México.- A pesar de algunos tenues avances, el trabajo doméstico en nuestro país se sigue ejerciendo en uno de los ambientes laborales más adversos. La discriminación, el vacío legal y la informalidad son el pan de cada día para los más de 2 millones 300 mil trabajadores del sector que existen en México, de los cuales 95% son mujeres. Ante este escenario, los esfuerzos por dignificar a los y las empleadas del hogar se han multiplicado en los últimos años, logrando identificar algunos de los retos más importantes a los que se enfrentan.

El primero de ellos es sin duda alguna la noción de que los y las empleadas domésticas son de algún modo trabajadores de segunda, que por la naturaleza de sus funciones no merecen los mismos derechos que gozan aquellos trabajadores que viven en la formalidad. Es común que la pesada carga de trabajo que se les impone las obligue a buscar un peculiar esquema de subcontratación no remunerada en el que recurren a la ayuda de algún familiar cercano: un hijo varón, si es que tiene poca edad, o una hija que ayudará a la madre hasta bien entrada su adolescencia. Por supuesto que este segundo individuo no recibe un salario, lo que vulnera sus derechos como menor y como trabajador, ante la complacencia del empleador que disfruta de un doble beneficio por un solo pago.

En otros casos, está documentado que existen trabajadoras nacidas en el hogar donde su madre se emplea, que cuando esta no puede prestar más sus servicios, hereda su puesto sin alguna otra opción laboral. Por supuesto, esta mujer crecerá trabajando todos los días, pero no recibirá un salario hasta la jubilación de su madre. Incluso, cuando el empleador intenta explicar la relación laboral que guarda con la menor, justifica ausencia de pago argumentando que le ha dado techo y comida durante toda su vida, lo que le da ciertos derechos sobre ella.

Otro de los grandes problemas que enfrentan los empleados del sector es la informalidad, que les impide contar con las prestaciones que por ley les corresponde por sus servicios otorgados. Se calcula que en el país sólo 3 de cada 10 empleadas domésticas cuenta con algún tipo de beneficio laboral más allá de su salario, mientras que sólo la décima parte tiene algún contrato por escrito; además, 8 de cada 10 trabajadoras de la industria no están afiliadas al IMSS ni cuentan con algún tipo de fondo para el retiro, lo que las obliga a continuar trabajando hasta que la salud se los permita y luego dependen de sus familiares para sobrevivir.

Para combatir esta indefensión, que permite abusos laborales generalizados, se creó hace 15 años se fundó el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, el cual sin embargo hace apenas unas semanas ha conseguido su registro oficial ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del Distrito Federal. Este organismo, además de velar por los intereses de sus agremiados y agremiadas, cuenta con el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, donde se imparten cursos de formación para que aumenten su productividad, y con ello el salario que reciben. También se dan asesorías sobre cómo evitar el acoso laboral y sexual, y se les sensibiliza sobre sus derechos humanos, laborales, reproductivos y sexuales. Si bien esta organización realiza una labor titánica de apoyo a la mujer trabajadora del hogar, hasta el momento menos de 200 trabajadores y trabajadoras se han afiliado al sindicato, pero se espera que con el registro conseguido en septiembre pasado, y con la difusión de su labor, en los próximos años logren atraer la atención pública para que más gente se afilie.

Además de los esfuerzos de este tipo de organizaciones, también existen en la actualidad empresas que ofrecen servicios profesionales, seguros e innovadores de limpieza doméstica, donde las trabajadoras gozan de todos sus derechos laborales y se fomenta su crecimiento personal. Una de ellas es Aliada, que además funciona a través de una plataforma en línea que pone en contacto al interesado con profesionales certificadas, capacitadas y con la flexibilidad que el cliente necesita.