Últimamente he tenido que lidiar con un crédito que desapareció sin explicación alguna. Y eso me llevó a ver con otros ojos el mundo BNPL. Esto no es una historia de quejas personales: es una alerta para todos los que, como yo, confiaron en estas plataformas.
Hay fintechs que te prestan dinero como quien te hace un favor. Y luego están las que, como Aplazo, te lo restriegan como si te lo pudieran quitar en cualquier momento… Y lo hacen. Sin previo aviso. Sin razón aparente. Sin dar la cara.
En el mundo de las plataformas “Buy Now, Pay Later” (BNPL), el discurso es dulce: “elige lo que quieras, págalo en partes, sin complicaciones”. Pero en la práctica mexicana, ese discurso termina convertido en una trampa flexible… Para ellos, no para ti. Porque mientras tú cumples con tus pagos al pie de la letra, ellos se reservan el derecho de recortar tu línea de crédito cuando se les antoje, de negarte de un día para otro el acceso a ciertos comercios —como Walmart o las tarjetas de regalo—, y de modificar las condiciones de uso sin que medie explicación alguna.
Ese es el caso de Aplazo, una de las fintech más visibles del sector. Su app promete inclusión financiera y acceso a bienes sin endeudarte de más. Lo que no te dice es que el “perfil de riesgo” que determina cuánto puedes gastar, dónde y cuándo, se actualiza constantemente con base en algoritmos que no entiendes y que ellos no explican. Usuarios con historial impecable se han despertado un día descubriendo que ya no pueden usar su crédito en tiendas como Walmart, o que su límite ha sido reducido sin previo aviso. ¿El motivo? “Reevaluaciones periódicas de perfil”, contestan, cuando contestan.
Pero la raíz del problema no está sólo en una app o en una empresa. Está en un modelo de negocio que se ha expandido con una velocidad brutal, sin que en México exista un marco regulatorio claro que ponga límites a su discrecionalidad. En Europa y Estados Unidos, los reguladores ya están poniendo atención al modelo BNPL y exigiendo transparencia en los algoritmos que deciden si te prestan o no, cómo y bajo qué condiciones. Aquí, en cambio, estas fintech operan con una libertad preocupante, escudadas en tecnicismos y con una Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) que apenas empieza a enterarse de lo que está pasando.
No se trata de satanizar el crédito a plazos. Se trata de exigir que haya reglas claras, equidad en la relación proveedor-usuario, y mecanismos reales para proteger al consumidor. Porque hoy por hoy, Aplazo y compañía se comportan como bancos… Sin las obligaciones de los bancos. Juegan con tu historial, deciden qué puedes comprar y dónde, y si algo sale mal, la única opción que tienes es escribirle a un bot que te responde con frases genéricas.
La pregunta no es si el modelo BNPL llegó para quedarse. La pregunta es si vamos a permitir que se quede tal y como está: opaco, asimétrico y autorregulado por quienes lucran con él.
Porque al paso que vamos, el crédito del futuro será inmediato, sí… Pero también invisible, volátil y a su antojo.
Y si no reclamamos hoy, mañana ya no sabremos ni con quién hacerlo.
X: @Renegado_L