Estimados lectores, estimados usuarios de aerolíneas, la pregunta del título de esta columna está en la mente de los tripulantes al servicio de la empresa Transportes Aeromar. No de manera reciente, desde el año pasado tanto el grupo de pilotos agremiados a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), como los sobrecargos afiliados a la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) han “emplazado a huelga” a Transportes Aeromar, S.A. de C.V., pero la fecha de estallamiento ha sido diferida una y otra vez.

ASPA anunció: “el 10 de junio estallará la huelga si la empresa no cumple”, pero esto ya parece el cuento de Pedro y Lobo. Para los directivos de la aerolínea, hace un buen rato que el estallamiento a huelga como instrumento de presión ha dejado de ser eso: instrumento de presión. Su eficacia se ha ido disolviendo con cada una de las veces que pilotos y sobrecargos han prorrogado la fecha del estallamiento.

Ambas directivas sindicales dirán que han actuado de buena fe, y que han dado muchos votos de confianza a la empresa; que no les interesa ahorcar, sino mantener la fuente de empleo; que han sido empáticos y conscientes de que las cosas no han sido fáciles en este periodo pandémico… Pero seamos sinceros, ni ASPA ni ASA tienen verdaderas ganas de embrollarse en los vericuetos que significa estallar una huelga, pues el costo de mantenerla corre exclusivamente a cargo de los sindicatos, y ha sido evidente que no lo quieren absorber.

Una de las grandes deudas que engrosan este conflicto es la falta de pago de las cuotas sindicales por parte de Aeromar; en febrero pasado, ASSA reconoció que la aerolínea le adeudaba alrededor de 16 millones de pesos, y por su parte ASPA mencionó que su adeudo rondaba los 9 millones de pesos.

Algo que ocurre dentro de la línea aérea. He estado en contacto con diversos trabajadores de la empresa -quienes prefieren mantener el anonimato- y ellos manifiestan que las cosas no van bien dentro de la empresa. Tan sólo la semana pasada, en un solo día se recibieron 15 renuncias de trabajadores de diversas aéreas; de manera concomitante, dos aviones de Aeromar no pudieron salir de Guatemala porque no hicieron el pago correspondiente de combustible.

Algunos de los que ya renunciaron, me informan que el pago de su liquidación, la empresa lo hará de manera diferida en seis pagos, lo que es una evidente violación a la Ley Federal del Trabajo, pues no se puede pagar en abonos una liquidación.

Regresando al cuento de Pedro y el Lobo, su moraleja nos enseña que no debemos mentir, Pedro se la pasaba “mintiendo” con aquello de “ahí viene lobo”, que cuando de verdad llegó el lobo, nadie le creyó. Pues en este caso es muy similar, ya que una herramienta tan valiosa como el emplazamiento a huelga, ASSA y ASPA lo han manoseado tan groseramente con infinidad de prórrogas.

Desde agosto del año pasado avisaron que iban a emplazar a la empresa, y pusieron como fecha de estallamiento el 20 de noviembre; luego que el 2 de febrero. Pero “dijo su mamá que siempre no”, y nos fuimos al 6 de abril para posteriormente anunciar que pilotos estallaría este 10 de junio, y los sobrecargos el día 16 del mismo mes.

ASPA ha declarado que anda en busca de inversionistas para la aerolínea, y también ha dejado entrever la posibilidad de adquirirla, convirtiendo la deuda laboral en un paquete accionario. Pareciera que los pilotos nada más no aprenden del pasado y que puede salirles muy caro sentirse “empresarios” en lugar de trabajadores; ese error lo cometieron con Mexicana de Aviación, algunos años antes de que fuera bajada de vuelo.

Los sindicatos y la huelga en Aeromar

Siempre voy a apoyar las justas causas de los trabajadores, pero precisamente por esa filia con ellos es que tengo que ser muy franca en este asunto. El sindicalismo en México está muy mal visto, la concepción que se tiene de los sindicatos es que no sirven porque se vuelven coto de poder de un líder que transa tanto con empresas como gobiernos. Y no culpo del todo a los que lo creen, ejemplos de líderes corruptos tenemos para aventar “pa´ arriba”, como en el caso de ASSA de México, el sindicato de sobrecargos, cuyo líder tiene en el poder más de 10 años y va por más.

Estamos ante un berenjenal de dimensiones apoteósicas, por un lado una aerolínea que no cumple con sus obligaciones patronales y no paga a sus trabajadores. A esto hay que sumarle que es la aerolínea que más adeuda turbosina a Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), además de servicios aeroportuarios; en Guatemala le retuvieron dos equipos porque no pudo pagar el combustible; Aeromar sufre una serie de renuncias en cascada de su personal ante la falta de pagos. Esto sólo la parte patronal.

Y en la parte sindical, tenemos por un lado a un sindicato de pilotos (ASPA) que se creen más empresarios que trabajadores de aviación, y por otro un sindicato corrupto de sobrecargos (ASSA) a quien no le interesa el destino de los sobrecargos de Aeromar, pues su líder, como buen charro sindical, anda más ocupado en la búsqueda de un hueso político.

Como cereza de pastel, tenemos una Secretaria de Trabajo y Previsión Social totalmente ausente. No importa que ASSA y ASPA enlisten y publiquen en sus redes sociales la gran cantidad de reuniones de trabajo que han tenido con Luisa Alcalde, los hechos están ahí: liquidaciones en pagos, totalmente violatorio de la Ley Federal del Trabajo, dentro de un sinfín de atropellos nadie quiere resolver, ni la parte patronal, ni la parte sindical y mucho menos la autoridad.

Eso sí, muy al estilo de empresa que está en plena debacle, la aerolínea anuncia la apertura de nuevas rutas; hace pocos días la empresa Transportes Aeromar anunció su nueva ruta “Chetumal-Cancún”. Igual que lo hizo Interjet días antes de parar operaciones; en su momento también lo hizo Mexicana de Aviación, antes de que el gobierno la bajara de vuelo.

Con estallamiento de huelga, o sin ella ¿qué sucederá con los pasajeros que adquirieron boletos con Aeromar?, tenemos ya un triste historial de aerolíneas se quedaron con el dinero de los boletos y hasta el día de hoy nadie lo ha podido recuperar, a pesar de todas las quejas levantadas ante la Procuraduría Federal del Consumidor.

Estamos a tiempo para respaldar a los usuarios, y que no se los vayan a llevar al baile. Si la compañía aérea no es viable, lo más digno y es cerrarla y no dejarla como Mexicana o Interjet -tan sólo por nombrar los casos más recientes-, y que liquiden al personal de acuerdo a la Ley Federal del Trabajo, pero en una sola exhibición y no en abonos, pagos o parcialidades.

Basta de jugar con los trabajadores de la industria aérea

Basta ya de jugar así con los trabajadores de la industria aérea del país. Tremenda tarea del gobierno actual: el respeto irrestricto de los derechos laborales (STPS) y la tutela de las rutas y los slots (SICT). En ambos casos debería de ponerse las pilas.

Finalmente, no creo que vayan a estallar la huelga; o llegan a un acuerdo o anuncian una prórroga más. Mientras escribo esto no lo sabemos todavía. Cuando Usted las lea, ya sabremos la respuesta.