Ciudad de México.- El socio mayoritario de Ficrea, Rafael Olvera Amezcua, es propietario de cuatro casas, que en conjunto suman 40 millones de pesos, además habitaba en el exclusivo Club de Golf Bellavista en el Estado de México, residencia protegida por 20 guardaespaldas.

Ninguna de las residencias en el país o en el extranjero han sido aseguradas, pese a que fueron adquiridas durante el periodo de operación de la sociedad financiera popular de junio de 2008 a noviembre de 2014.

El Universal publicó una investigación que confirma que, una semana antes de darse a conocer el fraude en Ficrea, de la casa de Olvera Amezcua, así como la de su hija María Fernanda Olvera Silva, se empezaron a sacar diversos bienes como autos de lujo, 10 motocicletas, pertenencias y obras de arte, ello significa que fueron advertidos por funcionarios del gobierno federal.

Los bienes en cuestión, no han sido asegurados, pese a que las autoridades tienen indicios de que la familia viajó a Texas donde habita su hijo Rafael Olvera Silva, sin pagar al personal de limpieza o guardaespaldas, mientras sus cosas fueron enviadas a Valle de Bravo.

Un testigo señala que, Olvera Amezcua era de los pocos propietarios con más de tres propiedades en el Club de Golf, sin embargo, comenzó a llamar la atención precisamente por los 100 autos que conservaba sin usar y de los cuales, "la autoridad sólo aseguró una parte?.

El defraudador solicitó ingreso como miembro al Club de Golf, sin embargo, el comité rechazó su admisión por la desconfianza hacia el incremento exponencial de sus ingresos en un tiempo tan breve.

Las casas que se venden en el club, cuestan un promedio de 10 millones de pesos, algunas ofertadas en dólares; la extensión de cada propiedad es de aproximadamente 800 metros cuadrados, además dispone de accesos controlados y nadie puede acceder al lugar sin autorización del condómino e identificación.

Olvera Amezcua llegó al Club hace una década, rentando una casa, poseía tres autos ninguno de los cuales era de lujo, luego adquirió la casa y para 2008 el número de sus vehículos y propiedades aumentó de manera anómala.

Las cuatro propiedades fueron remodeladas al ser adquiridas y los interiores se redecoraban de manera periódica; su yerno Tinoco Ortega, sería quien acordó pagar 90 millones de pesos como soborno a funcionarios del gobierno federal.

Los hijos de Olvera Amezcua estudiaron en la Universidad Anahuác: Rafael, la licenciatura en Finanzas y Contabilidad, quien ejerce como fundador y director financiero de la empresa Vindu que pertenece a Grupo Leadman.

María Fernanda estudió la carrera de Psicología, su registro de trabajo sólo incluye terapias personales.