Ayer, Xóchitl Gálvez se fue a grabar a Irapuato –capital mundial de la fresa–, una mala película de terror con chafas efectos especiales, para dizque sellar un pacto de sangre –¡obvio usó mermelada de fresa!–, para apantallar a la gente que no sabía bien a bien qué estaba viendo.

Si el casting para una nueva película de Mujeres Vampiro, donde seguramente muchas “prianistas” pueden hacer la prueba actoral como Kenia López, experta en chupar sangre en el Congreso, o qué me dicen de Beatriz Paredes, que al enfrentar a Xóchitl Gálvez en una simulada contienda para elegir a la candidata aliancista pues me la descalabraron a la mala ni más ni menos que desde los controles del rasurado Hombre Lobo de Campeche Alito Moreno...

¡Ah! o incluso el mismo Germán Martínez, bien podría participar en esa prueba para quedarse con el papel, porque también es un profesional “chupa sangre” pues a todos lados dónde va encaja el diente. Y además se llama Germán, como el célebre Germán Robles, ese actor que nació para ser vampiro del Cine Mexicano.

Total que los pobres espectadores guanajuatenses estaban tan confundidos ayer en Irapuato, que incluso pensaron se trataba de esos espectáculos de mala comedia con enanitos toreros (por aquello de que están tan enanos en las encuestas, Fernando Belaunzarán hiciste falta de maestro de ceremonias).

El caso es que el vampiresco performance de manchar un papel con mermelada lo único que trajo a la mente de los espectaculares es al Santo, sí pero no a cualquier enmascarado de plata, ni tampoco a ninguna de esas figuras religiosas con fiesta patronal y toda la cosa, no, el Santo que apareció en la mente del público fue ni más ni menos que “el santo madrazo” que se van a llevar los “prianistas” en las próximas elecciones del primer domingo de junio, pues con esa candidata solo les espera una escalofriante película de terror en las urnas. Tan escalofriante como eso de comprar los gigantescos canastos de fresas que venden en las carreteras por 100 pesitos, ¡todo un ofertón!

Pero ¿qué creen amigos?, pues al llegar a la casa y sacar las irapuatenses fresas, el terror se apodera de inmediato al descubrir que están rellenas de puro periódico. Desilusión comparable solamente con la mermeladesca escena de Xóchitl de ayer.