Voté temprano. Una señora de edad avanzada salía de la casilla cuando yo llegaba. Le dije: “Buenos días. Siempre hay que votar”. Amablemente respondió: “Buenos días. Tanto tiempo luchando por la democracia participativa, no iba a dejar pasar la oportunidad de decidir sobre los mejores perfiles para el Poder Judicial”.

Esperé algunos minutos antes de entrar al centro de votación. Se me iba a permitir el acceso hasta después de que entregaran las boletas a dos personas que hacían fila. En el celular me enteré de que el presidente Andrés Manuel López Obrador había votado en Palenque, Chiapas. Dijo el expresidente: “Tenemos a la mejor presidenta del mundo, Claudia Sheinbaum”.

Imposible no estar de acuerdo con AMLO. Es un hecho que Claudia, desde el arranque de su gobierno, se ganó el reconocimiento de la prensa global y de los líderes de las naciones más importantes. Por la forma brillante en que se ha relacionado con Donald Trump. Por su popularidad, enorme, la más alta en el mundo democrático. Y por ser mujer, la primera que gobierna a México —hay naciones desarrolladas, como Estados Unidos, Francia y España, que solo han tenido gobernantes machitos—.

Es curioso el caso francés. No ha tenido presidentas o mujeres gobernantes en los tiempos modernos. Pero, en el siglo XVI ejerció el poder, a través de sus hijos, una fémina cuya biografía es apasionante —hay una serie de televisión sobre ella—, la italiana Catalina de Médici.

Catalina fue una gobernante cruel y sabia. La sabiduría no necesariamente es bondadosa; en política, inclusive más vale que el talento no se subordine a la misericordia porque, quien se supone que sufre una injusticia, podría estar fingiendo para cometer traición o cualquier otra atrocidad.

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A Catalina de Médici, mujer experta en arte, se le apodó la reina serpiente porque se le acusaba de crueldad excesiva: ante la menor sospecha de que estaba en riesgo su posición, envenenaba a sus enemigos. Según he leído, eso era una calumnia, pero sí era una mujer de carácter que sabía defenderse en un mundo, el de la lucha por el poder, dominado por la intriga. Lo hizo con eficacia y llegó a ser una de las gobernantes más poderosas de la Francia del siglo XVI.

Hay una serie de televisión sobre Catalina, The Serpent Queen, de 2022. La serie fue elogiada en Francia, país que no ha conocido en los tiempos actuales ninguna mujer gobernante. Las políticas en ese país han llegado, cuando a mucho, a las candidaturas presidenciales. Como en Estados Unidos y, con posibilidades bastante reducidas, España.

Es un orgullo tener en Claudia Sheinbaum a la mejor gobernante del mundo. AMLO tiene toda la razón al calificar de esa manera a la presidenta de México. Muy pronto será también un orgullo que en la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya una mayoría de mujeres: la integrarán cinco ministras y cuatro ministros. Este es el principal logro de la elección judicial de hoy domingo.

También hay mexicanos hombres muy destacados. Como el expresidente López Obrador, quien cambió profundamente al sistema político mexicano. Y como Isaac del Toro, el joven ciclista de 21 años de edad subcampeón del Giro de Italia. La presidenta Sheinbaum ya lo felicitó:

Hasta un ateo como yo reconoce la relevancia de que una competencia tan importante como el Giro de Italia haga una parada en el Vaticano para saludar al papa León XIV, uno de los líderes más influyentes del mundo. Enseguida un video en el que Torito, con la Magia Blanca —además de subcampeón fue el mejor joven de la carrera— escucha al pontífice.