Uno de los temas más debatidos en las campañas políticas es el de quitar o dejar los programas sociales cuando claramente quien ha destruido estos es la 4T.

La propaganda negra de Morena, Claudia y el presidente asegura que la oposición los va a quitar, sin embargo, de lo que se trata es de eficientizarlos y que ayuden, no por votos sino por resultados, sin embargo, la oposición se ha quedado corta en defender su postura.

AMLO no creó políticas sociales

Aunque AMLO cambió la dinámica, el espíritu y alcance de los programas sociales, ese cambio tiene un trasfondo clientelar y electorero. Su gobierno quitó y cambió programas y a otros les redujo el presupuesto hasta dejarlos prácticamente inoperantes.

De acuerdo con datos oficiales, en 2018 había 150 programas sociales federales, de los cuales eliminó 18 y creó 14, para dejar 146 vigentes.

De los eliminados y que según las evaluaciones de política pública eran relevantes por su contribución en la disminución de la pobreza se encuentran: Apoyo a la Vivienda, Atención a Jornaleros Agrícolas, Empleo Temporal, Comedores Comunitarios, Apoyo a la Comercialización, el Programa de Formación de Recursos Humanos Basada en Competencias, Apoyos para la Protección de las Personas en Estado de Necesidad, Consolidación de Reservas Urbanas, Inclusión Digital y Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras entre otros.

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AMLO convirtió la política social en programas clientelares

Quitó Prospera y creó mediante decreto la Coordinación Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez como órgano desconcentrado de la SEP encargado de coordinar la entrega de becas.

Eliminó los componentes de salud y nutrición. El Coneval advirtió las afectaciones en las decisiones de consumo al interior del hogar, considerando que quienes reciben el dinero, las madres de familia, serán las que cumplan el rol de tomar decisiones acerca de la nutrición y salud de las familias, así como de las tasas de vacunación y el acceso oportuno a consultas en los servicios de salud.

Los resultados de dar dinero en efectivo y cancelar instituciones y políticas sociales, solo trajo más pobreza, desigualdad y muchas más carencias en la población de menores ingresos. Así, a pesar del cuantioso presupuesto esta política social carece de impacto.

Los datos

Según el Instituto de Estudios sobre Desigualdad (Indesig), entre 2018 y 2020, el grupo de mexicanos en condición de pobreza extrema que recibía apoyos sociales disminuyó de 64% a 43%, en 2018 el 23% del presupuesto destinado a programas sociales estaba dirigido al decil I (el 10% más pobre) y en 2020 se destinó apenas un 10%. Mientras en 2018, los más ricos (decil X) se quedaban con el 2% del total, en 2020 subió a 7%.

En otras palabras, los recursos de los programas sociales no están llegando a los hogares más pobres y los deciles más ricos ahora reciben más apoyos, propiciando la desigualdad.

Los datos de Coneval indican que la pobreza pasó de 41.9% en 2018 a 43.9% en 2020, niveles no reportados antes de 2016 y que implican un aumento de 3.8 millones de personas en estado de pobreza entre el 2018 y 2020, además, en pobreza extrema se registró un aumento de 2.1 millones, por lo que el número total subió de 8.7 millones a 10.8.

Los expertos

Nabor Cruz, el secretario ejecutivo del Coneval, resaltó que el presidente nunca ha aceptado la veracidad de estos datos oficiales e insiste en que su gobierno da más apoyos y se justifica con pretextos: “No acepto los resultados de esa encuesta. Tengo otros datos y creo que la gente está recibiendo más apoyos y aun con la pandemia tiene para su consumo básico y algo muy importante, no ha perdido la fe y estamos saliendo adelante”.

Enrique Cárdenas, director de la organización Signos Vitales ha asegurado:

“Las evaluaciones del Coneval marcan que los programas no son efectivos, hay un problema en términos de la política social y se ha privilegiado la dispersión de recursos sin mucho control, desde la concepción del Censo del Bienestar”.

Enrique Cárdenas, director de Signos Vitales

Desigualdad

La desigualdad del ingreso es grande y la desigualdad en riqueza es abismal. Mientras el 10% más rico de la población concentra el 79% del capital y los activos, el 50% más pobre, tiene “cero riqueza”.

Cada vez es más evidente que la riqueza se concentra en unas cuantas manos, que las clases más desfavorecidas carecen de oportunidades y para sobrevivir quedan a expensas de la caridad del gobierno y lo peor, sin expectativas para salir de ese ciclo de dependencia.

El Reporte de la Desigualdad en el Mundo (World Inequality Report 2022) publicado en diciembre pasado, pone a México como uno de los países con mayor desigualdad en el mundo, por encima de Brasil, Chile o Argentina.

Transferencia de recursos

La situación de carencia se acentuó cuando AMLO eliminó el Seguro Popular para crear el INSABI, un total fracaso y corrupción, luego el IMSS-Bienestar que tampoco sirve para nada, solo para transferir recursos a las campañas de Morena.

En educación para tener el control clientelar de los maestros y de los programas educativos, le regresó poder a la CNTE. En manos de Marx Arriaga y de la familia Concheiro, la SEP se usa para adoctrinamiento y para sacar recursos para las campañas, sobre todo bajo el mando de Delfina Gómez.

AMLO sí cambio la política social, quitó programas sociales efectivos y puso programas clientelares y electoreros. Ahora su candidata Claudia Sheinbaum al afirmar que son los únicos que garantizan los programas sociales, juega con las necesidades más apremiantes de la población condicionando y amenazando con quitarles lo poco que tienen.

X: @diaz_manuel