“Por ley de historia, un perdón puede ser un error, pero una venganza es siempre una infelicidad. La conciliación es la ventura de los pueblos.”

José Martí

Mucho se había criticado durante la primera mitad del sexenio, la aparente falta de voluntad del gobierno federal por tender puentes y ejercer una política de acuerdos. Contrario a eso, se percibía un gobierno ejerciendo todo el poder, confrontando a sus opositores o críticos y despedazando a todo aquel, que incluso de su mismo partido, osara por cuestionar algunas de sus decisiones.

El Presidente estaba rodeado de algunos personajes que gozaban de mucha influencia en su gobierno, y que alentaban este tipo de actitudes y política por parte de la actual administración; vendían las crisis y el encono, y alimentaban el divisionismo para su propio provecho. López Obrador nunca terminó de confiar plenamente en ellos, por eso tampoco les confío la responsabilidad de ir a negociar con sus detractores, de hacer acuerdos, de establecer un dialogo necesario; porque habría la posibilidad de que lo traicionaran.

Por eso fue de vital importancia que invitara a su entrañable amigo y consejero, al ex gobernador de Tabasco y ahora Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a integrarse a su gobierno; porque una vez que agitaron el árbol, tenían que ir haciendo la recolecta de todos los frutos que en este tiempo se habían caído.

Con una formación política de hace muchas décadas, el nuevo titular de Gobernación ha optado por ir implementando una política conciliadora que le empieza a cambiar la cara a este gobierno y lo prepara para la sucesión del 2024; una sucesión a la que no es ajena, pero que tampoco lo desvía de su compromiso con el Presidente.

Adán Augusto ha logrado sentar en su mesa a la oposición más crítica a este gobierno, no para negociar, pero si para escuchar y tratar de establecer una nueva dinámica de comunicación; que le quite argumentos a estos políticos que hasta el día de hoy, justificados por la actitud del gobierno, han pasado a ser una oposición sin forma ni fondo, que solo critica por criticar y que no concede en absolutamente nada.

Pero también el trabajo del tabasqueño es importante para empezar a cicatrizar las heridas que hay al interior de los grupos que integran a Morena; algunos que han ido perdiendo su poderío y posiciones al interior de esta administración, y otros que mantienen enfrentamientos directos entre sí, y que solo deterioran la imagen del movimiento y amenazan la unidad del partido rumbo al 2024.

Por eso se reunió con el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, no para ofrecerle ser el próximo fiscal, pero si para lograr parar el enfrentamiento directo que mantiene con Gertz Manero; darle tranquilidad de que permanece en el proyecto y evitar que la disputa siga ocupando las portadas de los principales medios del país.

Seguramente tendrá que intervenir también en la carnicería en la que se ha convertido el pleito del senador Ricardo Monreal con el gobernador veracruzano Cuitláhuac García, que tiene ya a un colaborador cercano de Monreal detenido en un cárcel de aquella entidad. Una disputa en la que si no interviene el Secretario, podría orillar a que el senador una sus fuerzas con algún grupo opositor fuerte que pueda arrebatarle el gobierno a los morenistas en la próxima elección estatal, con tal de complicar el futuro no solo político, sino también personal de Cuitláhuac.

Ante la cercanía de la sucesión presidencial y los riesgos políticos que esta trae consigo, para el Presidente era urgente tener a una persona de confianza que tuviera la capacidad para hacer esta labor que muchas veces ha estado ausente en su gobierno.

Adán Augusto llegará más fuerte al 2024, y será factor sea o no sea el candidato, porque López Obrador confía en él mas que nadie. Hoy, el secretario ya empieza a aparecer en las encuestas, cosa que no pasaba hace un par de meses; y aunque la última medición publicada por SDP Noticias lo pone en una lejana posición con apenas el 4.8% de las preferencias, es notable que su nombre ya empiece a sonar a solo unos meses de estar en el cargo.

La política de conciliación y puertas abiertas y su tejido fino, hacen de la labor de Adán Augusto López una de las nuevas fortalezas del gobierno que encabeza López Obrador, una pieza que le queda como anillo al dedo al Presidente, en busca de la consolidación de su proyecto de país a largo plazo.