EL FONDO DEL MEOLLO

La relación que se había construido con triunfos de espíritu, garra y una estirpe diferente terminó de desgastarse para generar la salida de Andrés Lillini como técnico de los Pumas. En esta historia no hubo final feliz.

Por supuesto que los números de Lillini en este Apertura 2022 lo condenan como uno de los grandes fracasos del semestre, pero no es el único culpable, entre futbolistas y directivos también tienen su carga de culpa aunque para estos dos, mantener su trabajo sea más fácil: Los primeros porque son materia prima y los segundos por ser amigos del rector.

En Pumas queda clara una cosa: Pese a tener a Miguel Mejía Barón ahí dentro, el presidente del equipo no sabe de futbol, pero como Leopoldo Silva es de la gente del rector Enrique Graue, puede hacer lo que quiera y no pasa maldita la cosa.

Hoy da la impresión de que el Patronato ya no sirve para nada, que no hay cuestionamientos ni rendición de cuentas y que todo en Pumas va a capricho de Silva, mejor dicho, del rector. ¿Planeación? No parece ser el concepto manejado en estos momentos en el cuadro felino, que si bien tendrá tiempo para rediseñar equipo ha dejado ira un hombre importante, que terminará sin duda en otro club de la Liga MX.

Es decir, trabajo no le va a faltar a Andrés Lillini, como si le faltarán directivos de calidad a Pumas. Insisto, dejemos a un lado a Mejía Barón, quien le ha dado seriedad hasta donde lo dejan luego del fracaso que fue tener a Jesús Ramírez dirigiendo el destino deportivo del equipo.

Estos personajes pueden ser muy universitarios, pero de futbol no saben nada, y de cómo dirigir a un equipo de Primera División mucho menos. Pero qué tal el paseo por Barcelona para el Joan Gamper; qué tal aparecer en la foto con Dani Alves a quien básicamente le entregaron el equipo al dejarlo jugar todos los minutos desde que llegó pese que hubo momentos en los que debía salir de los partidos por el bien del equipo; qué tal los escándalos de boletaje y extorsión en fuerzas básicas; qué tal los millones de dólares tirados a la basura porque adquirieron refuerzos por grandes cantidades, pero desecharon a Alfredo Talavera quien los acusó de no darle la cara.

Lillini se equivocó en varias cosas, no hay duda, pero hizo mucho más por este equipo de Pumas que estos directivos que no saben lo que tienen en las manos y lo manejan sin tener maldita idea de lo que realmente se necesita para trascender.