Andrés Manuel López Beltrán será una de las personas más cuestionadas en los medios y en las redes sociales durante el próximo sexenio, que arrancará en poco más de 20 días. De eso no puede haber la menor duda. Al segundo hijo del presidente López Obrador lo dejarán en paz los y las periodistas —o al menos lo ignorarán— solo si se acaba la enorme libertad de expresión que tenemos en México, lo que no ocurrirá.
Ayer Reforma empezó la nueva andanada contra Andy al haber destacado, desde luego en tono negativo, algo que a mí me parece de lo más normal: que un hombre dedicado a la política desde muy joven haya decidido que reemprenderá su carrera, precisamente política, interrumpida a lo largo de seis años, los de la presidencia de su padre, Andrés Manuel López Obrador.
He hablado de nueva andanada porque a Andrés hijo y a sus hermanos José Ramón y Gonzalo se les ha calumniado bastante en ciertos medios de comunicación, particularmente el sitio de internet del priista Roberto Madrazo en el que colabora Carlos Loret de Mola y la asociación civil fundada por Claudio X. González, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
A los hijos mayores de AMLO se les ha acusado —con falsedades— de haber realizado negocios, pero no se les ha señalado por tareas en el gobierno o en Morena. Entre 2018 y 2024 esto último no ocurrió porque no participaron ni en la administración federal ni en el partido de izquierda.
Pero, hay que subrayarlo, antes de que Andrés Manuel llegara a Palacio Nacional, sus hijos, sobre todo el más cuestionado de ellos, el segundo, Andy, sí hicieron política, y la hicieron bien.
Ayer, Reforma en su página de internet dio a conocer “los pasos de Andy López, hijo de AMLO, en la política”. El diario de la familia Junco lo hizo para dañar la reputación del hijo del presidente López Obrador, pero en realidad lo elogió, ya que demostró que no es un improvisado:
1. Nació en 1986. Tiene 38 años.
2. Estudió la licenciatura en ciencias políticas en la UNAM, como su padre.
3. Participó en el Movimiento Regeneración Nacional.
4. A los 20 años de edad trabajó junto con su hermano José Ramón en la campaña presidencial de AMLO de 2006.
5.- Colaboró también en las campañas presidenciales de López Obrador de 2012 y 2018.
6.- Los dos hijos mayores de AMLO, apunta Reforma, fueron “coordinadores de las estructuras de Morena, principalmente en la Ciudad de México y el Estado de México”.
7.- “Es considerado un estratega discreto al que no le gustan los reflectores”.
8.- A los 26 años, “en la campaña de 2012 adquirió presencia entre los simpatizantes y colegas de su padre al asumir la organización de equipos de defensa del voto”.
9. A los 27 años, “formó parte de la resistencia contra la reforma energética en 2013″.
Contra la calumnia
Reforma apunta que:
√ “La agrupación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad ha señalado que tanto Andrés Manuel López Beltrán, como su hermano Gonzalo, han incidido en favor de empresarios amigos para que obtengan contratos de obras públicas como el malecón de Villahermosa; en este caso, fueron vinculados con el constructor Alejandro Castro”.
√ “En una carta, ambos aseguraron que no existe ninguna prueba que los vincule a la comisión de un acto ilegal, como han publicado algunos medios de comunicación y acusado integrantes de la oposición”.
√ Reforma citó un párrafo de la mencionada carta de los hijos de AMLO: “Ninguna de las calumnias y acusaciones en nuestra contra han sido acompañadas de pruebas que las sustenten”. Esto es verdad.
2018-2024, vida privada
También es verdad que Reforma no pudo decir nada acerca de las actividades políticas que ejerció Andy durante el sexenio de su padre porque no ejerció ninguna. No lo hizo seguramente para no caer en la indebida conducta del nepotismo.
Se equivocan quienes digan que habrá nepotismo si Andrés Manuel López Beltrán llega a la secretaría general de Morena. No lo habrá porque su padre, AMLO, no tiene ningún cargo en el partido de izquierda. Menos aún se podrá hablar de nepotismo con López Obrador en el retiro. La gente que habla de nepotismo ha defendido la calidad profesional de algunos y algunas juristas de la SCJN. Si tienen contactos con ministros y ministras ojalá les pregunten. Recibirán como respuesta un contundente: “Claro que no hay nepotismo”.
En fin, porque seguiremos gozando de la libertad de expresión que nos ha hecho crecer como sociedad, Andy será una de las personas más cuestionadas durante el sexenio de Sheinbaum. Lo veremos.
Pero las críticas tienen dos efectos en la gente dedicada a la política: la destruyen o la engrandecen. De la habilidad de Andy dependerá que no ocurra lo primero, y sí lo segundo.
Si Andrés Manuel López Beltrán me preguntara qué debería evitar para no tropezar en la nueva realidad política, le diría que luchara contra la percepción generada por un hecho relacionado con el poder que seguramente no nació en la antigua Roma, sino antes, pero que es popular en la actualidad por tantas novelas, películas y series de TV acerca de aquellos tiempos extraordinarios —o ficciones que los describen en épocas futuristas o en mundos fantásticos, como Juego de tronos—, historias fascinantes en las que los príncipes jóvenes suelen perecer por no haber encontrado la fórmula para mantenerse prudentemente al margen de las grandes decisiones que no les corresponden.