Yo tenía 12 años. Una edad en donde apenas entiendes el mundo y apenas no. Me encontraba en el baño subida en un banquito, para que mi madre alcanzara y pudiera peinarme. Recuerdo que me jalaba el cabello y yo le reclamaba.

De pronto, tronó todo a mi alrededor; vivía en la colonia Narvarte, en el tercer piso de un departamento. Iba y venía de un lado a otro el edificio. Había una lámpara arriba de mí en el pasillo, no sé porqué pero nos daba seguridad estar en ese lugar. Mi padre enfundado en un traje sastre, se veía guapísimo y mi hermana estaba en pijama. Nos mirábamos atónitos pero nos abrazamos los cuatro. Creo fue la única vez que recuerdo habernos abrazado.

Mi recámara quedaba de lado izquierda, la puerta se azoto por el movimiento quedando nuestra mascota dentro de ella. Terminó de temblar y todo había pasado. No habían redes sociales, ni tecnología, ni comunicación que nos diera acceso a saber qué pasaba afuera.

Mi hermana me llevo al colegio. Horas después empezaron a llegar los padres de familia por nosotros. Ahí estaba mi hermana recogiéndome: “¿Porqué?” Le pregunté. Ella enmudeció…. Yo entendí. En el camino me dijo “Estuvo muy feo mono” ( así me decía) y esa pequeña niña que empezaba a asomarse al mundo, entendía todo.

Muertos y dolor por todos lados. Pero una unión dentro del dolor, una paz y una solidaridad como nunca había visto. Aún lo recuerdo. Recuerdo a mi hermana recopilando cobijas, comida, ropa. Lo llevamos a un centro de acopio en el Parque de los Venados .

Las columnas más leídas de hoy

Muchísima gente llevando todo, haciendo de todo para ayudarnos. El Presidente de la República, Miguel De La Madrid enmudecía, se veía tan pequeño. El grande era México con sus mexicanos. Esos eran los grandes. Los que estaba. Rescatando, sanando, ayudando, compartiendo, amando al otro sin conocerlo.

Hoy, a 36 años del terremoto en México, ya sin mis padres y sin mi hermana en este plano cuando pierdo la esperanza y siento que todo se derrumba en este país, recuerdo aquel 19 de septiembre de 1985, cuando México despertó y se unió y que fue muy grande y aplastó a cada político de esta nación que se quería colgar las medallas de rescatadores.

Ese México ahí está, debe despertar sin esperar a que el desastre llegue. Que ya está llegando...¿será el momento de despertar?