Con motivo de la primera vuelta de las elecciones en Francia, el presidente AMLO informó a través de su redes sociales el pasado miércoles que “había hablado con su amigo Jean Luc-Mélenchon y que “le daba mucho gusto que  fueron los jóvenes los que más votaron por su compañero de izquierda”.

Bajo el argumento de “ser de izquierdas” el presidente AMLO y sus correligionarios denuestan, descalifican, acusan y acosan a los hombres y mujeres mexicanos que “no son de izquierda” y que, por el contrario, son, en opinión del presidente, conservadores que apoyan a la derecha reaccionaria, ésta, huelga recordar, representada por el INE y por los partidos de oposición. Con la bandera de la “izquierda” AMLO ha buscado desde siempre erigirse como el adalid de los pobres, a la vez que ha pretendido arrogarse la posesión de la Verdad (sí, con V mayúscula) y de la autoridad moral para gobernar.

No obstante su propaganda política, de los spots de Morena y del PT, y de la amistad que une a AMLO con personajes como Jeremy Corbyn y Jean Luc-Mélenchon, el presidente de México no es un hombre de izquierdas; entendidas como una visión política, económica y social dirigida a implementar políticas de Estado que favorezcan una mayor recaudación fiscal, la laicidad del Estado, el combate contra la pobreza y la desigualdad, y las acciones en favor de la lucha contra el cambio climático.

AMLO no es un hombre de izquierdas porque:

  • No ha promovido una reforma fiscal que permita una mayor recaudación fiscal que haga posible combatir e-fec-ti-va-men-te la pobreza en las zonas marginadas del país.
  • No ha dirigido acciones en contra del cambio climático. Por el contrario, se empecina en dar la espalda a los acuerdos internacionales en la materia, y en el seguimiento de proyectos que contravienen los Acuerdos de París y los objetivos contenidos en la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Invito al lector a mirar las imágenes de protesta en París protagonizadas por los jóvenes seguidores de Mélenchon en favor de acciones positivas contra el cambio climático.
  • Sus programas sociales tienen carácter regresivo. En vez de orientar recursos hacia los adultos mayores con mayores necesidades básicas, AMLO ha optado por una “pensión universal” lo que “distrae” dineros públicos hacia mexicanos que bien podrían prescindir de los recursos.
  • No ha respetado al Estado laico. Ha hecho reiteradas alusiones a su fe cristiana (en la denominación cristiana que el propio AMLO busque interpretar)
  • No ha apoyado a la educación pública (sí, aquella que debe beneficiar a los niños y jóvenes mexicanos que no tienen acceso a escuelas privadas) En contraste, ha apostado por el apoyo al sindicalismo en detrimento de la educación de calidad.
  • No ha invertido suficientes recursos públicos en salud. A pesar de la crisis hospitalaria provocada por el covid 19, AMLO no ha dirigido recursos al sector. Desafortunadamente, el presidente ha priorizado el vacío de las arcas del Estado en asuntos absurdos como sus consultas populares. En palabras del Dr. Francisco Moreno,  el dinero destinado al desafortunado referendo sobre la revocación de mandato hubiese servido para la vacunación de más de 13 millones de niños.

En suma, a la luz de sus acciones, el presidente AMLO no es de izquierdas. No es Corbyn ni Melenchon. Es, por el contrario, un presidente irresponsable que solamente navega con la insignia de la izquierda. Lo de sus convicciones de izquierda queda en los discursos. No nos equivoquemos.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4