La COVID 19 no da tregua. Tras la aparición de la variante Ómicron en Sudáfrica, la OMS y los gobiernos nacionales han puesto en marcha medidas en materia de circulación y viajes. Estados Unidos, Israel y algunos países europeos han cancelado viajes al sur de Africa, y han interpuesto restricciones a los viajeros provenientes de esa región del mundo.

¿Qué se sabe sobre Ómicron? En realidad, muy poco. Lo que los médicos y especialistas han concluido es que se trata de una nueva variante altamente contagiosa que puede mismo superar a Delta en transmisibilidad. Por otro lado, se teme que las vacunas pudieran ser incapaces de ofrecer una inmunidad suficiente que permitiese evitar casos graves y hospitalizaciones en pacientes que sufren de enfermedades crónicas y comorbilidades. Sin embargo, no existe, al día de hoy, información certera sobre su potencial tasa de letalidad. Todo queda, hasta este momento, abierto a la especulación.

Sin embargo, lo que sí es materia de consenso es que la protección brindada por las vacunas disminuye paulatinamente, especialmente después de los 5 meses de la última inoculación. Es por ello que los gobiernos alrededor del mundo trabajan a marchas forzadas para ofrecer a los grupos vulnerables una tercera dosis que dispare una reacción del sistema inmune y que perdure por lo menos un año.

A pesar de ello, México se mantiene en buen estado. De acuerdo a las cifras oficiales, los contagios diarios oscilan entre 3 mil y 4 mil, lo que ha permitido que la mayor parte del país se mantenga en semáforo verde.

Claudia Sheinbaum aseguró ayer mismo que no existe registro que Ómicron haya llegado a la Ciudad de México, por lo que exhortó a la población capitalina a no ser presa de los diarios sensacionalistas. Hugo López-Gatell, por su parte, aseguró que no recomendaría al presidente AMLO el cierre de fronteras o restricciones a la movilidad pues no existen datos que confirmen que Ómicron pueda resultar más peligrosa que las otras variantes.

Por tanto, la prioridad del gobierno federal deberá estar dirigida a ofrecer una tercera dosis a grupos vulnerables. Esto debe ocurrir a inicios del año próximo. De lo contrario, ante el inminente arribo de Ómicron y la disminución de la efectividad de las vacunas luego de un periodo mediano de tiempo, los adultos mayores y aquellos que sufren de comorbilidades podrían caer víctimas de un virus que no da tregua y que aún sorprende a los científicos. La tercera dosis no debe esperar.