En México, cientos buscan a sus familiares desaparecidos, pero también hay muchos cuerpos sin reclamar. La situación engloba miles de tragedias y un problema de información que están siendo atendidos de forma exitosa en la Ciudad de México (CDMX), con base en un programa de reconocimiento de personas que se encuentran en la fosa común.

Esto es posible gracias a un convenio entre el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INCIFO) y el Instituto Nacional Electoral (INE), que permite acceder a la base de datos de huellas dactilares de 90 millones de electores. 

A través de este convenio, en los últimos dos años se ha logrado identificar a mil 300 personas.

Daniel Santiago García desapareció en Oaxaca el 13 de enero de 2013. Su familia levantó la denuncia, colocó volantes e inició una búsqueda que, con el paso de los años, se tradujo en frustración.

"Llegó un tiempo en que dije: bueno tengo cinco, o pierdo cinco y busco a uno o pierdo uno y atiendo a cinco, decidimos parar la búsqueda".

Inocencia García García, madre de desaparecido.

A través del novedoso programa se descubrió que los restos de Daniel se encontraban, desde hace casi 5 años, en la fosa común de CDMX.

Daniel Santiago García desapareció en Oaxaca el 13 de enero de 2013

"Que a él lo habían atropellado. Nos mostró dos tiras de huellas dactilares, unas eran de él, de cuando fue el accidente, la otra era de su credencial de elector".

German Santiago García, hermano de desaparecido.

El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INCIFO) envió las huellas dactilares de Daniel al INE para confrontarlas con la base de datos de los electores.

"Se logró ese cambio en la digitalización. Es un gran éxito en el sentido de que se puede tener el nombre de esa persona".

María Antonieta Castillo Ramírez, departamento de identificación del INCIFO.

Al confrontar las huellas apareció en el sistema la credencial de elector de Daniel. La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) se encargó de ubicar a los familiares.

"Cuando me sacan la foto de mi hijo del IFE les dije él es. Jamás pasó por mi mente que estaba en México".

Inocencia García García, madre de desaparecido.

La PGJCDMX apoyó a la familia para recuperar los restos de Daniel. Después de 4 años y 6 meses de incertidumbre, Inocencia sepultó a su hijo en el panteón de Villa de Etla, Oaxaca.

Lamentablemente no todos los servicios médicos forenses ni fiscalías o procuradurías de justicia emplean este programa con el INE.

“Debilidad institucional. El estado no aplica todos los insumos que tiene para poder dar con la persona, para poder identificarla y contactar a los seres queridos”.

Francisco Rivas, director del Observatorio Nacional Ciudadano.

En 2013, la Cruz Roja Internacional donó el programa llamado "Base de Datos Antemortem-Postmortem”, un software que sirve para crear un expediente digital de personas desaparecidas y de cadáveres no identificados. 

La idea es que todos los estados de la República lo implementen para facilitar la búsqueda.

"Tenemos personas que han desaparecido en varios puntos del país, que pueden encontrase en alguna fosa quizás lejana al punto donde se reportó la desaparición. Esperamos que los Semefos estandaricen sus formas de trabajo y que sean únicos a nivel federal".

Juan Manuel Guerrero Rodríguez, especialista forense del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Sólo 22 de las 32 entidades federativas utilizan el programa, en la mayoría de los casos, con deficiencias