Ya encarrerados en el tema de los aeropuertos hablemos de la terminal aérea de Cancún, y es que este aeropuerto ha logrado posicionarse como la puerta de entrada a nuestro país. Según cifras de la Agencia Federal de Aviación Civil, en los primeros seis meses del año ha logrado recibir a más de 11,035,500 pasajeros internacionales, dejando en un segundo lugar al aeropuerto de la capital del país, el “Benito Juárez”, que recibió en el mismo periodo a 7 millones 667 mil 200 pasajeros internacionales.

Estamos hablando de que en los primeros seis meses del año hubo una diferencia de 3,368,300 pasajeros con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, una cifra importante que implica un crecimiento de alrededor del 10.6% en comparación con las cifras del año pasado en el mismo lapso.

Con base en estos resultados, Fernando Chico Pardo, quien administra el Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR) considera que es un “error” de la actual administración la construcción del Aeropuerto de Tulum.

He recibido diferentes comentarios, de pasajeros, amigos y familiares que han arribado a la terminal de Cancún, y tienen el hilo conductor de que no se dejan de quejar de las deficiencias en los servicios que reciben. Sin embargo, en palabras del propio Chico Pardo, las instalaciones del Aeropuerto Internacional de Cancún son excelentes, pero eso contrasta con los comentarios que la de la voz recibe día a día.

Incluso difiere de las noticias que nos llegan de los medios locales, por ejemplo, la denuncia que hace la actriz Ludwika Paleta, a quien le robaron sus maletas, o como citó ella misma en sus redes sociales “que le abrieron su maleta en el Aeropuerto Internacional de Cancún”. Por supuesto que el aeropuerto respondió que es culpa de la línea aérea.

Y aquí hay una simpática hebra que podemos jalar, porque la respuesta es “sí pero no”; es correcto, se supone que las aerolíneas tienen personal en cada estación (aeropuerto) pero gracias a que el hermoso outsourcing mutó a “Empresas de servicios especializados”, ahora para ahorrar personal, las compañías aéreas contratan los servicios de “tierra” de estas empresas, con lo que la responsabilidad de la aerolínea ya no es tal, porque quien brindó el servicio no forma parte de su personal, por ende no es responsable.

Y el aeropuerto que le permite operar a esta empresa de “Servicios especializados”, pues se hacen el tío Lolo, como si no los conocieran, lo que deja en la más completa vulnerabilidad a los pasajeros.

Porque estamos de acuerdo, no cualquiera puede ir a pararse al aeropuerto a ofrecer sus servicios de “tierra”, sino que requiere de un permiso para operar; lamentablemente todo mundo se lava las manos, y en el manejo del equipaje es donde más quejas hay en las líneas aéreas y aeropuertos.

Mucha gente se quedó con la idea de la época dorada de la aviación donde toda la cadena operativa pertenecía a la misma aerolínea, pero ahora la historia es muy distinta, porque puede ser que el personal de tráfico que te está documentando para tu vuelo pertenezca a este tipo de empresas de servicios especializados, así como los “aleros”, los trabajadores generales, e incluso el propio oficial de operaciones, encargado de hacer el despacho de vuelo de la aerolínea.

Hablando de las instalaciones del aeropuerto de Cancún, imagínense cómo ha escalado el asunto que hasta la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo una recomendación sobre su área de migración, que calificó de restrictiva, sobrepoblada, sucia e incluso con fauna nociva. No es asunto menos, pues todos esos adjetivos calificativos son para la puerta de entrada por donde llegan más extranjeros a nuestro país.

Todos los días hay historias de terror sobre pasajeros que no fueron admitidos a entrar en México y que terminan siendo deportados, pero mientras esperan a que los coloquen en su vuelo de regreso, estos se han quejado tanto de los maltratos que reciben por parte del personal de migración, como de las instalaciones donde son “consignados”: sin ventilación, ni aire acondicionado, con condiciones precarias de salubridad, atentando contra la dignidad humana.

Es necesario aclarar un punto: los agentes de migración ocupan las instalaciones que les ofrece ASUR, ellos no pueden “construir o mejorar” las instalaciones; esa no es su competencia, ni mucho menos es la labor para la que fueron contratados.

Y por si esto no fuera suficiente motivo de preocupación, debemos sumar algo, aunque “arda Troya”. A veces creo que solo sucede en la psique del mexicano, que cuando te va bien, hay que tensar más la cuerda. ¿A qué me refiero?, ya vimos que el Aeropuerto Internacional de Cancún ha tomado la delantera como la terminal aérea que más visitantes extranjeros ha recibido durante el primer semestre del año, dejando por debajo al AICM.

Pues resulta que según medios locales, informaron que el gobierno de Quintana Roo ha tenido la “brillante” idea de aprovechar este crecimiento, cobrando un nuevo impuesto. Se cobrarán $18.80 dólares por persona a todo no residente de Cancún que llegue vía aérea por el Aeropuerto Internacional de Cancún. La razón que esgrimen detrás de este “nuevo impuesto” es la de apuntalar y mejorar la infraestructura del paradisiaco destino turístico de arena blanca y mares turquesa.

Pero además se va a subrogar el servicio, ¡una chulada la decisión!, pues la encargada de cobrar esta recaudación tributaria será la empresa canadiense “Travelkore”, con la “ventaja” de que se podrá pagar directamente en su plataforma, ya que no podrá pagarse en efectivo a su llegada.

El periódico “Expreso de Cancún”, recogió la declaración del CEO de Travelkore: “Hemos construido un sistema fácil de usar y básicamente con un clic, el viajero recibe un código QR que se presenta al ingresar a la aduana en el aeropuerto de Cancún. A la salida, el código QR se cancela”.

Sigamos subrogando servicios, para después no tener a quien reclamarle si algo falla o sale mal, y obvio en perjuicio de los pasajeros. Eso sin contar las tremendas historias que últimamente se han tenido con la mafia de taxistas que bajan “a pedradas” a la gente que pide un transporte de aplicación.

Tal vez no sea muy evidente, pero este cúmulo de hechos hace evidente la importancia de tener la opción del aeropuerto de Tulum. Habrá que dejarles muy en claro a los de la SEDENA que no caigan en estos errores, que solo terminan vulnerando a los pasajeros. Queremos que la gente que viene a nuestro país, se quede con ganas de hacer otro viaje, no que termine espantado y con una experiencia tan mala y desagradable que nunca más piense en volver.

No olvidemos que una de las industrias que más aportan al producto interno bruto son la aviación y el turismo, y ambos van de la mano.