El relevo de Santiago Nieto se veía venir. Quien ocupa una responsabilidad tan delicada no puede tener otra agenda que la del presidente. No fue el caso de Santiago Nieto. Actuaba para complacer al presidente, pero prevalecía su interés personal. La actuación del titular de la UIF debe estar al margen del protagonismo mediático. No fue así. De hecho, el pecado mayor de la pareja que decidió unir sus vidas en ceremonia religiosa en Antigua Guatemala, ha sido la desbordada visibilidad mediática, la boda lo revela. La consejera tiene cargo para ello, aunque comprometa el sentido de cuerpo que debe prevalecer en el INE, pero él no.
Santiago Nieto fue ostensible en su deseo de reemplazar al fiscal Gertz Manero. Los interesados y oportunistas de siempre le alentaron en su empeño. Un error grave y más que eso deslealtad al presidente. La consejera Carla Humphrey trabajó con él en la UIF. Como consejera ha tenido un encomiable desempeño en el INE abanderando la causa de la equidad de género, en no pocas ocasiones con buenas razones y sumando su voto a acertadas decisiones, aunque también con un protagonismo.
A la UIF llega un hombre con acreditadas e indiscutibles credenciales en la izquierda mexicana y en el Congreso. Pablo Gómez es un político que habrá de reinventarse en una responsabilidad de Estado que exige lealtad al presidente y también al país, que no siempre es lo mismo, antes, ahora y siempre. No es una agencia política, sino una ventana privilegiada a una parte muy sensible de los gobernados. Su antecesor incurrió en delitos al hacer públicos datos, nombres, cuentas y transacciones financieras protegidas por el secreto bancario y el derecho a la privacidad. Provocó mucho daño a particulares inocentes y a empresas al margen de sospecha; comprometió severamente la presunción de inocencia, sobre todo en los primeros meses de su actuación. La inteligencia y el rigor de Pablo Gómez anticipa que tendrá el cuidado que tal responsabilidad exige.
Muy revelador que el nombramiento se diera vía la Secretaría de Gobernación, más aún con imagen del titular de la dependencia. El mensaje es evidente. Hay una recomposición del equipo de gobierno. Lo más cercano al presidente, Adán Augusto, toma control para evitar el desorden derivado de la ambición desbordada o del descuido. No habrá complacencia. Con la salida de Santiago Nieto no sólo concluye una forma facciosa de ejercicio de esa responsabilidad, también el desencuentro y enfrentamiento con la FGR y su titular Gertz Manero, precisamente por el descuido en la integración de investigaciones turnadas a dicha dependencia, reclamo hecho público por el fiscal ante legisladores.
La Cámara de Diputados deberá ratificar el nombramiento de Pablo Gómez. Será ocasión de reiterar la necesidad de recuperar a la UIF en su responsabilidad de institución de Estado para coadyuvar en la lucha contra el lavado de dinero asociado a las actividades delictuosas. Mucho puede y debe hacerse para contener la ola delictiva, principalmente, aunque no exclusivamente, la relacionada con el crimen organizado. El alto perfil del funcionario designado lleva implícita la importancia que el presidente concede a dicha responsabilidad.
Federico Berrueto en Twitter: @Berrueto