Denisse Dresser no tiene duda alguna de que el PRI se mantuvo en el poder casi todo el siglo pasado -y sigue ahí-, porque fue muy eficaz para construir clientelas. Pero normalmente esta idea se asocia con comunidades pobres que reciben una lavadora o un saco de cemento para votar. La analista considera que el priismo también construyó clientelas en el mundo intelectual. “Con el CONACULTA -explica en entrevista- con las becas a los creadores, con libros, con apoyo estatal para publicaciones, con invitaciones a viajes con el presidente, vuelos en el avión presidencial, con acariciar el ego y la vanidad de tantos que sucumbieron y que fueron parte de ese clientelismo que generó círculos concéntricos de sometimiento o de colaboración que involucraron incluso a la clase intelectual”.

- ¿Cuáles son estas clientelas?

- Involucraron a Octavio Paz, involucraron a Enrique Krauze, involucraron a Héctor Aguilar Camín, y también contribuyeron a que la vida intelectual en México se volviera de clanes, se volviera caudillesca, y se volviera fundamentalmente masculina. Porque si pensamos en los grandes iconos, las vacas sagradas de la intelligentsia mexicana, son hombres los que han creado revistas y editoriales y proyectos culturales en donde siempre colocan bajo su mando a personas intelectualmente inferiores a ellos, que casi siempre son hombres.

Son clubes de Toby que han excluido a quienes consideran o irreverentes o que no le echan tantas porras al director de la revista o lo han criticado o tienen una postura de independencia vital porque jamás han recibido dinero del gobierno vía apoyo para un libro… Checa los consejos editoriales de las principales revistas culturales de este país. Bueno, la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, inaugurada el año pasado: en el presidium sólo estaba la directora de la feria, Marisol Schulz. El resto eran hombres; las únicas mujeres eran las edecanes sirviendo agua. Eso ha sido profundamente dañino para el equilibrio, para la diversidad, para la exclusión de mujeres muy valiosas con mucho que decir, que no han tenido lugar en esos presidiums culturales, intelectuales, dominados por hombres.

Jesús Silva Herzog Márquez, Adolfo Castañon, Jaime Labastida, Eduardo Lizalde y Felipe Garrido durante un homenaje que rindió la Academia Mexicana de la Lengua al escritor Octavio Paz en abril de 2014. Foto: Rodolfo Angulo

- ¿Cómo se da esta relación entre intelectuales y poder en otros países en los que te ha tocado vivir?

- Yo tiendo a creer más en el modelo estadounidense, y por eso siempre he dicho que aspiro a un país en el cual los intelectuales sean una voz más; que no estén parados en el pináculo del privilegio; que no sean considerados las únicas voces autorizadas. En EU, el concepto “intelectual” realmente no existe. Hay profesores universitarios, hay periodistas… pero quienes están en las grandes universidades no son comentócratas, o raras veces lo son, porque la sociedad es mucho más horizontal, no se le da un lugar privilegiado a los pensadores. Se les considera una voz más, y por eso yo celebro tanto el advenimiento de las redes sociales y del Twitter.

- ¿Consideras que en México Twitter y las redes sociales ya consiguieron establecerse como un Quinto poder, que desafía al histórico cuarto poder que era la prensa antes?

- Ahí sí se da una gran horizontalidad, ahí cualquiera puede expresar su opinión. Por eso yo soy muy activa en Twitter, y soy muy activa en Twitter porque genera una especie de diálogo y de interlocución continua con quienes me siguen, que quizá no sean Enrique Krauze ni Héctor Aguilar Camín, pero son ciudadanos comunes y corrientes con los cuales debato todos los días, y muchas veces me ponen en mi lugar, y señalan mis errores. Y para ellos quizá seré… quizá les provea un pequeño mapa de ruta, pero siempre diciendo: “Ustedes eligen si lo quieren seguir o no. Yo aquí no tengo el monopolio de la verdad; yo aquí no hablo en términos solemnes”, porque también creo que es algo que ha afectado de manera nociva la intelectualidad mexicana, que es esta solemnidad, este sentirse por encima del ciudadano común y corriente, cuando… Admiro mucho más a los caricaturistas, a los cartonistas, a los irreverentes, a los satíricos, a los que no han perdido el sentido del humor. Admiro a los documentalistas, admiro a quienes, desde trincheras muy distintas, están cambiando al país y no desde -perdón- la mamonería.

"Poquito más difícil exhibirte con el poder"

Por su parte, el escritor y crítico Pavel Granados, estima que la vida política e intelectual ha cambiado mucho en el país en comparación con el año de 1987 cuando se tomó la fotografía de La muñeca tetona en la que aparece Carlos Salinas de Gortari con un grupo de intelectuales.

“Yo creo que ahora estamos viviendo un profundo escepticismo de la clase política. De pronto hay que tomarse fotos, pues ni modo, es coincidir en algún lugar, pues ni modo. Yo creo que no hay que confundir la cuestión personal con una cuestión de ser parte de la maquinaria del poder. Puedes encontrarte con no sé quién, con cualquier político. Pero de plano, por ejemplo, no es ninguna alegría ir a retratarse con el presidente; con Calderón, con Fox, con Peña Nieto; es algo que el medio intelectual sí ve con mucha suspicacia”.

- Aunque se sigue haciendo…

- Yo creo que hay que ir con una actitud siempre muy firme. Lo hizo Carlos Monsiváis cuando le dieron el Premio Nacional. Él lo recibió con un discurso impecable en el que atacó al secretario de Gobernación, a Carlos Abascal. Al grado que, a partir de ahí, el gobierno de Fox dijo que los que quisieran ganar el Premio Nacional tenían que aceptar, antes de ganarlo, decir que si tú te convertías en candidato, para que si lo ganabas no criticaras al presidente. Entonces, ha sido de algún modo… Se ha cultivado -yo creo- una especie de escepticismo de la clase intelectual ante el poder.

Hoy es un poquito más difícil exhibirte con el poder porque está tan quemado. De plano hay una repulsa casi generalizada contra el poder, contra el poder presidencial, que ya no es tan neutro. Durante un tiempo, pues no sé, con Miguel de la Madrid, incluso Salinas, esto era un poquito menos agresivo.

- ¿Qué crees que es lo que estamos viviendo en la actualidad?

- Hoy estamos viviendo, desde el 2000 para acá, una especie de agresión constante de la sociedad que yo creo que uno, yo por lo menos, mi actitud es la de no manifestar esa cercanía con el poder. Se le critica mucho a los intelectuales vivir del poder, por ejemplo. Porque por otra parte, una de las grandes críticas que hay, siempre ante este tipo de fotografías, es contra los que viven del poder. Y eso tampoco es cierto, porque una cosa es vivir del gobierno y otra cosa es vivir del Estado.

Antiguamente, los artistas vivían de mecenas aquí en el país, y es una cosa del porfiriato el que se dijera que el Estado debe ser el mecenas de las artes, o sea que es una obligación del estado mexicano favorecer la cultura y las artes. Entonces, que se favorezca a los artistas no es una cosa indeseable, al contrario, es ahí donde debe estar. Pero sí debemos tener claro que una cosa es Estado y otra cosa el gobierno, porque el gobierno no está otorgando becas, no está diciéndonos: “Toma tú, es una prebenda del gobierno”. Para nada, es una obligación del Estado favorecer esto. Yo entiendo que algunos más, algunos menos recurren a eso, pero yo creo que es una cosa que debería saberse distinguir, porque muchas veces este tipo de fotos lo que hacen son servir como críticas poco pensadas o de lo más distorsionadas.

Una foto como la que estoy viendo ahorita es una foto que puede tener muchas lecturas. Es un instante, pero es un instante que nos habla también de la actitud de varios intelectuales, ¿no? Es una foto con muchos puntos de vista. El que a mí me gusta es el de un momento en el que hubo una generación de escritores que mostraron una independencia crítica ante el poder. En su gran mayoría los que estoy viendo aquí, tuvieron una independencia crítica al poder. De algún modo son inspiradores. Me gusta más que estén aquí en esta foto. Yo no sé cómo sería una foto de Octavio Paz con Carlos Salinas, me la imagino muy distinta.

Rebelión contra instituciones

Sobre las reacciones en torno a la fotografía, su autor, el legendario fotoperiodista Pedro Valtierra, recuerda una exposición reciente de su obra que se hizo en las calles de la Ciudad de México. Entre las imágenes seleccionadas se encontraba la de La muñeca tetona

- Como autor de la imagen, ¿qué piensas sobre ella?

- Tú sabes que en México se comentan fácilmente muchas cosas. Yo, como autor de la imagen, pues solamente escuché. Escuchaba en los momentos que tuve oportunidad de estar por ahí, como observando a ver qué decía la gente, y había otras fotografías de otros temas que también son de temas políticos y de temas sociales de este país. Pienso que fue una de las fotografías que llamó más la atención.

- ¿Crees que esta foto pueda tener una trascendencia especial frente a otras como la que tomaste de las mujeres zapatistas con el Ejército?, ¿qué lugar en tu obra tiene esta fotografía?

- Yo pienso que tiene un impacto, evidentemente, en un sector de la sociedad. Entre los periodistas, entre los intelectuales, los políticos; tiene una presencia importante. La presencia o la importancia que le dan en estos sectores es distinta a lo que le pueda dar otros sectores de la sociedad. Pienso que es una fotografía que tiene un público que la puede valorar de manera distinta, que la puede observar de manera distinta, pero hay otras fotografías mías que tienen mucho más trascendencia. Por ejemplo, la de Las mujeres de X’oyep, Los mineros desnudos, en fin; otras fotografías que tienen mucho más impacto a nivel general. Que un sector de la sociedad mucho más amplio va a ver esas fotografías y las va a considerar. Esta imagen, pues solamente en ciertos sectores la van a valorar, la van a apreciar.

El actual director del Fondo de Cultura Económica y antiguo vocero del gobierno de Salinas de Gortari, José Carreño Carlón, considera que actualmente la relación entre intelectuales y poder es la misma que antaño, sin embargo, el mundo digital ha abierto canales inimaginables hace un par de décadas. Esa fotografía tiene más de un cuarto de siglo, veinticinco años, y hoy en día esta participación, ya no solo de estos personajes llamados intelectuales públicos, sino que de alguna manera toda la gente tiene acceso a expresar sus convicciones, sus posiciones, su relación en general conflictiva con los poderes.

- ¿Rebelión o nuevo poder?

- Esto es un fenómeno además universal. En todos los países más importantes del mundo se da este desafío del intelectual; hay una especie de rebelión de la calle contra todas las instituciones, y eso explica fenómenos electorales como el de Estados Unidos y como el de la Gran Bretaña y los que podrían cernirse todavía sobre el futuro de la humanidad en Francia, etcétera. Es una realidad nueva como plataforma de comunicación que desde luego rebasa las formas anteriores de comunicación. Yo no sé si todavía tenga sentido hablar de los intelectuales públicos.