El conflicto mediático entre el presidente AMLO y el periodista Carlos Loret de Mola no da tregua. Luego del controversial reportaje dirigido por Latinus y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad en torno a la casa donde habitó el hijo de mayor de AMLO, el presidente se ha enzarzado en una serie de declaraciones malsanas contra Loret.

En primer lugar, según se ha reportado, y a la luz de la opinión de expertos, AMLO violó una serie de disposiciones legales al informar, en un medio público, los supuestos ingresos de Carlos Loret de Mola. Enseguida enuncio algunas de ellas.

  • Artículo 16 de la CPEUM: “Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales”
  • Artículo 6 de la Ley de Protección de Datos Personales: “El Estado garantizará la privacidad de los individuos y deberá velar para que terceras personas no incurran en conductas que puedan afectarla arbitrariamente”
  • Artículos 57 de la Ley de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos: “Incurrirá en abuso de funciones la persona servidora o servidor público que ejerza atribuciones que no tiene conferidas…”

Con independencia de las leyes que fueron violadas (lo cual nuevamente pone en entredicho la existencia del fuero presidencial pues el jefe del Estado no puede ser denunciado y encausado) el acto perpetrado por AMLO en aquella mañanera trasluce una acción de abuso de autoridad y arbitrariedad propios de regímenes como el de Vladimir Putin y Rusia y Tayyip Erdogan en Turquía. AMLO, con sus reiterados ataques contra el periodista que ha puesto en duda la integridad moral de López Beltrán, ha dado un paso hacia lo que podría convertirse en un régimen autocrático propio de aquel que busca invadir Ucrania.

No satisfecho con ello, AMLO se lanzó contra la esposa de Loret acusándola de haber recibido contratos durante el gobierno de Enrique Peña Nieto; señalamiento, huelga decir, que fue rechazado tajantemente por el periodista. El presidente, por su parte, declaró que solicitaría al INAI que aclarase los ingresos de Loret (creíamos que AMLO repudiada a los organismos autónomos por ser onerosos, bien pagados y elitistas... o quizá… si le gustan únicamente cuando se trata de perseguir periodistas)

En suma, el teatro montado por AMLO contra Loret es un signo más del carácter autoritario del presidente, quien busca hacer un uso malsano de su poder para denigrar, injuriar y denostar a cualquier hombre o mujer, intelectual o periodista que se aventura a poner en tela de juicio la autoridad moral del caudillo o de sus vástagos. La lógica obradorista es sencilla y parece copiada de una definición clásica del autoritarismo político: deslegitimo al enemigo, y, en consecuencia, cualquier acusación que proceda de él queda automáticamente silenciada en el entendimiento del público mexicano.

José Miguel Calderón en Twitter: @JosMiguelCalde4