México.- El Tribunal de Alzada de Coahuila ratificó este 3 de septiembre, la condena de 46 años y 3 meses en prisión para Jorge Alejandro Ugarte Hernández, quien el pasado noviembre de 2018, fue encontrado responsable del feminicidio de Serymar Soto Azúa. Lo anterior luego de que los jueces resolvieran un recurso de apelación que había interpuesto la defensa con la intención de revocar la primera sentencia.

Serymar Soto.

De acuerdo con medios locales, la familia de Serymar dijo que dicha ratificación es un precedente en el estado de Coahuila en materia de acceso a la justicia, pues es la primera sentencia por feminicidio que se resuelve en segunda instancia en dicho entidad.

Los magistrados que conformaron el Tribunal, identificados como José Francisco Gómez Gómez, Luis Martín Granados Salinas y Miguel Mery Ayup, revisaron el caso y al final de la audiencia resolvieron que no se violó ningún derecho de Jorge Alejandro y revalidó la condena dictada anteriormente.

El pasado 7 de junio de 2019, la defensa presentó el recurso de apelación donde argumentaron violaciones a su debido proceso.

Feminicidio de Serymar en Coahuila

Serymar Soto Azúa fue asesinada por Jorge Alejandro el 28 de enero de 2017 en Torreón, Coahuila. Luego de una discusión, testigos declararon que el responsable siguió a la víctima en un automóvil, para después atropellarla en calles de la colonia Ciudad Nazas. Serymar estuvo 8 días en terapia intensiva donde fue declarada con muerte cerebral, el 4 de febrero falleció.

Jorge estuvo prófugo por 6 meses, y fue hasta el 20 de noviembre de 2018, que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila logró demostrar en juicio oral, que Jorge Alejandro ejercía violencia física, emocional y económica previamente al feminicidio de Serymar.

De acuerdo con activistas, se comprobaron múltiples formas de violencia que ejercía el sentenciado sobre la joven de 21 años. Al término del juicio, él fue sentenciado por el delito premeditado de feminicidio, que hasta el momento ha cumplido en el Centro Penitenciario de Torreón.

“La violencia sobre ella iba desde el control económico, de actividades, amistades, celular y vestimenta, pasando por los chantajes, discusiones constantes, celos e indiferencia, hasta llegar a los gritos y las agresiones físicas”.

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