y hasta emocionados por celebrar el 15 de septiembre. Él dice que duerme bien. Yo no. Tengo deudas, no tengo empleo y me asalta el miedo a cada instante .

Mi padre, que padecía demencia, decía que todo estaba bien frente al cuerpo inerte de mi madre cuando murió.

¿Será que eso tiene el presidente? ¿O es que la demente soy yo?