El martes se registró una crisis eléctrica que generó apagones en más de 21 estados de la república. De acuerdo con el CENACE, 11 plantas salieron de operación o disminuyeron la generación de electricidad por lo que en tres ocasiones se tuvo que declarar la emergencia y desconectar el suministro para evitar un colapso generalizado derivado de la alta demanda por la ola de calor.

Como de costumbre, AMLO justificó la situación y burlándose de todo México señaló que el CENACE cuenta con sistemas de alarma que alertaron sobre la situación, permitiendo una rápida respuesta para evitar un colapso mayor. Y luego, el autoelogio: “gracias a estas medidas, se logró restablecer el suministro eléctrico en un lapso relativamente breve, aunque se mantienen vigilantes”.

Situación crítica

De lo que AMLO no habló, es de que debería haber un margen de reserva por parte del CENACE, que se específica en un 6% para volver operar; tampoco dijo que cuando la demanda es excesiva y no existe esta reserva o se rebasa las plantas salen de operación llevando a desconectar a los grandes consumidores y a que se presenten apagones.

No dice que la crisis eléctrica, que se agudiza con los efectos del cambio climático y las altas temperaturas, es resultado del rezago en la inversión, de la corrupción en la CFE y de la ideologización de la política energética que ha impulsado su gobierno y a la que pretende dar continuidad Claudia Sheinbaum.

El gran apagón no fue fortuito, es el resultado lógico de las malas decisiones en CFE y en general en la política energética del país.

El gobierno de AMLO decidió suspender las subastas eléctricas y las rondas petroleras, lanzó litigios en contra de las empresas transportistas de gas natural; hizo de los órganos autónomos como la CRE y CNH organismos sectorizados de la SENER; cambió la forma de entrar las energías al sistema, dejando al último las energías renovables para dar prioridad a las que se producen por combustóleo y carbón; detuvo arbitrariamente la entrada en operación de parques eólicos y solares y suspendió la inversión en transmisión.

Todas estas medidas no solo resultaron en la crisis eléctrica que padecemos, además violaron la legislación y los tratados comerciales internacionales al grado que casi todas las empresas generadoras tuvieron que ampararse e incluso en el marco del T-MEC, se habló de llegar a los arbitrajes.

A esto hay que sumar una serie de francas estupideces, como que SEMARNAT declarara en 2020 que los parques eólicos “se roban” el aire de los indígenas, o cuando AMLO en la Rumorosa dijo que los “ventiladores” afectaban el paisaje.

Bartlett

En diciembre de 2020 se presentó un apagón nacional, un aviso de que la política en el sector energético era un rotundo fracaso. En esa ocasión afectó a 20 estados y dejó sin luz a más de 10 millones de usuarios. Pero, como el gánster que es, Bartlett respondió que el apagón fue provocado por un incendio en un área de 30 hectáreas de pastizales en el municipio de Padilla, Tamaulipas e incluso, presentó un documento apócrifo de Protección Civil que fue desmentido de forma inmediata por el director del organismo.

Luego vino la nevada en Texas que dañó el suministro de gas natural en Estados Unidos. Aunque Bartlett presumió que el servicio se reestableció sin afectar al país, el precio del gas subió 500% durante una semana y México, que dejó de adquirir coberturas a futuro, se vio con multimillonarias pérdidas para CFE.

Negocios para unos, apagones para otros

La familia y los allegados de Andrés mantienen relación con empresas del sector energético, desde la nuera que es cabildera en el sector, y gracias a que consiguió grandes contratos recibió favores como la casa gris, o Carmelina Esquer, hija de Alejandro Esquer, secretario particular de AMLO, directora general de Pemex Procurement International (PPI) en Houston, Texas, la ciudad donde vivía José Ramón. Existen también empresas favorecidas como Sempra, que dirige Tania Ortiz Mena, prima hermana de Josefa Ortiz Mena sobrina de Salinas y que tiene como VP Jurídico a René Buentello Carbonell, quien junto con sus hermanos Carlos que estuvo 8 años en la cárcel por el fraude de Grupo Havre y Hugo que fue subdirector de Operaciones de Liconsa participó, en el fraude de un contrato por 86 millones de pesos para la compra de bolsas de leche en polvo. También están organizaciones como la AMGN que opera en favor de dos o tres empresas como Simsa, Sempra y Diavaz, allegadas a los hijos e intereses de AMLO y Bartlett que se han hecho dueños del mercado de la mano del secretario de la AMGN, Jesús Rodríguez Dávalos, quien tiene comiendo de la mano a uno de los operadores de la campaña de Xóchitl, Fernando Cendejas.

A esto se suma la terrible corrupción de Nahle en Dos Bocas y de Oropeza en Pemex.

Al igual que en 1988 se le cayó el sistema de la CFE (Comisión Federal Electoral) para orquestar el mayor fraude electoral de la historia, ahora a Bartlett se le cayó el sistema de la CFE y con la 4T protagoniza la peor época de la Comisión, que dejará a Bartlett y a Andrés en los anales de la historia como los personajes que más afectaron al país política y económicamente.

X: @diaz_manuel