Washington, 27 feb (EFE).- Los coyotes del pleistoceno eran grandes y similares a los lobos y, probablemente, evolucionaron a cuerpos más pequeños tras las vastas extinciones de fauna al final de ese período, hace unos 12.000 años, según un artículo que publica hoy Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

"Los estudios recientes de coyotes (Canis latrans) y lobos grises (Canis lupus) demuestran la competencia y las interacciones antagónicas entre estas especies cuando están presentes en las mismas áreas", señala el estudio encabezado por Julie Meachen, del Centro Nacional de Síntesis de Evolución en Durham, Carolina del Norte (EE.UU.).

Los coyotes a menudo modifican su comportamiento en respuesta a la presencia de los lobos pero "los coyotes y lobos también responden mediante la convergencia de tamaño del cuerpo cuando están en competencia directa por presas pequeñas y medianas".

Es poco lo que se conoce acerca de los efectos de la presencia o ausencia de competidores en los cambios morfológicos de los coyotes o los lobos en períodos largos.

Para aprender más sobre este punto el equipo encabezado por Meachen examinó la evolución de los coyotes y los lobos desde el pleistoceno tardío -el período inicial de la era cuaternaria-, durante el cual muchas especies de carnívoros grandes coexistieron como predadores y competidores.

"Esto nos permitió investigar los cambios evolutivos en estas especies como respuesta al cambio climático y las extinciones masivas al final del pleistoceno", señalaron los autores.

Los investigadores midieron la morfología esqueletal postcraneana de lobos y coyotes cuyos restos se encontraron en depósitos de alquitrán que datan del pleistoceno y también los de poblaciones de esos caninos en las etapas temprana, media y reciente del holoceno.

"Encontramos pocas diferencias morfológicas entre las poblaciones de lobos del pleistoceno y el holoceno", continuó el artículo. "Pero encontramos muchas diferencias en los coyotes: los coyotes del pleistoceno eran más grandes y robustos que los del holoceno".

Además, apenas transcurridos unos 1.000 años de las grandes extinciones de especie, "los coyotes eran morfológicamente similares a los modernos", añadió.

Los autores señalan que no pueden atribuir esas diferencias directamente al cambio climático, dado que los coyotes actuales no responden a una regla científica según la cual el tamaño del cuerpo aumenta con la disminución de las temperaturas.

Por eso los investigadores adelantan la hipótesis de que los coyotes del pleistoceno "pueden haber sido más grandes y robustos en respuesta a la presencia de competidores más grandes y de presas más grandes".

El antagonismo de lobos y coyotes se origina en el hecho de que ambas especies tienen dietas similares, aunque los lobos y los coyotes difieren enormemente en sus métodos de caza.

Los lobos se especializan en presas grandes a las que cazan en jauría mediante persecuciones prolongadas y agotadoras.

Los coyotes, en cambio, comúnmente son predadores solitarios que cazan mamíferos pequeños como roedores y conejos, a los que matan sacudiéndolos para quebrarles el pescuezo.

"Sin embargo los coyotes pueden ser cazadores oportunistas con comportamientos de captura y matanza muy variables, debido a su tamaño intermedio y su adaptabilidad", agregaron los autores. "La animosidad entre lobos y coyotes ocurre cuando sus dietas convergen".