La primera sala de la SCJN determinó que la ministra Lenia Batres está impedida para votar, en la segunda sala, un asunto relacionado con los impuestos que debe —y se niega a pagar— el empresario Ricardo Salinas Pliego. En vez de Batres, en la votación en la segunda sala participará un ministro o ministra de la primera.

Supongo que hubo legalidad en tal impedimento. Pero no me gustó porque, ni hablar, la ministra Batres está claramente a favor de que Salinas Pliego tome chocolate y pague lo que debe. Quien la reemplace en la segunda sala quizá piense que el empresario no tiene deudas fiscales y, si eso ocurriera, sería simple y sencillamente muy dañino para las finanzas nacionales. Porque, recordemos, el tipo tiene deudas enormes, gigantescas, con el Servicio de Administración Tributaria.

¿Hay garantías de que no llegará un palero de Salinas Pliego a la votación en la segunda sala de la corte suprema? Ninguna, desgraciadamente.

Este es un claro ejemplo de que, a veces, la legalidad atenta contra la justicia: lo justo es lo que Lenia Batres quiere, que don Ricardo pague. Quien la sustituya no garantiza que se obligue al propietario de Elektra y TV Azteca a pagar lo que debe.

¿Era tan difícil en la primera sala pensar en el dinero de la sociedad mexicana al analizar la solicitud de impedimento que hicieron los abogados del hombre de negocios alérgico a los impuestos? Pudieron los integrantes de esa sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación encontrar argumentos inteligentes para no declarar impedida a Lenia Batres. Era lo correcto: ella lo único que quiere es que Salinas Pliego pague, así que no veo el problema con eso.

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Reitero, en la decisión de la primera sala no hay garantías de que quien vote en lugar de ella esté convencido de que lo importante es que los impuestos se paguen. Y, cito al clásico, no me vengan con el cuento de que la legalidad a fuerza es la legalidad. El dinero de toda la sociedad mexicana solo podrían cuidarlo en la mencionada votación dos ministras y un ministro de la primera sala que no se prestarían a una transa: Loretta Ortiz Ahlf, Margarita Ríos Farjat y Juan Luis Gonzalez Alcántara Carrancá. Generan serias dudas los otros dos integrantes de esa sala, Jorge Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Si no fue correcto declarar impedida a la ministra Batres, menos aún la amenaza absurda que ella lanzó a quienes integran la primera sala de la SCJN: que su impedimento podría convertirse en el primer caso “a resolver en el Tribunal de Disciplina Judicial”.

Es absurda la amenaza contra integrantes de la primera sala porque no existe tal tribunal de disciplina —existirá, pero hoy solo es un proyecto— y cuando exista será parte de un nuevo poder judicial, por lo que no tendrá competencia para juzgar a nadie de la actual SCJN, que es parte de un sistema de judicatura que va a desaparecer.

En fin, con Batres o sin Batres, que Salinas Piego pague… y Lenia no amenace. Como están las cosas, para evitar suspicacias perfectamente naturales en este momento, lo mejor que puede ocurrir es que se deje el final del juicio por los impuestos que no ha pagado el dueño de Elektra a la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación, que empezará a operar en unos cuantos meses.

Giro de Italia: Escribo a las siete de la mañana de este sábado 24 de mayo. La etapa del Giro terminará en Gorizia, la ciudad que fue maldita y hoy es la capital cultural de Europa. La meta está a 90 kilómetros, llueve, será un final peligroso. Ojalá se cuide el mexicano Isaac Torito Del Toro —probablemente habrá caídas por el pavimento mojado en un circuito urbano bastante complicado—. Ojalá Del Toro vuelva a sacar ventaja y siga encabezando la clasificación general porque el martes empieza el gran reto, la alta montaña, y necesitará sumar segundos de diferencia respecto de sus rivales para enfrentar las más difíciles cumbres del ciclismo mundial. Por cierto, qué maravilla fue ver a la mamá de Isaac llorando cuando su casi niño —21 años de edad— recibía la camiseta rosa de líder. Aquí un video de la feliz mujer. Termino con la bella canción, verdadero himno pacifista y anarquista, O gorizia, tu sei maledetta: